Miguel Hernández y sus sonetos
Publicado: Dom, 09 Ene 2011 11:02
SONETO FINAL
Por desplumar arcángeles glaciales,
la nevada lilial de esbeltos dientes
es condenada al llanto de las fuentes
y al desconsuelo de los manantiales.
Por difundir su alma en los metales,
por dar el fuego al hierro sus orientes,
al dolor de los yunques inclementes
lo arrastran los herreros torrenciales.
Al doloroso trato de la espina,
al fatal desaliento de la rosa
y a la acción corrosiva de la muerte
arrojado me veo, y tanta ruina
no es por otra desgracia ni por otra cosa
que por quererte y sólo por quererte.
Estimado amigo Esteban:
El presente soneto me parece una muestra válida de la obra sonetil del gran Miguel Hernández. Siendo Hernández mi poeta preferido, es difícil que yo hable mal de su poesía. Pero sus sonetos, en mi opinión, no hacen justicia a su obra. Hernández escribió algunos de los mejores poemas que se han escrito en castellano, pero, no pudo escribir ningún soneto a la altura comentada.
En el soneto que señalas, los tres últimos versos me parecen flojísimos; en el asunto semántico, metafóricamente descolgados del resto, sin acudir a él, aun con pequeñas referencias. Hay imperfección en la rima: ina-uina. Métricamente, el penúltimo verso es un tridecasílabo, si hacemos sinalefa en noes, y tetradecasílabo, si no la hacemos. Por no hablar de otros detalles que en tiempos de Hernández no se tenían en cuenta.
Pensando en que Miguel bebió en las fuentes sonetiles de los grandes poetas españoles, es lógico que no pudiera igualarlos en el campo de la composición de los 14 versos consonantes. Los sonetos buenos ya estaban escritos, porque un soneto clásico tiene unas posibilidades limitadas a su propia estructura.
Como suelo decir, el problema del maestro Hernández (como el de muchos otros grandes poetas) radica en que sus maestros fueron Garcilaso, Quevedo, Góngora… pues eso. Con el soneto no pudo llegar a ellos, pero con sus poemas, sobre todo endecasílabos, en muchos casos los superó.
De todo el soneto, lo único que me parece salvable, y no para tirar cohetes, es el segundo cuarteto por su coherencia metafórica, por nada más.
Ha sido un placer, colega.
Un cordial abrazo.
Por desplumar arcángeles glaciales,
la nevada lilial de esbeltos dientes
es condenada al llanto de las fuentes
y al desconsuelo de los manantiales.
Por difundir su alma en los metales,
por dar el fuego al hierro sus orientes,
al dolor de los yunques inclementes
lo arrastran los herreros torrenciales.
Al doloroso trato de la espina,
al fatal desaliento de la rosa
y a la acción corrosiva de la muerte
arrojado me veo, y tanta ruina
no es por otra desgracia ni por otra cosa
que por quererte y sólo por quererte.
Estimado amigo Esteban:
El presente soneto me parece una muestra válida de la obra sonetil del gran Miguel Hernández. Siendo Hernández mi poeta preferido, es difícil que yo hable mal de su poesía. Pero sus sonetos, en mi opinión, no hacen justicia a su obra. Hernández escribió algunos de los mejores poemas que se han escrito en castellano, pero, no pudo escribir ningún soneto a la altura comentada.
En el soneto que señalas, los tres últimos versos me parecen flojísimos; en el asunto semántico, metafóricamente descolgados del resto, sin acudir a él, aun con pequeñas referencias. Hay imperfección en la rima: ina-uina. Métricamente, el penúltimo verso es un tridecasílabo, si hacemos sinalefa en noes, y tetradecasílabo, si no la hacemos. Por no hablar de otros detalles que en tiempos de Hernández no se tenían en cuenta.
Pensando en que Miguel bebió en las fuentes sonetiles de los grandes poetas españoles, es lógico que no pudiera igualarlos en el campo de la composición de los 14 versos consonantes. Los sonetos buenos ya estaban escritos, porque un soneto clásico tiene unas posibilidades limitadas a su propia estructura.
Como suelo decir, el problema del maestro Hernández (como el de muchos otros grandes poetas) radica en que sus maestros fueron Garcilaso, Quevedo, Góngora… pues eso. Con el soneto no pudo llegar a ellos, pero con sus poemas, sobre todo endecasílabos, en muchos casos los superó.
De todo el soneto, lo único que me parece salvable, y no para tirar cohetes, es el segundo cuarteto por su coherencia metafórica, por nada más.
Ha sido un placer, colega.
Un cordial abrazo.