
mis preguntas quedaron obsoletas.
Dentro del pensamiento no hay pilares
ni azar ni conclusiones preocupantes.
Si enfoco la mirada en el presente,
ya nada me obnubila ni me hiere.
El valor de afrontar las consecuencias
es pasado y futuro sin esencia.
Escribir… Entrever líneas sin caos,
vida-espejo, a través de cada espacio,
dilucidar el léxico del alma,
que me calme, que no espere callada.
Hay sosiego en el aire que respiro,
no hay nadie más que sepa cómo vivo.
El papel solo tiene esa función,
y si se arruga morirá el amor,
si lo volteas tornará tu voz
en ciento ochenta grados, serán dos.
Si la haces razonar, miles a un son.
Así hago poesía, con este pie de rima,
de las reminiscencias de sonrisas.
De las mejores luces de la noche
nace el día, y tampoco es uniforme.
“Quizá es que nunca muere la simiente,
que alcanzas la verdad cuando no mientes.”