Ayyyy, la bota de vino. Cuánto tiempo sin empinarla. La fiambrera sigue acompañándonos aunque de vez en cuando, cada vez más, tiramos más de menú de carretera.Armilo Brotón escribió: ↑Lun, 16 Dic 2024 21:10 ¡Qué intensa emoción me ha creado este bello poema Alonso!
Me has trasladado a Orihuela con mi padre. Ese botijo de barro, la bota de vino y la fiambrera eran parte de nuestra vida en el campo. Lo dejábamos bajo un pino mientras acompañaba a mi papá labrando con una mula y un arado romano.
¡Cómo pasa el tiempo amigo!
Un abrazo haste ese, mi otro con tu permiso, monasterio.
Bendiciones
Cambian los tiempos, pero en este convento no olvidamos, je, je.
Un abrazote, Armilio, después de los maitines con "barrejat", unos callos con garbanzos y un carajillo de mediodía.