Cuando mueran los poemas

[F. Enrique]

Hoy he leído un mensaje tuyo que me ha cautivado. No es preciso, pero sí necesario, recordar que el profeta del desierto alimentaba el deseo de hablar y minimizaba el de ser escuchado.

Digo la luz y el mundo se ilumina.
Porque nombro la luz, la luz se crea
y porque hay luz tu sombra se alabea
y me besa en la boca y me asesina.

Mato la luz y asombro tu retina
con la penumbra viva de la idea,
parásito de luz que melindrea
entre la esclavitud de la rutina.

Cuando escribo la luz, algo se enciende
por seducir tu verbo que trasciende
sobre la geografía de mis lutos.

Me llamo Claridad siendo La Oscura
y en lo profundo de tu arboladura
brilla el dulzor acerbo de mis frutos.
(Morgana de Palacios- Digo la luz)

Debemos coincidir, Pepa, en que hoy en día casi todos los poemas nacen muertos; vayas en la Red adonde vayas las reglas protegen a los poetas mediocres si son participativos y les cortan las alas a los poetas. Quizás Morgana escapara a esa norma. Un recuerdo hermoso para ella.

No puedo estar quejoso de Alaire, precisamente yo, que tantas veces me he saltado las reglas, por su permisividad. Es por esta tolerancia que, a veces, llego a buen puerto. Y por ello considero a Alaire el mejor de los foros dentro de lo que es posible. También es cierto que Alaire ha hecho y hace desaparecer artículos y entradas míos sin darme una explicación. Vaya lo uno por lo otro.

Gracias, Pepa.

[F. Enrique]

Hoy he leído un mensaje tuyo que me ha cautivado. No es preciso, pero sí necesario, recordar que el profeta del desierto alimentaba el deseo de hablar y minimizaba el de ser escuchado.

Digo la luz y el mundo se ilumina.
Porque nombro la luz, la luz se crea
y porque hay luz tu sombra se alabea
y me besa en la boca y me asesina.

Mato la luz y asombro tu retina
con la penumbra viva de la idea,
parásito de luz que melindrea
entre la esclavitud de la rutina.

Cuando escribo la luz, algo se enciende
por seducir tu verbo que trasciende
sobre la geografía de mis lutos.

Me llamo Claridad siendo La Oscura
y en lo profundo de tu arboladura
brilla el dulzor acerbo de mis frutos.
(Morgana de Palacios- Digo la luz)

Debemos coincidir, Pepa, en que hoy en día casi todos los poemas nacen muertos; vayas en la Red adonde vayas las reglas protegen a los poetas mediocres si son participativos y les cortan las alas a los poetas. Quizás Morgana escapara a esa norma. Un recuerdo hermoso para ella.

No puedo estar quejoso de Alaire, precisamente yo, que tantas veces me he saltado las reglas, por su permisividad. Es por esta tolerancia que, a veces, llego a buen puerto. Y por ello considero a Alaire el mejor de los foros dentro de lo que es posible. También es cierto que Alaire ha hecho y hace desaparecer artículos y entradas míos sin darme una explicación. Vaya lo uno por lo otro; las personas nos equivocamos.

Gracias, Pepa.

[Marisa Peral]

Te quise y no sé si me arrepiento
cuando te veo emerger
de nuestros espigones como si fueras otra,
como si nunca hubieras vuelto del exilio
al que tú misma te desterraste
mientras se levantaban las hojas de los sauces en tus ojos

.

Este poema es una maravilla, Paco.
De lo mejor que te he leído.
Dejo la estrofa final que me ha emocionado.

Gracias y un abrazo.

[F. Enrique]

Te quise y no sé si me arrepiento
cuando te veo emerger
de nuestros espigones como si fueras otra,
como si nunca hubieras vuelto del exilio
al que tú misma te desterraste
mientras se levantaban las hojas de los sauces en tus ojos

.

Este poema es una maravilla, Paco.
De lo mejor que te he leído.
Dejo la estrofa final que me ha emocionado.

Gracias y un abrazo.

A mí me pasa lo mismo que a usted con esa estrofa; decididamente es la que más me gusta. Ahora poniéndonos serios (perdona lo del usted), parece que fuera aislada dentro del poema, llegó la hora de regañar y romper el lirismo, hasta cierto punto estoico, resignado y oscuro, del resto del poema.

Gracias

[E. R. Aristy]

Me dejó a solas con mi triunfo y su muerte.
(José Emilio Pacheco)




Ya escucho tu sonrisa en el mar que se aleja
y busco en otra playa de tu arena la orilla,
vivo como un olvido flotando entre las aguas
que se alejan de ti, sin poder detenerte.
(Ya escucho aquellos versos)

Cuando mueran los poemas en mi cuaderno
y aparezcan contigo en la calle de la ausencia
no será culpa del rapsoda que llore entre los muros
sino mía
para siempre, solo mía y derramada
como un templo abandonado
en el crepúsculo
que ya no escucha la caída de los dioses,
como la mano que un día me ofreciste
cuando ya no podía
fijarla en los tabiques densos y supurantes
de una sombra profunda y corrompida
que no supo cerrarse en mi memoria;
era una hoja grave en un diario
que no querías guardar en tu equipaje de quimeras,
la palabra de un amante sepultada
por las cenizas de un jardín y un limonero,
un sueño agonizante
que alentar no quisiste con los labios,
una espera
cuando ya había pasado el último tranvía
con el corazón de Chopin en una urna túrbida
envuelta en el levante, las notas y los recuerdos,
en una queja que se movía bajo la sangre de una verja.

