Dolor de madre

[Lisandro Sánchez]

La madre: —Pero ¿me puedes explicar qué van a hacer?

El hijo: —Ya te lo expliqué diez veces.

Madre: —Pero es que no me entra en la cabeza.

Hijo: —Mira, madre, ya se hizo tarde, ya está anocheciendo; él me dijo que vendría a buscarme al anochecer, va a llegar de un momento a otro.

M: —Pero es que ese muchacho se ha vuelto loco.

H: —Por favor, basta ya.

M: —Pero es que esto no tiene ni pies ni cabeza. Él va a arruinar a su familia y tú vas a arruinarnos a nosotros.

H: —Por favor...

M: —Con la hermosa carpintería que tiene el padre de ese muchacho…

H: —Tampoco es para tanto.

M: —Es que el padre tampoco ha sido muy avispado. Trabaja como un burro y hace bien sus trabajos pero no tiene personalidad. Además ya está medio viejo. Pero el hijo tiene toda la energía de la juventud, y conoce el oficio, y es un muchacho despierto, ocurrente, además tiene carisma, y temperamento. Tiene todo lo que nunca tuvo el padre. Si todo ese brío que tiene lo pusiera en la carpintería junto a su padre, estoy segura que se convertirían en una de las familias más ricas del pueblo. Como el vendedor de telas. Desde que el hijo se puso al frente del negocio junto a su padre, cambiaron del día a la noche.

H: —Porque el hijo es un acaparador, explotador, estafador, evasor de impuestos, sobornador de funcionarios…

M: —A mí no me consta.

H: —A mí sí. Tú no vas nunca al pueblo. Yo sí. Y tengo allí a mis amigos. Que lo conocen como patrón, proveedor, cliente. Y tú sabes bien que siendo honesto nadie se hace rico. ¿Y qué mejor ejemplo que nosotros? ¿Quién mejor que nuestro padre para trabajar con los animales? Y sin embargo…

M: —¿Y cuál es tu ideal, entonces? ¿Que seamos toda la vida unos pordioseros como hasta ahora? ¡Por Dios!

H: —Justamente, madre. De eso se trata. Tú sabes mejor que yo que las riquezas no son infinitas. Las tierras, los suelos fértiles, los buenos pastizales, el agua, y de ahí en más, todo, es limitado, no es infinito. Entonces mientras un puñado de acaparadores, que con su falta de escrúpulos y su dinero compran las voluntades necesarias para poder seguir siempre acaparando más; mientras sigan así quedándose siempre con todo, o casi todo; entonces el resto, la mayoría, vamos a seguir siendo siempre unos pordioseros. ¿Cuál es la alternativa según tú? ¿Convertirse en unos inescrupulosos como ellos y enriquecerse a costa de más pobreza generalizada? Porque si las riquezas son limitadas; a más acaparamiento por parte de unos pocos, pues más pobreza para el resto. ¿Te parece que ese puede ser el plan de Dios? ¿Que las riquezas que Dios creó sean para un puñado de acaparadores y que la mayoría de los hijos de Dios se maten trabajando para ser unos pordioseros, como nosotros?

M: —Y más pordioseros vamos a ser con dos brazos menos para ayudar a tu padre y tus hermanos. Tú sabes el tremendo trabajo que hay. Los animales, el acarreo del agua, la casa que se cae a pedazos. Si aun estando tú no damos abasto.

H: —De eso se trata, madre…

M (ya a los gritos y llorando): —Y tú te vas a morir de hambre peor que nosotros, convertido en un haragán, vagabundo, mendigo, loco, igual que ese loco que debe estar poseído por el diablo, que te lleva con él. ¿A qué? ¿Para qué? ¡Por Dios! ¡Ese loco mal nacido, mal parido hijo de p…!

Una voz, desde afuera, en la oscuridad, entre ladridos de perros: —¡Buenas noches!

M: —¡¿Quién eres?!

La voz: —¡Vengo a buscar a tu hijo; él me está esperando para irse conmigo; soy Jesús de Nazaret!





Lisandro Sánchez
Las Ovejas, Neuquén, Argentina
pochosanchez1973@gmail.com
viewtopic.php?t=42057

[Marisa Peral]

¡Qué buen relato, Lisandro!
Cualquier madre pelearía a su hijo para que consiguiera un futuro mejor.

