Soñar en la orilla de tu figura

[Alejandro Costa]

Ahora,
envuelto en el calor de la carne,
he vuelto a arder en tus brazos,
a humedecer el alma del deseo,
soñar en la orilla de tu figura;
hoy, mi erizada piel morena,
quedó mi cuerpo extasiado.

Encuentro en estos versos que la huella del Neruda de los 50 sigue abierta en tu verso. Me ha gustado mucho.


Un abrazo.

¿Neruda? Soy muy de Neruda, de Lorca, de Buesa y sobre todo de Hernández.

Soy muy clásico y me encantan los veinte poemas y la canción desesperada, los sonetos del amor oscuro, las canciones y la sed insaciable de Buesa y la locura de mi mente por culpa de un pastor de Orihuela.

Gracias, compañero.

Un fuerte abrazo.

[Alejandro Costa]

Ahora,
envuelto en el calor de la carne,
he vuelto a arder en tus brazos,
a humedecer el alma del deseo,
soñar en la orilla de tu figura;
hoy, mi erizada piel morena,
quedó mi cuerpo extasiado.

Encuentro en estos versos que la huella del Neruda de los 50 sigue abierta en tu verso. Me ha gustado mucho.

Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso¡
Qué soledad errante hasta tu compañía¡

Un abrazo.

Preciosos versos, me has dejado en este apunte.

Gracias.

[Alejandro Costa]

Menuda pasión has soltado en este poema. ¡Qué tiemble la orilla del mar!
¡Ea, ahí queda eso!
Te felicito porque en este poema te has vestido de amor y deseo.
Un fuerte abrazo.

Es que estoy enamorado, mi preciosa Anita.

Estoy enamorado de la parte buena de la vida, de las buenas gentes que la rodean, de la naturaleza cuando no lucha contra nosotros, y de mi familia.

Ves, no soy tan triste y sí un hombre afortunado.

Un besazo, Anita.

También estoy enamorado de tu persona.