Fermín Lasarte escribió:Óscar Bartolomé Poy escribió:Si una noche de verano
de ésas en que el calor derrite el sueño
te levantas de la cama empapado en sudor
y te asomas a la ventana para que te dé el aire en la cara
y con los codos apoyados sobre el alféizar miras hacia la luna
y en la cara de la luna no divisas el brillo de una sonrisa…
…píntale tú una,
la más reluciente y blanquecina que tu imaginación conciba,
y así no menguará la luz
en esta creciente oscuridad de farolas apagadas
que nos vuelve búhos de asfalto.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
Hermoso y sabio poema Óscar. La primera estrofa es gratamente musical, se lee con gracia y es como la preparación para ese final duro y directo como una estocada.
Nos convertimos en murciélagos de ciudad, hoy día es tener suerte que la luna asome por la ventana, ya ni siquiera eso. Solo queda la oscuridad de los neones, y su grito compungido. Por otro lado, se ve una soledad, ese enfrentamiento en el ser y la urbe, entre el individuo devorado por la comunidad y el anonimato. Pero el matiz triunfante, finalmente, es la esperanza, porque pintarle una sonrisa a un luna descorazonada, es un desgarrador canto de esperanza. Es magnífico tu poema Óscar, porque dispones tu natural talento en cuanto a técnica y forma al servicio del contenido, es decir, un poema puede ser solamente bello, o también excelsamente bello, hay otros también, que a la belleza, le suman mensaje poético, emoción poética, pulso y tacto poético; sin eso un poema está desalmado. Bueno perdóname, me fui por las ramas, pero todas estás cosas disparan tus versos amigo. Un placer visitarte. Un fuerte abrazo Óscar.
Tienes razón, Fermín. Donde antes había una ventana donde poder mirar a la luna, ahora hay un muro de cemento. Eso nos convierte en búhos de ciudad, o de asfalto, porque el alquitrán despide un calor que marea. Y el búho, como todo depredador noctívago, vive solo y aíslado. A eso nos conduce la sociedad moderna, sí. Y pese a todo, aún queda un hálito de esperanza en esa sonrisa dibujada.
Has hecho una lectura fantástica de mi poema que a mí mismo me sorprende, pues eres capaz de extraer conclusiones que muchas veces ni el autor había pensado, pues el autor no es más que un instrumento que canaliza la poesía que le llega por sabe Dios qué medios.
No te disculpes, amigo. Al contrario, te estoy muy agradecido por el tiempo y la dedicadión que has puesto en mi poema. Un fuerte abrazo, Fermín.