Siete mil gramos

[Arancha Garci]

Bello poema y una denuncia que sobrecoge. Un gusto pasar por tus versos.
Un saludo.

[Abel Sal]

Bello poema y una denuncia que sobrecoge. Un gusto pasar por tus versos.
Un saludo.

Muchas gracias, es una intención de poema, sólo eso. Aunque la denuncia sí es honestamente cierta. El gusto es de mi parte que usted me lea.
Un abrazo sincero.
Abel.

[E. R. Aristy]

Ayer murió Milagros.
Era niña, de género humano.
De quince meses nacida,
pesaba en la balanza,
sólo siete mil gramos.

En el vientre de su madre,
comenzó el espanto.
En pechos abandonados, caídos,
sufridos y vacíos de tesoro blanco;
Milagros, nunca supo de milagros.

Cuatrocientos cincuenta y siete días,
sufrió su vida, luchando.
Sonajeros de injusticia, sólo eso,
tomaron sus mínimas manos.

Siete mil gramos derramados
en una tierra fecunda.
Veintiún gramos de su alma,
habitan el aire que inunda
el aliento de los desalmados.

Murió Milagros, ayer.
Será enterrada sin honores.
Abonarán la tierra sus despojos
desnutridos, para dar alimento
a sus hermanos, de siete mil gramos,
aún no nacidos.

De suelo colorado, es su Misiones.
Rojiza, del rojo de su sangre teñida.
Milagros, no supo de “Arrorró mi niña”
en cuna de hambre, desnutrida.

(A Milagros Benítez, asesinada por el hambre del poder)

Tu poema, Abel, a Milagros es un poema a aquello que no se puede medir, no se puede pesar, no se puede comprar, ni vender, ni encapsular. Tu poema no es en mi sentir a la muerte, si no a la vida, la preciosa vida de todo ser. Me conmueves y me estremece tu gran sensibilidad.

Abrazos,

Roxane

[Abel Sal]

Ayer murió Milagros.
Era niña, de género humano.
De quince meses nacida,
pesaba en la balanza,
sólo siete mil gramos.

En el vientre de su madre,
comenzó el espanto.
En pechos abandonados, caídos,
sufridos y vacíos de tesoro blanco;
Milagros, nunca supo de milagros.

Cuatrocientos cincuenta y siete días,
sufrió su vida, luchando.
Sonajeros de injusticia, sólo eso,
tomaron sus mínimas manos.

Siete mil gramos derramados
en una tierra fecunda.
Veintiún gramos de su alma,
habitan el aire que inunda
el aliento de los desalmados.

Murió Milagros, ayer.
Será enterrada sin honores.
Abonarán la tierra sus despojos
desnutridos, para dar alimento
a sus hermanos, de siete mil gramos,
aún no nacidos.

De suelo colorado, es su Misiones.
Rojiza, del rojo de su sangre teñida.
Milagros, no supo de “Arrorró mi niña”
en cuna de hambre, desnutrida.

(A Milagros Benítez, asesinada por el hambre del poder)

Tu poema, Abel, a Milagros es un poema a aquello que no se puede medir, no se puede pesar, no se puede comprar, ni vender, ni encapsular. Tu poema no es en mi sentir a la muerte, si no a la vida, la preciosa vida de todo ser. Me conmueves y me estremece tu gran sensibilidad.

Abrazos,

Roxane

Muchas gracias, Roxane. Es muy conmovedor tu comentario, sin duda alguna.
Cariños.

[Alejandra Goerne]

Desgarrador poema Abel. Ver los toros desde la barrera nunca será tan impactante como estar dentro del ruedo. A veces, tantas veces nos volvemos ciegos, mudos e insensibles al dolor ajeno. Nos hace tanta falta es empatía, ése ponernos en los zapatos del otro. No quiero ni imaginar el dolor de una madre que pierde a su hijo bajo esas circunstancias. La poesía debiera de ser una herramienta para sensibilizar al otro en temas como este y tu lo logras increiblemente bien. Gracias por poner el dedo en la llaga que no queremos curar. Y que nos conm-mueva realmente, que nos MUEVA a hacer cosas para cambiar. Un abrazo.

