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Y a mí me encanta que te guste. Gracias por pasar con tus palabrasJuan Fionello escribió:Vivimos vidas de otros, y ese final, esa dificultad de volar cuando por fin tienes alas, me ha encantado.
Qué poema más bueno, Pilar.
Un abrazo.
Mejoraste el poema con tus palabras. Gracias, AmigaE. R. Aristy escribió:Pilar Morte escribió:Mis ojos, la mirada y tu silencio,
vacía de mí y plena de tu misterio.
No conozco mayor infidelidad que a uno mismo,
andar el tiempo en otros zapatos,
aquellos que comprimen el yo
y dejan surco ajeno en cada huella.
No hay mayor sin sentido que vivir mirando a otro lado,
ni mar más solitario que el que no nos contiene.
Yo navegué aguas arriba
atracando en orillas ajenas
y guardé el cofre de los fondos olvidado en el tiempo.
He vivido otra vida,
la destinada, la horizontal,
aquella que se compra zapatillas usadas
y es llevada a la cima por el viento.
Y no me quejo
Ahora me crecieron alas
y no sé volar
Un fenomeno interesante es el de las personas que han sido encarceladas por largo tiempo. Ellos dicen experimentar eso que expresas tan bien en tu poema. Muchas de estas personas cometen otro delito para "regresar" a donde estan acostumbrados. Tu poema describe fielmente realidades emocionales que requieren el apoyo de una mano amorosa y confiable para que se efectue felizmente la transicion. Nos llena de esperanzas que le han nacido alas, y eso me recuerda a Jonathan Livinston Seagull:
“Vamonos.” dijo Jonathan. “Alcemos vuelo, y vamos a empezar.”
“No entiendes, mi ala. No puedo mover mi ala.”
“Maynard Gull, tienes la libertad de ser, tu verdadero ser, aqui y ahora, y nada puede detenerte.I Es la Ley de La Gran Gaviota, la ley que es.”
“lo que dices es que puedo volar?”
“digo que eres libre.”
Pilar Morte escribió:Mis ojos, la mirada y tu silencio,
vacía de mí y plena de tu misterio.
No conozco mayor infidelidad que a uno mismo,
andar el tiempo en otros zapatos,
aquellos que comprimen el yo
y dejan surco ajeno en cada huella.
No hay mayor sin sentido que vivir mirando a otro lado,
ni mar más solitario que el que no nos contiene.
Yo navegué aguas arriba
atracando en orillas ajenas
y guardé el cofre de los fondos olvidado en el tiempo.
He vivido otra vida,
la destinada, la horizontal,
aquella que se compra zapatillas usadas
y es llevada a la cima por el viento.
Y no me quejo
Ahora me crecieron alas
y no sé volar
Todo un acierto tu comentario. Gracias por tus palabrasJ. J. M. Ferreiro escribió:Una entrega, amiga Pilar, en la que se revindica la autenticidad del yo, tan asolada en estos tiempos que corren y en el que le individo queda relegado a la sombra anónima que se refleja en los centros comerciales, catedrales de la globalización más despersonalizada.
Biquiños.
Javier Cañas Belmar escribió:Pilar Morte escribió:Mis ojos, la mirada y tu silencio,
vacía de mí y plena de tu misterio.
No conozco mayor infidelidad que a uno mismo,
andar el tiempo en otros zapatos,
aquellos que comprimen el yo
y dejan surco ajeno en cada huella.
No hay mayor sin sentido que vivir mirando a otro lado,
ni mar más solitario que el que no nos contiene.
Yo navegué aguas arriba
atracando en orillas ajenas
y guardé el cofre de los fondos olvidado en el tiempo.
He vivido otra vida,
la destinada, la horizontal,
aquella que se compra zapatillas usadas
y es llevada a la cima por el viento.
Y no me quejo
Ahora me crecieron alas
y no sé volar
Maravilloso poema Pilar, con el que me siento plenamente identificado. Siempre es un placer asomarme a tus sentimientos. Un fuerte abrazo.
Me alegra tu comentario. Gracias por tus palabras
Abrazos
Pilar
javi
Pilar Morte escribió:Mis ojos, la mirada y tu silencio,
vacía de mí y plena de tu misterio.
No conozco mayor infidelidad que a uno mismo,
andar el tiempo en otros zapatos,
aquellos que comprimen el yo
y dejan surco ajeno en cada huella.
No hay mayor sin sentido que vivir mirando a otro lado,
ni mar más solitario que el que no nos contiene.
Yo navegué aguas arriba
atracando en orillas ajenas
y guardé el cofre de los fondos olvidado en el tiempo.
He vivido otra vida,
la destinada, la horizontal,
aquella que se compra zapatillas usadas
y es llevada a la cima por el viento.
Y no me quejo
Ahora me crecieron alas
y no sé volar
Gracias, Alejandra, Por tus amables palabras que valoro muchoAlejandra Goerne escribió:Vivir la vida que nos toca aunque no sea la nuestra suena tan fuerte y triste, pero más triste aún es cuando tienes la libertad de vivir como decidas y cuesta saber cómo. Me encantaron tus versos Pilar, bellos y tan sabios. Te mando un abrazo.