Ayer

[Alejandro Costa]

Es ayer.

Todo a mi alrededor, así lo indica.

Es ayer,
cuando miro hacia el exterior y no veo nada nuevo,
cuando el color de las paredes perdura
y el polvo, es más denso, pero está en el mismo lugar.

Es ayer,
en el cenicero aún permanecen los cadáveres de nicotina,
y el reloj, ¡pobre reloj!
sigue con la misma hora de aquel día.

Es ayer,
los mismos libros desordenados,
la misma bombilla fundida, el mismo frío de la soledad
y hasta la misma memoria carcomida.

Es ayer,
siempre ha sido ayer,
con sus palabras adornando el silencio,
sus ojos brillando aun en la noche más oscura.

Es ayer,
porque está aquí, junto a mí,
mirándome con la dulzura de un pétalo de rosa,
sus labios carmín, en los míos sedientos.

Es ayer,
siempre es ayer, todo sigue inmune al recuerdo,
a los recovecos impregnados de su fragancia,
al sonido de su voz en los laureles de la mente.

Es ayer,
sí,
hoy,
solo derramo nuevas lágrimas por el mismo cauce.

Siempre seguirá siendo ayer.

[Julio Gonzalez Alonso]

Buena reflexión sobre la persistencia del duelo y la presencia del recuerdo de la persona amada; se percibe el ambiente temporal obsesivo anclado en el ayer como una negación del presente. El pasado donde se refugia en el yo poético y es doloroso e idealizado lo que supone, por otro lado, ser un escudo ante el paso del tiempo y sus desastres, protegiendo el recuerdo. Finalmente parece que el tiempo se rinde y pierde su poder.

Un poema, en fin, conmovedor e intimista de hondo alcance. Felicitaciones, Alejandro. Mi abrazo, y salud.

[Fernando Marcos Rentero]

En el "ayer", no hay nada nuevo, amigo Alejandro, solo el polvo sobre los obsoletos y desvencijados muebles, donde dibujar con las yemas de los dedos un corazón soñador, como recuerdo de esas vivencias nostálgicas y silenciosas tan nuestras. Preciosos versos de ese "ayer", que nos traes hoy, y seguiremos disfrutando mañana. Un abrazo, compañero.

[Ramón Carballal]

Poderosa la nostalgia que desprende el poema. La anáfora remarca aún más esa sensación de tiempo detenido imposible de superar. No obstante no sé si será lo mejor anclarse en los recuerdos y en la plenitud de un amor que ya no está, quizá mirar hacia el futuro pueda ser un lenitivo. Muy buen poema, emocionante y bien escrito. Lo disfruté. Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me ha gustado mucho, Alejandro, esta poética del tiempo quieto y monótono, con imágenes de gran plasticidad y fuerza sugestiva.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un fuerte abrazo.

[Marisa Peral]

Todo lo que nos acompaña durante nuestra vida es Ayer, sí.
Es nuestro y de nuestros seres queridos, ayeres compartidos que nos entristecen pero también nos sanan al recordarles y confirmar que no hay Olvido.
Un placer leerte, Alejandro.
Felicidades y un beso.

[Alejandro Costa]

Buena reflexión sobre la persistencia del duelo y la presencia del recuerdo de la persona amada; se percibe el ambiente temporal obsesivo anclado en el ayer como una negación del presente. El pasado donde se refugia en el yo poético y es doloroso e idealizado lo que supone, por otro lado, ser un escudo ante el paso del tiempo y sus desastres, protegiendo el recuerdo. Finalmente parece que el tiempo se rinde y pierde su poder.

Un poema, en fin, conmovedor e intimista de hondo alcance. Felicitaciones, Alejandro. Mi abrazo, y salud.

Infinitas gracias.

Me has regalado una joya con este comentario.

Me alegra saber que te ha gustado.

Un fuerte abrazo, compañero.

[Alberto León]

Es ayer.

Todo a mi alrededor, así lo indica.

Es ayer,
cuando miro hacia el exterior y no veo nada nuevo,
cuando el color de las paredes perdura
y el polvo, es más denso, pero está en el mismo lugar.

Es ayer,
en el cenicero aún permanecen los cadáveres de nicotina,
y el reloj, ¡pobre reloj!
sigue con la misma hora de aquel día.

Es ayer,
los mismos libros desordenados,
la misma bombilla fundida, el mismo frío de la soledad
y hasta la misma memoria carcomida.

Es ayer,
siempre ha sido ayer,
con sus palabras adornando el silencio,
sus ojos brillando aun en la noche más oscura.

Es ayer,
porque está aquí, junto a mí,
mirándome con la dulzura de un pétalo de rosa,
sus labios carmín, en los míos sedientos.

Es ayer,
siempre es ayer, todo sigue inmune al recuerdo,
a los recovecos impregnados de su fragancia,
al sonido de su voz en los laureles de la mente.

Es ayer,
sí,
hoy,
solo derramo nuevas lágrimas por el mismo cauce.

Siempre seguirá siendo ayer.

Poeta Alejandro:

Me ha conmovido profundamente este poema. Es ayer y, sin embargo, el dolor no es el mismo porque ha aumentado, porque no cede, porque evoluciona. Hay veces que para el dolor no pasa el tiempo.

Está claro tu gran recorrido como poeta y tu habilidad para nombrar lo que a muchos de nosotros se nos dificulta ponerle nombre.

¡Saludos afectuosos!

[Ana Muela Sopeña]

Qué buen poema, Alejandro:

Con las repeticiones vas dejando pinceladas de ese ayer tan recordado. El tiempo se ha detenido ante la ausencia de alguien muy importante y lo describes todo de un modo muy gráfico.

Es un poema lleno de sentimientos y de sensaciones.

Enhorabuena por estos buenos versos
Un abrazo
Ana

[Pilar Morte]

Me ha gustado el recuerdo del ayer, cómo has plasmado las diferentes sensaciones de forma muy bella. Un gusto leerte.
Abrazos y salud

[Ana García]

Es bueno no dejar que el cenicero se llene porque eso señala el tiempo detenido. La sombra de lo que fue magnificada en nuestra memoria. La ceniza del día siguiente.
Muy bueno, amigo mío.
Un beso.