re: El libro de las manos
Publicado: Sab, 14 May 2011 7:32
El libro de las manos
Grabado sublime en los códigos de nuestras células,
en la esfera que sostiene el niño.
El libro deshoja el grávido genocidio,
la realidad y el sueño de la vida
rompen la placenta y nos hacen videntes.
Las frases célebres
huyen como un tul de novia,
se enredan en los picos de las estrellas
y se hacen números,
ecuaciones de pájaros
que han perdido su radar.
Penetran vértices al cielo de la boca,
son cúspides, flechas, anzuelos,
versos perversos. (sugerencia: versos y perversidad.)
Cortan las cuerdas vocales,
la voluntad de los timbres.
La fuerza del odio accidenta,
contunde y forma una protuberante verdad.
La historia se encuaderna para los que leen palabras,
y no hay palabras en la verdad de hoy.
Queda el testimonio grabado
en la sangre, con sangre.
Afán de condensar el compendioso sueño,
en hojas que arden como lenguas de fuego,
su historia se escapa ácida,
y corroe la piedra que llegamos a ser.
Los libros, su masturbada manía de abrirse
como la verdad.
Extraordinario reparto,
aovado en las manos de los humildes,
nosotros, los que en carencia
nos llenamos la boca con una oración.
Un hermoso poema, querida amiga Roxana, trufado de versos que se clavan en el alma del lector, como hallazgos metafóricos tan rotundos como bellos.
Las manos que acompañan la lectura, obligan, a veces, a polemizar entre el sentido común –el menos común de los sentidos- y la realidad, a la sazón, la cuerda y el nudo, borrón que regurgitan las letras en las manos, mil y un desamparos en el vértice de los dedos, cuando el tacto del papel se torna muy desalmado.
Poesía de compromiso. Hay un visión real que se encomienda al Dios de los que sienten como suyas, esas palabras que denuncian el trato vejatorio a los adjetivos, al nombre común, a los artículos indeterminados. Poesía inteligente, no hay duda. Porque duda. Reza; es una forma, como cualquier otra, de esperar la redención. El libro, hay un libro y es allí donde se encuentra la verdad o el saber; es ahí, aquí yace la única realidad.
Poesía, ciertamente, muy hermosa, cree en el hombre, porque el libro son los hombres, como un reflejo cierto de su Dios o el Más Allá.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por este hermoso poema.
Un fuerte abrazo.
(Si te fijas en el poema que encabeza este comentario, verás que he cambiado algunas cosillas, comas, etc.)
Grabado sublime en los códigos de nuestras células,
en la esfera que sostiene el niño.
El libro deshoja el grávido genocidio,
la realidad y el sueño de la vida
rompen la placenta y nos hacen videntes.
Las frases célebres
huyen como un tul de novia,
se enredan en los picos de las estrellas
y se hacen números,
ecuaciones de pájaros
que han perdido su radar.
Penetran vértices al cielo de la boca,
son cúspides, flechas, anzuelos,
versos perversos. (sugerencia: versos y perversidad.)
Cortan las cuerdas vocales,
la voluntad de los timbres.
La fuerza del odio accidenta,
contunde y forma una protuberante verdad.
La historia se encuaderna para los que leen palabras,
y no hay palabras en la verdad de hoy.
Queda el testimonio grabado
en la sangre, con sangre.
Afán de condensar el compendioso sueño,
en hojas que arden como lenguas de fuego,
su historia se escapa ácida,
y corroe la piedra que llegamos a ser.
Los libros, su masturbada manía de abrirse
como la verdad.
Extraordinario reparto,
aovado en las manos de los humildes,
nosotros, los que en carencia
nos llenamos la boca con una oración.
Un hermoso poema, querida amiga Roxana, trufado de versos que se clavan en el alma del lector, como hallazgos metafóricos tan rotundos como bellos.
Las manos que acompañan la lectura, obligan, a veces, a polemizar entre el sentido común –el menos común de los sentidos- y la realidad, a la sazón, la cuerda y el nudo, borrón que regurgitan las letras en las manos, mil y un desamparos en el vértice de los dedos, cuando el tacto del papel se torna muy desalmado.
Poesía de compromiso. Hay un visión real que se encomienda al Dios de los que sienten como suyas, esas palabras que denuncian el trato vejatorio a los adjetivos, al nombre común, a los artículos indeterminados. Poesía inteligente, no hay duda. Porque duda. Reza; es una forma, como cualquier otra, de esperar la redención. El libro, hay un libro y es allí donde se encuentra la verdad o el saber; es ahí, aquí yace la única realidad.
Poesía, ciertamente, muy hermosa, cree en el hombre, porque el libro son los hombres, como un reflejo cierto de su Dios o el Más Allá.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por este hermoso poema.
Un fuerte abrazo.
(Si te fijas en el poema que encabeza este comentario, verás que he cambiado algunas cosillas, comas, etc.)