algo pequeño, sencillo,
un corazón quejumbroso
bañado de sal y arena.
Desde la luna me llamas,
me ha llegado tu latido
como viento de bonanza
llego hasta ti, temblorosa.
Solo el rumor de las olas
que sangran sobre mi nombre
dice que te encontraré
con todo el aire de mar.
Y los destellos de luna
hacen que este corazón
pueda parecer precioso,
aunque humilde y cauteloso.
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©MAR - septiembre 2002 – Revisado y corregido 3 mayo 2024