Página 2 de 2

Publicado: Mar, 06 Jul 2010 22:12
por Fermín Lasarte
Todo ese tema del nacimiento del universo es fascinante Aubriel. Las piedras como testigos y poseedoras del secreto universal, ese misterio infranqueable, y la torpe mano del hombre que tiembla ante tanto exceso. Me ha encantado Aubriel, siempre tu poesía me transporta a lugares mágicos.
Un abrazo compatriota!

Publicado: Vie, 09 Jul 2010 21:12
por Hallie Hernández Alfaro
"gira oscila
estremece
el enigma inquietante
los secretos
que guarda el universo
en un fragmento de cielo extraviado

tiembla la mano
teme
profanar la eternidad "



Bellísimo y sabio, Aubriel!!!! No había podido pasar por aquí y me había perdido esta lectura.

Un beso enorme y aplausossssssss,

Hallie

Publicado: Sab, 10 Jul 2010 7:37
por Rafel Calle
Ese estilo tuyo tan bello, tan apacible, con tanta sutilidad, se manifiesta en este poema de piedras que parecen cobrar sentimiento.
Ha sido un placer leerte, querida amiga Aubriel.
Un fuerte abrazo.

Publicado: Dom, 11 Jul 2010 12:42
por Tristany Joan Gaspar
Me ha encantado Aubriel.
Es curioso todo el desarrollo que construyes a partir de ese temblor de la piedra en la mano y es fascinante la vida que le das a la piedra como un protagonista más del poema.

me ha gustado muchisimo.

Muchos besos y abrazos querida amiga.

Nos vemos en el siguiente poema

Joan

Re: -temblor de cristales-

Publicado: Lun, 12 Jul 2010 0:06
por Gabriel Vidal
Aubriel Camila de la Prad escribió:la piedra tiembla en la mano
entorna sus ojos alunados
-iris contra iris-
choque de destellos

azul
hasta la médula
azul
como si fuera el único posible
el que gestó todos los azules

brillos extasiados
cuentan la historia del mundo
en el idioma espejado de las estrellas

sabiduría desmedida

gira oscila
estremece

Bello poema lleno de imaginación De esas testigas mudas, de la creación del universo.

que brillan iris con iris, y nos llaman

Recibe mi azul afecto


Unbeso
el enigma inquietante
los secretos
que guarda el universo
en un fragmento de cielo extraviado

tiembla la mano
teme
profanar la eternidad