sino para las más imperceptibles,
cuando el hombre se quede sin amor
apostaré por todo lo que quise.
Son deseos por mar, de sol a sol,
son deseos sin duda inconfundibles,
cuando las cicatrices son a dios
lo que cada respuesta a los humildes.
Se hace tarde o temprano por sopor,
por rutina, cansancio, y a esto vine…
Odio el aburrimiento resultón,
porque me urge decirles que no existe.
Mi experiencia no trae la solución
al resto de mis días infelices,
pero de ellos tal vez con solo dos,
resuelva ese problema o se me olvide.
No es una guerra, esto es rendición,
no le pido a la vida, ella dirige,
ni soy nadie ni nunca me negó,
mientras el pensamiento
me persigue.
“Nada más me ilusiona que mi voz,
ella puede guiarme cuando grite
cada quien a su forma, al mogollón,
o incluso si la mente me maldice.”