Editorial Alaire

Mario Martínez escribió:A veces, me toma de la mano
y yo la dejo que haga,
y hago que no me entero de la suave caricia
derramada en mi goce.
Es un susurro el tiempo que transcurre a su lado
y ella lo sabe,
sabe, que yo sé que no tiene futuro nuestro encuentro,
que nada dura siempre
y menos su contacto.

Me esfuerzo en que me siga,
le allano los caminos
y no le pongo trabas a su breve acercarse,
pero se me hace esquiva,
esquiva e implacable cuando la llamo a gritos
pidiendo que regrese.
Que regrese y se olvide
de aquellos que la llaman con más voz que la mía
y a los que sí visita, cientos,
miles de veces.

Que acaricie de nuevo con su breve esperanza
este futuro vacuo, anodino e ingrato
que sin ella no es nada,
y que cruel vaticino
si no vuelve ahora mismo a mostrarse dispuesta
a tomarme de nuevo
de la mano y llevarme lejos del infortunio
que supone no hallarla,
no poseerla entera,
sin límite de tiempo, entregada en mis brazos.

Vuelve, Suerte, y cógeme la mano,
porque tiene,
la muerte atenazada la otra entre las suyas.





Mario.