Inesperado final, me ha gustado leerte.
Enhorabuena y feliz lunes.
Saludos.

[Ana García]

Me gusta mucho la estructura teatral que has imprimido a tu cuento. Yo tampoco me esperaba ese final, algo que suma a la lectura.
Si me permites un par de consejos que pueden mejorar tu escrito.:
En los diálogos no es válido el guión corto. Se usa el guión largo que se consigue pulsando al mismo tiempo la tecla ALT + 0151.
Y en un texto corto no conviene abusar de los puntos suspensivos.

Espero que me disculpes por estas notas. Soy más prosista que poeta .
Un saludo.

[Lisandro Sánchez]

¡Qué buen relato, Lisandro!
Cualquier madre pelearía a su hijo para que consiguiera un futuro mejor.

Inesperado final, me ha gustado leerte.
Enhorabuena y feliz lunes.
Saludos.

Así es, Marisa. Cuando somos hijos, tal vez somos capaces hasta de sacrificar nuestra propia vida por un ideal, y cuando somos padres nos duele si nuestros hijos lo hacen. Es la ley de la vida.

Muchísimas gracias por tu lectura y tu muy atento comentario. Un cordial saludo.

Lisandro

[Lisandro Sánchez]

Me gusta mucho la estructura teatral que has imprimido a tu cuento. Yo tampoco me esperaba ese final, algo que suma a la lectura.
Si me permites un par de consejos que pueden mejorar tu escrito.:
En los diálogos no es válido el guión corto. Se usa el guión largo que se consigue pulsando al mismo tiempo la tecla ALT + 0151.
Y en un texto corto no conviene abusar de los puntos suspensivos.

Espero que me disculpes por estas notas. Soy más prosista que poeta .
Un saludo.

Ana:

Cuando comparto un texto, no hay nada que valore más, que recibir aportes o críticas constructivas.

¡Desconocía absolutamente que con un "pase mágico" como el que acabás de enseñarme, mi vieja computadora de escritorio resulta capaz de generar esos guiones largos! Acabo de reemplazar en el texto mis rústicos guioncitos por ellos.

Con respecto a los puntos suspensivos te cuento que en general trato de no abusar de ellos, pero sí en los diálogos, como un recurso para emular o sugerir al menos, cierto "aire" propio de un intercambio oral, espontáneo, común y corriente. Y siempre lo vivo como una tensión insoluble entre, por un lado, el deseo de traducir lo intraducible de la oralidad; y por el otro, la observancia del canon que dicta que un texto lleno de puntos suspensivos es un adefesio. Y en este caso hay algunos puntos suspensivos que me resisto a eliminar. Son los que están al final de algunas de las intervenciones de los personajes, indicando (o intentando hacerlo) que la intervención ha quedado inconclusa, ha sido interrumpida por el otro personaje. Pero hay otros que sí, puedo aceptar eliminarlos, y acabo de hacerlo, en atención a tu consejo.

Infinitamente agradecido.

Un muy cordial saludo.

Lisandro

[Ana Muela Sopeña]

Muy buen relato, Lisandro:

Los diálogos te han quedado muy bien. Bastante naturales (que no es fácil).

El final es espectacular e inesperado.

Felicitaciones
Un abrazo
Ana

[Ana García]

Me gusta mucho la estructura teatral que has imprimido a tu cuento. Yo tampoco me esperaba ese final, algo que suma a la lectura.
Si me permites un par de consejos que pueden mejorar tu escrito.:
En los diálogos no es válido el guión corto. Se usa el guión largo que se consigue pulsando al mismo tiempo la tecla ALT + 0151.
Y en un texto corto no conviene abusar de los puntos suspensivos.

Espero que me disculpes por estas notas. Soy más prosista que poeta .
Un saludo.

Ana:

Cuando comparto un texto, no hay nada que valore más, que recibir aportes o críticas constructivas.

¡Desconocía absolutamente que con un "pase mágico" como el que acabás de enseñarme, mi vieja computadora de escritorio resulta capaz de generar esos guiones largos! Acabo de reemplazar en el texto mis rústicos guioncitos por ellos.

