Publicado: Lun, 07 Feb 2011 11:26
Juan, me ha encantado el misterio de estos versos. Me he imaginado una pareja de amantes abrazados en la cama, él por detrás de ella, escuchándola.
Saludos.
Saludos.
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Gabriela Cobian escribió:Juan, magníficos versos, me gusta pensar que la búsqueda de agua es igual a busqueda de esperanza.
Abrazos
Gabriela
Vayan también mis disculpas para tí, Pepa. Muchas gracias por el comentario y por decirme que mis poemas te llenan de sensaciones, porque esa es la finalidad de la poesía, así que es el mayor elogio que me puedes hacer.Josefa A. Sánchez escribió:¿Quien sabe ? Quizás ese sea el camino a la felicidad, ya que dicen que los extremos se tocan. Tu poesía siempre me llena de sensaciones.
Un abrazo.
Pepa
Igualmente te ofrezco excusas, Pilar, por tardar tanto en contestar. No hay de qué preocuparse, Pilar. Al menos en mi caso, la poesía hurga en las emociones, y éstas son contradictorias y cambiantes.Pilar Morte escribió:A mí tu poema me ha dejado una cierta preocupación, pero me ha gustado. Hermosos versos
Abrazos
Pilar
Muchas gracias, Lázaro, por tu comentario y por hacerme saber que te gustó. Lamento haber tardado tanto en responder.lazaro Habana escribió:Rápido , le llega a uno un poema como éste.
Hay una sensibilidad que aflora como la misma esperanza que contiene.
Me gustó Juan, me gustó.
abrazos de hermano.
lázaro
También ante tí me disculpo, Ana. Muchísimas gracias por dejar tu huella y por tu generosidad.Ana Muela Sopeña escribió:Excelentes versos, Juan.
Un poema bello y profundo que me ha gustado mucho.
Con un final sobrecogedor.
Felicidades, amigo
Ana
Juan Fionello escribió:Nunca es invierno en la sangre.
Y no admito más calor,
ya que en tu tacto, espalda ciega,
me hago ceniza
caliente, recién quemada.
Y al escucharte al revés,
como a un vinilo diabólico,
puedo escuchar la reseña de mi penar estático:
solo la muerte en tu voz, solo la muerte.
Si arder era el motivo que nos guió
por el círculo que tomamos como hogar,
hoy, extinguido, busco en tu espalda
rostros de agua, rastros de nieve.
Juan, ha sido un auténtico placer poder leer este poema. Auténtico placer, repito y releo una y otra vez.Juan Fionello escribió:Nunca es invierno en la sangre.
Y no admito más calor,
ya que en tu tacto, espalda ciega,
me hago ceniza
caliente, recién quemada.
Y al escucharte al revés,
como a un vinilo diabólico,
puedo escuchar la reseña de mi penar estático:
solo la muerte en tu voz, solo la muerte.
Si arder era el motivo que nos guió
por el círculo que tomamos como hogar,
hoy, extinguido, busco en tu espalda
rostros de agua, rastros de nieve.