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Publicado: Dom, 19 Sep 2010 1:10
por Tristany Joan Gaspar
Hola José Manuel.
Despues de leer el poema la última estrofa meparece digna de ser enmarcada.
Y mira que no me gustan mucho lo poemas con morleja o moralina final, pero aquí la conclusión final le vacomo anillo al dedo a todo el planteamiento que nos ofreces.
Me ha gustado mucho y me has hecho pensar, que eso tambien me conviene.
Un abrazo
Joan
Publicado: Dom, 19 Sep 2010 10:32
por Maria Lua
Demasiadas preguntas para tan corta vida.
Siento el alma humana en esa mariposa!
Es bello, muy bello tu poema!
Me llega y me encanta...
Un beso, querido José Manuel
Maria Lua
re: SETENTA HORAS
Publicado: Jue, 23 Sep 2010 19:57
por Just Gafar
Un poema sencillo, hermoso, la reflexión nace de nuestro saber, ante la presencia del acontecimiento. Pero es necesario tener un corazón que pregunte un poco más José Manuel, que presienta un poco más que los bellos colores, que la fragilidad del vuelo.
Vaya que me gustó este poema compañero.
Un abrazo, y muchas gracias por compartir.
Re: SETENTA HORAS
Publicado: Vie, 24 Sep 2010 2:09
por Gabriel Vidal
José Manuel Sáiz escribió:SETENTA HORAS
Mira, allí, sobre el muro, me dijo,
la mariposa que vive sólo
tres días.
Era hermosa, menuda; de colores vivos y alegres.
Permanecía inmóvil, quieta. De vez en cuando abría
y cerraba las alas lentamente.
Setenta horas, pensamos, no es vida
para una mariposa.
¿Sería el primero?¿El segundo?¿Estaría consumiendo
quizá el último de sus días? Aquel lento abrir y cerrar de alas
¿significaba el preludio de su agonía?; por el contrario
¿cómo distinguirlo del preámbulo, primer ensayo
de su vuelo?
Demasiadas preguntas para tan corta vida.
Extrañaba su prolongada quietud ante lo incierto.
Sorprendía aquella paciente espera que atendía a razones
por nosotros incomprensibles. Parecía no importarle –sumida
en el desdén- el transcurrir de un tiempo que mermaba
su existencia en cada hora.
Pasamos la tarde leyendo en el jardín
y mirando con angustia el muro, ante la incertidumbre de ver caer
una mariposa delante nuestro; o aliviados, sentirla remontar
al fin el vuelo.
Pero cayó la tarde (solamente cayó la tarde)
y sus alas se confundieron con la oscuridad de la noche.
A la mañana siguiente la mariposa ya no estaba sobre el muro.
El declive de la lozanía puede ser
una serena, natural espera para unos;
y una vital angustia insoportable para otros.
El secreto está en saber, quizá,
cómo piensan y cómo actúan, por ejemplo las mariposas,
cuando no las vemos.
--oOo--
La belleza de tu poema, nos hace pensar como utiliza el humano la vida sus sus tres dias.
Un abrazo.
Publicado: Sab, 25 Sep 2010 0:09
por Josefa A. Sánchez
Creo que lo verdaderamente importante no es saber lo que hay mas allá del muro y como lo afrontamos, sino lo que hacemos con las setenta horas que nos tocan. El poema verdaderamente hermoso, como todos los que te he leído. Un placer estar.
Un abrazo.
Pepa