Con respecto a los puntos suspensivos te cuento que en general trato de no abusar de ellos, pero sí en los diálogos, como un recurso para emular o sugerir al menos, cierto "aire" propio de un intercambio oral, espontáneo, común y corriente. Y siempre lo vivo como una tensión insoluble entre, por un lado, el deseo de traducir lo intraducible de la oralidad; y por el otro, la observancia del canon que dicta que un texto lleno de puntos suspensivos es un adefesio. Y en este caso hay algunos puntos suspensivos que me resisto a eliminar. Son los que están al final de algunas de las intervenciones de los personajes, indicando (o intentando hacerlo) que la intervención ha quedado inconclusa, ha sido interrumpida por el otro personaje. Pero hay otros que sí, puedo aceptar eliminarlos, y acabo de hacerlo, en atención a tu consejo.

Infinitamente agradecido.

Un muy cordial saludo.

Lisandro

El pase mágico, como tú lo llamas, forma parte de los códigos ASCII. Te dejo un link por si hay otro que necesites:

https://elcodigoascii.com.ar/

Por otra parte quiero agradecerte tu buena aceptación para con mis apuntes. Al final es el propio escritor el que decide si usarlos o no.
Para mí es todo un reto no usar los puntos suspensivos, dejar que el lector sitúe los actos que apuntas u otros.
Voy a subir un viejo texto con la narrativa teatral que tanto me gusta. Voy a buscarlo en mi baúl de los cuentos.
Un abrazo.

[Lisandro Sánchez]

Muy buen relato, Lisandro:

Los diálogos te han quedado muy bien. Bastante naturales (que no es fácil).

El final es espectacular e inesperado.

Felicitaciones
Un abrazo
Ana

Muchísimas gracias, Ana, por tus elogiosas palabras.
A mí me gustó mucho tu poema "Es bueno haber nacido".
Te dejé allí un comentario el domingo.
Te mando un abrazo fraterno.

Lisandro

[Lisandro Sánchez]

Me gusta mucho la estructura teatral que has imprimido a tu cuento. Yo tampoco me esperaba ese final, algo que suma a la lectura.
Si me permites un par de consejos que pueden mejorar tu escrito.:
En los diálogos no es válido el guión corto. Se usa el guión largo que se consigue pulsando al mismo tiempo la tecla ALT + 0151.
Y en un texto corto no conviene abusar de los puntos suspensivos.

Espero que me disculpes por estas notas. Soy más prosista que poeta .
Un saludo.

Ana:

Cuando comparto un texto, no hay nada que valore más, que recibir aportes o críticas constructivas.

¡Desconocía absolutamente que con un "pase mágico" como el que acabás de enseñarme, mi vieja computadora de escritorio resulta capaz de generar esos guiones largos! Acabo de reemplazar en el texto mis rústicos guioncitos por ellos.

Con respecto a los puntos suspensivos te cuento que en general trato de no abusar de ellos, pero sí en los diálogos, como un recurso para emular o sugerir al menos, cierto "aire" propio de un intercambio oral, espontáneo, común y corriente. Y siempre lo vivo como una tensión insoluble entre, por un lado, el deseo de traducir lo intraducible de la oralidad; y por el otro, la observancia del canon que dicta que un texto lleno de puntos suspensivos es un adefesio. Y en este caso hay algunos puntos suspensivos que me resisto a eliminar. Son los que están al final de algunas de las intervenciones de los personajes, indicando (o intentando hacerlo) que la intervención ha quedado inconclusa, ha sido interrumpida por el otro personaje. Pero hay otros que sí, puedo aceptar eliminarlos, y acabo de hacerlo, en atención a tu consejo.

Infinitamente agradecido.

Un muy cordial saludo.

Lisandro

El pase mágico, como tú lo llamas, forma parte de los códigos ASCII. Te dejo un link por si hay otro que necesites:

https://elcodigoascii.com.ar/

Por otra parte quiero agradecerte tu buena aceptación para con mis apuntes. Al final es el propio escritor el que decide si usarlos o no.
Para mí es todo un reto no usar los puntos suspensivos, dejar que el lector sitúe los actos que apuntas u otros.
Voy a subir un viejo texto con la narrativa teatral que tanto me gusta. Voy a buscarlo en mi baúl de los cuentos.
Un abrazo.

Mil gracias otra vez, Ana.
Voy a guardar esta lista de códigos.
Y seguramente me acordaré de vos cuando la use.
Voy a estar atento a la aparición de ese texto de tu baúl de los cuentos.
Te mando otro fraterno abrazo.

Lisandro