[Gabriela Cobian]

Abel, un poema de calidad, que llega al alma, comparto contigo tu sentir, la muerte de los niños por hambre es una gran tristeza, aplaudo tu trabajo.
Abrazos
Gabriela

[Abel Sal]

Desgarrador poema Abel. Ver los toros desde la barrera nunca será tan impactante como estar dentro del ruedo. A veces, tantas veces nos volvemos ciegos, mudos e insensibles al dolor ajeno. Nos hace tanta falta es empatía, ése ponernos en los zapatos del otro. No quiero ni imaginar el dolor de una madre que pierde a su hijo bajo esas circunstancias. La poesía debiera de ser una herramienta para sensibilizar al otro en temas como este y tu lo logras increiblemente bien. Gracias por poner el dedo en la llaga que no queremos curar. Y que nos conm-mueva realmente, que nos MUEVA a hacer cosas para cambiar. Un abrazo.

Estimada Alejandra, tal vez lo desgarrador sea esta realidad tan cruel a la que parecemos acostumbrarnos cada día. Los noticieros convierten este dolor en historias cotidianas que ya ni nos interesa ver, por eso, por lo cotidiano. Es una pena, como tú dices, que la poesía no tenga aún el poder que merece. La muerte de Milagros, dejó de ser noticia horas después. La mamá de Milagros, no pudo tomar la real dimensión de la pérdida, ya que ella, tambíen fué Milagros en su niñez, en su hoy y mañana...sólo que casualmente sobrevivió, apenas.
Gracias por tu sentir.
Un abrazo.

[Abel Sal]

Abel, un poema de calidad, que llega al alma, comparto contigo tu sentir, la muerte de los niños por hambre es una gran tristeza, aplaudo tu trabajo.
Abrazos
Gabriela

Muchas gracias, Gabriela. Milagros debería estar creciendo como niña, pero ni la justicia divina la salvó. Parece que la injusticia de los poderosos, que deciden la vida o la muerte de un niño, no es vulnerable aún. Una pena, tantas tumbas pequeñas.
Cariños.
Abel.

[Rafel Calle]

Aprovecho una de tus mejores entregas, amigo Abel, para felicitarte la Navidad.
Un cordial abrazo.

[Abel Sal]

Aprovecho una de tus mejores entregas, amigo Abel, para felicitarte la Navidad.
Un cordial abrazo.

Es usted muy gentil, Maestro. Recibo su mensaje con gran sorpresa y honor. Regalo de Navidad...
Mis mejores deseos en estas fiestas, junto a los suyos.
Gracias por todo.
Abel.

[Hallie Hernández Alfaro]

Sube este poema excelso para disfrute de todos.

[F. Enrique]

Por supuesto, Abel, que me uno con todas mis fuerzas a tu denuncia, aunque sé que no podemos evitar más muertes solo con buenas intenciones. Los que podrían hacerlo con decisiones más humanas están más preocupados en estabilizar abstracciones e intereses bancarios, empezando por la emperatriz del Norte y su cónsul de las barbas que siempre que arrecia el temporal se esconde por miedo a que se derrumbe su popularidad.
Un abrazo.

[Gerardo Mont]

Un gran poema, bello y dicente, que despierta el sentimiento, que hace temblar el pecho y que fascina desde impecables trazos. Mis abrazos de amigo.

[Maria Pilar Gonzalo]

Siempre dispuesto a denunciar la injusticia. Este es uno de esos poemas que no puede dejar indiferente a nadie, aunque ya lo comenté en otro foro, no quiero dejar pasar la oportunidad de decirte desde aquí, que tu voz es siempre una garantía de defensa para aquellos que sufren.

Un abrazo Abel.

Echo de menos tus letras y tu presencia querido amigo.

[Rafel Calle]

Recordando a Abel Sal.