Mario Martínez escribió:Hola Alonso
La ambición de tu ombligo, sin medidos fragmentos,
insinuaba en tus muslos los secretos del pubis,
me ofrecías el fruto prohibido del Edén,
y en mis manos comías los huecos y las formas
para teñir cada veintiocho días
los aullidos de un lobo que mordió los inciensos:
Me quedo con esta estrofa, amigo mío, de este poema inmenso que he disfrutado. Un abrazo.
Mario.
Gracias por tu comentario Mario
un abrazo amigo
.