J. J. M. Ferreiro escribió:Muchas veces pasó
la vida
sin fama ni avidez,
como autos detenidos sobre aceras relucientes,
como el murmullo de un fondo de labios
que aniquila la trama del sueño,
la luna detrás de la voz
apenas una sábana de miedo.
Hay alguien que contempla,
enardecido,
tu envejecimiento,
con la sublime intensidad
de la brasa de un cigarrillo
en la más lóbrega de las estancias,
un fulgor que esparce todo a lo lejos,
casi sin publicar.
Os juro que he permanecido
indistinto sobre las olas
con todo el amor esperando
¡qué largos son los llantos de las horas marinas!
la lealtad del ojo
evalúa la mole de la espuma
a una cierta hora del día,
siempre distinta
siempre la misma,
como si abriese durante un segundo
la puerta del vacío
arrastrando la imagen de un cuerpo ahogado.
Una tristeza mas enorme que el mar. Una contemplacion conciente de lo inevitable del paso del tiempo. Sin embargo, tus versos parecen sugerir que hay otra hora (la hora de otras realizaciones?) donde uno permanece intacto, puro "con todo el amor esperando"
Un gran placer leerte, Ferreiro.
Abrazos,
ERA