Editorial Alaire

F. Enrique escribió:Yo no supe llorar cuando llorabas,
ni supe iluminar tu sombra hundida
ni sentir la verdad ni la medida
en el ruego de amor que me dejabas.

Yo no supe escucharte cuando hablabas,
ni horadé en la hondura de tu herida
que tocaba el infierno en su caída
apartando el cuidado que guardabas.

Solo y perdido siento este lamento
que no halla consuelo ni clausura
y no puede olvidarse de aquel día.

Si no supe vivir en tu tormento
me merezco el dolor y la locura
de morir por tus ojos todavía.[RIGHT](Lamento sobre las piedras)[/RIGHT]

... F.Enrique, sólo una cosa, amigo; cuántro me gusta este poema que acabo de leer, cuánto...; Orión

F. Enrique escribió:Yo no supe llorar cuando llorabas,
ni supe iluminar tu sombra hundida
ni sentir la verdad ni la medida
en el ruego de amor que me dejabas.

Yo no supe escucharte cuando hablabas,
ni horadé en la hondura de tu herida
que tocaba el infierno en su caída
apartando el cuidado que guardabas.

Solo y perdido siento este lamento
que no halla consuelo ni clausura
y no puede olvidarse de aquel día.

Si no supe vivir en tu tormento
me merezco el dolor y la locura
de morir por tus ojos todavía.[RIGHT](Lamento sobre las piedras)[/RIGHT]

Gigante, amigo mío


un abrazo fuerte

Con un retraso evidente, Julio, te agradezco sinceramente esta vuelta tuya al poema.

Un abrazo.

En su momento por causas que ahora mismo desconozco no lo leí. Ya que más puedo añadir a lo comentado por todos los poetas, a la distinción más que merecida. Solo felicitarte doblemente por el gran acierto al escribirlo y, repito, por el merecido premio.

Un fuerte abrazo con mis disculpas.

Desde mi isla.

José Manuel F. Febles

Al leer este precioso soneto me olvidé de las formas porque el sentimiento que expresas en los versos me sedujo ya desde el primer momento.Creo que eso tiene mucho mérito.
Un abrazo fuerte y enhorabuena, Enrique.

No te había leído antes en este tipo de composiciones clásicas, y he quedado gratamente sorprendido de tu buen hacer poético también en estas lides. De hecho, me atrevería a decir que este soneto es, de todos los poemas que te he leído, el que más me ha gustado. Fluye con naturalidad, y en los cuartetos alcanzas altas cotas de lirismo. El primer verso es el mejor prefacio.

Un abrazo, F. Enrique.

Estoy encantado con lo que me dices, Celia, intento mantener los pies en el suelo, pero estoy encantado...

Muchas gracias, Celia, un abrazo.

F. Enrique escribió:Yo no supe llorar cuando llorabas,
ni supe iluminar tu sombra hundida
ni sentir la verdad ni la medida
en el ruego de amor que me dejabas.

Yo no supe escucharte cuando hablabas,
ni horadé en la hondura de tu herida
que tocaba el infierno en su caída
apartando el cuidado que guardabas.

Solo y perdido siento este lamento
que no halla consuelo ni clausura
y no puede olvidarse de aquel día.

Si no supe vivir en tu tormento
me merezco el dolor y la locura
de morir por tus ojos todavía.[RIGHT](Lamento sobre las piedras)[/RIGHT]

Maravilloso soneto con una fluidez que sólo sale del sentimiento verdadero, perfecto en todo sentido, de antología, vamos.

Saludos, Enrique.

Gracias por subir este precioso soneto que no había tenido el gusto de leer y que me ha maravillado. Eres sentimiento puro, y eso, para mí, es un lujo.
Un abrazo

Es muy emocionante además de bello. Felicidades.

Recibe mi admiración y aplausos, Enrique.

Un abrazo.

Vuelvo a agradecerte, Liz, tus palabras con la misma satisfacción de siempre.

Un abrazo.

Te digo sinceramente que no me gusta escribir sonetos. El poeta más prometedor que hay en este Foro está obsesionado con ellos y pienso que en ello pierde una buena parte de su energía creativa. Yo, amparado en que le llevo treinta años, se lo dije en la correspondencia privada que mantenemos, no de una manera explícita, es cierto. Hizo lo mismo que yo hubiera hecho de haber sido él; no me hizo caso. Pero yo no se lo puedo tener en cuenta, mi vanidad aflora y nadie me ha dicho cosas tan trascendentes de mis poemas como él, y además me arrastra su vitalidad.

Cuando acabé de escribir este soneto, me dije ya no escribo ni uno más, ya he cumplido con los clásicos escribiendo uno que puede mirar los suyos desde el suelo. No cumplí mi promesa y un año después escribí unos diez o doce con un resultado calamitoso; no he nacido para escribir aquello en lo que no creo. Creo en Garcilaso, en Lope, en Hernández, pero no en el soneto, ha cumplido sobradamente su cometido pero, equivocado o no, pienso que no se adecua a la sensibilidad ecléctica del hombre moderno, la perfección en el arte no existe, ni siquiera Rafael era perfecto

Gracias por lo que me dices. Un abrazo.,

Gracias, Isabel, puedo decir con propiedad que por lo que me dijiste un día. Te he echado de menos en esta vuelta.

Un abrazo.

Muchas gracias, Sandra, por tus cálidas palabras.

Un abrazo.

Gran Reserva de Alaire.