me encuentro cara a cara con la melancolía,
en el callejón tapiado de mi travesía
no encuentro los trazos pintados,
los caracteres que me calmen y sacien,
no hallo respuestas
a la paradoja de mi vida.
nada serena mi alma
que grita su voz sumisa y callada
en un idioma desconocido al intelecto.
aun cuando ningún juez dictase sentencia
y nunca fuere absuelto.
el corazón por un mar embravecido
y volcán adormecido.
dentro de mi prisión
sin barrotes y carceleros
sigo buscando aun a sabiendas
jamás hallaré lo deseado.
veo fuera de mí y nada siento;
aun así sigo llamando a las puertas
de grandes esperanzas.
mis versos son las lágrimas
que en mis letras se derraman,
que no puede ser asido
y que hoy vi, comprendí
será escrito.