Eslabones

[F. Enrique]

Ni siquiera la húmeda y salada tristeza de mil lágrimas
fue contrapeso para el dolor que quemaba la piel
endurecida de un tiempo que no existe.
Mis dudas descansan sobre los hombros,
así se me hace difícil correr con el peso
de la verdad.
Los recuerdos vienen a mí incendiándome
los ojos de ascuas de nostalgia.
Nubes de malvavisco me arropan dulcemente
al estar a solas con la vida.
Mi voz será un nudo de sangre que caiga
sobre el lienzo de la última palabra escrita.

Muy buen poema (suele ser en ti la norma), con un excelente final. Aplausos.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Se abre el poema con una serie de imágenes de variopinto colorido que me recuerda a esos maravillosos cuadros de Chagall.
Después el poeta se hace más lírico con momentos cumbres para enmarcar, como en estos momentos del cierre:

“Mis dudas descansan sobre los hombros,
así se me hace difícil correr con el peso
de la verdad.
Los recuerdos vienen a mí incendiándome
los ojos de ascuas de nostalgia.
Nubes de malvavisco me arropan dulcemente
al estar a solas con la vida.
Mi voz será un nudo de sangre que caiga
sobre el lienzo de la última palabra escrita”

Un gran trabajo, amigo Ramón, que en su momento se me había pasado, y digo que me parece uno de los mejores poemas que te he leído, ¡que ya es decir!

Todo un placer de lectura, amigo Ramón.

[Marisa Peral]

Mis dudas descansan sobre los hombros,
así se me hace difícil correr con el peso
de la verdad.
Los recuerdos vienen a mí incendiándome
los ojos de ascuas de nostalgia.
Nubes de malvavisco me arropan dulcemente
al estar a solas con la vida.
Mi voz será un nudo de sangre que caiga
sobre el lienzo de la última palabra escrita.

Arriba de nuevo.