Por decreto

[Fermín Lasarte]

Mario, coincido con lo dicho por Juan Fionello, a mi también se me hace complicado poner en versos la realidad, por eso admiro lo que has hecho aquí, sin perder lírica sin perder vuelo, tus versos pintan burocracias administrativas, cuestiones políticas de difícil relación poética, y lo has hecho de maravilla amigo.
Por lo demás, el tema es el fondo y la forma, en mi opinión lo más grave no es que la decisión tomada se haga por decreto (aunque claro que que es reprochable el medio), lo más lamentable es el fondo de la decisión, su contenido: una flexibilización laboral que nunca puede tener buenos resultados, en mi consideración (en mi País se aplicaron este tipo de medidas de corte neoliberal y así nos fue...)

Bueno amigo un abrazo grande...

[Mario Martínez]

Pido mis disculpas al resto de compañeros que me han comentado, pero debo subsanar un mal entendido:

Hola Pablo.
Creo que yo también debo pedir disculpas por no entender tu ironía, y mira que lo pensé.
Era algo demasiado directo y destemplado para que fuese dicho seriamente, pero quizá en el momento de leerlo no estuviese demasiado fino para las ironías.
Bien, pues desecho el entuerto, pelillos a la mar...
Y tienes razón, hay demasiada gente "acomodada" y el sentido de lucha se ha desvirtuado bastante, máxime siendo aquellos que encabezaban tal lucha los que ahora parecen haberse puesto al servicio de los poderes económicos y de mercado.
Un abrazo, amigo mío.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias José manuel, me alegra saber que te gustó, amigo mío, un fuerte abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Aubriel, amiga mía.
Me encanta saber que te gustó el poema. Un abrazo.
Mario.

[Rafel Calle]

Sí, los clanes del dinero o, dicho de otra forma, el capital es el que manda. Los que pagan siempre son los que no pertenecen al capital, faltaría más, ¿cómo iban a ganar dinero si ellos pagaran la factura?
Endeudar al que no pertenece al capital, endeudarlo hasta las cejas, después quitarle una parte de los ingresos, vía despidos, cierres patronales y otras gaitas, y cuando no puede pagar, porque tiene que comer (eso sí, que pueda comer, pues si queremos huevos, que no se muera la gallina), zas, le quitan lo poco que tiene, su casa, el coche, etc., para subastarlo al mejor postor que, curiosamente, pertenece de nuevo al capital.
Y otra vez a empezar, porque hay que vender y para vender tiene que haber compradores. Pues nada, a abrir empresas se ha dicho, a dar créditos, a endeudar de nuevo hasta las cejas a los que consiguen unos ingresos suficientes.
Vaya, parece que somos parte de un círculo, vicioso, muy vicioso y viciado a los dineros que extrae de una mina que se llama “currantes & cia.”.
Por cierto, qué poco pintan los políticos, sean del color que sean, cuando el capital quiere aplicar el rodillo. La clase política bastante ocupada está haciendo su trabajo que no es otro que intentar tener la llave de la caja (caja: parte de los beneficios extraídos de la mina, después de deducir todo cuanto sea posible por parte del capital y que éste aporta, vía impuestos, para seguir manteniendo el tinglado).

En fin, que tu poema me ha gustado, denuncia ciertas prácticas del círculo en el que estamos.
Ha sido un placer. Felicidades.
Un fuerte abrazo.

[Mario Martínez]

Gracias, Ricardo, por estar ahí, como siempre. Abrazos, amigo mío.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Fermín, me alegra saber que estás de acuerdo conmigo, compañero.
Yo tampoco sé si lo hecho tendrá repercusiones positivas, ojalá.
Abrazos.
Mario.

[Mario Martínez]

Hola Rafel.

En fin, que tu poema me ha gustado, denuncia ciertas prácticas del círculo en el que estamos.

Gracias, amigo mío, me alegra saber que compartimos opinión en ello. Un abrazo y gracias por estar ahí.
Mario.