Allí seguía latiendo perdida y pesarosa
la huella que borraste en la luz de mi mirada
que sufría el gesto caprichoso,
las ansias peregrinas
que dejaste que anidaran en un balcón de mi costado
y nunca los arrancaste del laberinto de mi alma.

Te quise y no sé si me arrepiento
cuando te veo emerger
de nuestros espigones como si fueras otra,
como si nunca hubieras vuelto del exilio
al que tú misma te desterraste
mientras se levantaban las hojas de los sauces en tus ojos.

Me alegra encontrar hoy esta joya poética. Te felicito, Enrique, maravillosa obra! Abrazos

[Ramón Carballal]

Excelente poema, Francisco, con esa mezcla de nostalgia y lirismo que tan bien dominas. Un abrazo.

[F. Enrique]

Gracias, Ramón, por tus palabras. He aprendido a mirar con otros ojos este poema, antes no lo veía bueno dentro de los míos.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Me dejó a solas con mi triunfo y su muerte.
(José Emilio Pacheco)






Me alegra encontrar hoy esta joya poética. Te felicito, Enrique, maravillosa obra! Abrazos

Siempre espero de ti, Roxane, y siempre te encuentro en tu rincón. Te lo agradeceré siempre, llenas de luz esos versos tristes y oscuros.

Un abrazo.

[Rafel Calle]

Arriba con este trabajo tan bello como interesante de Enrique

[enrique sanmol]

Leí este poema hace tiempo, incluso voté por él para poema de la semana, pero no dejé comentario alguno. A veces me pasa eso, un poema me llega, pero prefiero quedarme con él en silencio, sin dejar constancia de mi lectura y de mis sensaciones. Tú piensas que este poema no está en la línea del conjunto de tu obra, yo no pienso lo mismo... El amor, como tema explícito o de fondo, creo que está presente en muchos de tus poemas: la nostalgia, el desencuentro, la ausencia, el aprender a seguir, esa extraña locura de enamorarnos pensando que nunca habría nada más. Hoy me atrevo a dejar huella aquí, F. Enrique, sin duda debía haberlo hecho mucho antes.

Un abrazo de éste que lamentablemente también sigue poco las reglas.

[F. Enrique]

Arriba con este trabajo tan bello como interesante de Enrique

Gracias, Rafael, por haber acaparado en la existencia de un poema que lucha por sobrevivir. Un abrazo.

[Armilo Brotón]

Ya escucho tu sonrisa en el mar que se aleja
y busco en otra playa de tu arena la orilla,
vivo como un olvido flotando entre las aguas
que se alejan de ti, sin poder detenerte.
(Ya escucho aquellos versos)

¿Dónde te has metido, hermano,
que mis ojos no te leen
mis oídos no te oyen
y mi alma no te siente?
Creeo que has descansado mucho
y ya te extraño.

Como pasan las cosas que tienen sentido, al buscar tus versos, me quedé sorprendido de que no te hubiera comentado este notable poema y me he puesto a desfacer entuertos.
Y digo notable porque está plagado de simbolismo y emocionalidad. Poema/poesía y amante/amor van de la mano junto a la memoria y la inevitabilidad del olvido.
Te vales, como buen poeta, de varios símbolos para exprimir la palabra, que van discurrendo a lo largo de las estrofas. Primero es "el mar", luego "el corazón de Chopin", la fragildad de los recuerdos, sigues en la siguiente estrofa con " la luz de mi mirada" y terminas con "las hojas de los sauces en tus ojos", el duelo, el pertinente reciclaje melancólico que es el ciclo de la vida.

Tu geografía es la lírica del amor/desamor con la poesía: "Te quise y no sé si me arrepiento/cuando te veo emerger/de nuestros espigones como si fueras otra,/como si nunca hubieras vuelto del exilio/al que tú misma te desterraste".

Cada vez estoy más convencido de que tu obra es una metapoética con momentos estelares cuando estás exultante, te sientes querido por ella, y otros melancólicos y de rebeldía, cuando no llega la amante: entonces te desenamoras. Cada vez más convencido de que todas las mujeres a las que haces referencia en tus poemas es una notable invención lírica, una personificacón alegórica. En el trasfondo, una reflexión sobre la fugacidad de la poesía con metáforas como "Tu sonrisa en el mar que se aleja" y "un templo abandonado en el crepúsculo" que evocan la pérdida y el vacío emocional; con personificaciones como "Los poemas que mueren" y "las ansias peregrinas". Tal es la fugacidad del amor, con emociones y recuerdos que uno intenta capturar para siempre y no puede, se encorajina; por ello es conveniente dejarlos por escrito, y si puede ser en verso mejor.
Cuando ella se enfada con nosotros no llega la inspiración, ese verso perfecto que uno tiene en la cabeza; pones significativamente entre paréntesis: "(Ya escucho aquellos versos)". Sí, ella, una puta que nos roba los poemas, ¡que razón tenía Bukowski!
Yo creo que por estos y otros motivos que solo tu alma sabe, dudabas de este poema, porque te dolía: "Cuando mueran los poemas", te quedas sin amante.

Observo que utilizas con gran acierto la repetición y la variación de ciertas frases e imágenes para crear un sentido de ritmo interno, aparte de un axis casi continuo en sexta, como "mía", "caída", "día", "podía", "tranvía", "movía" y otras que se aprecian en la declamación.
La esticomitia perfecta Lèon.

Esto es lo que quería decirte hoy mi hermano.
Un abrazo y feliz día