La materia y los sentidos

[Ramón Carballal]

Toco su textura, no escucho, no oigo, no veo, no me llega
su olor ni he probado su carne dura y firme. Hay palabras
que la nombran, pero los nombres por el aire no se ven,
ni tintinean sus sílabas, ni saben las vocales a dulce ni
huele el silencio de sus letras. En mis ojos las formas
y el color, pero están ausentes el sonido de un golpe
en sus entrañas, la lengua sintiendo la aspereza de la piel
de las cosas, el fluido a nada o a barniz o a cal. ¿Quién
memoriza los olores vacíos del mimbre, del algodón,
de la caoba y el acero si nunca son los mismos? Y el
gusto que roe su alma primigenia con ansia de amante,
sin la voz que la nombra bajo el clamor sonoro del viento
entre los pinos, ni el perfume oculto en su invisible raíz
ni la rotunda piel expuesta a la caducidad del tiempo
inexorable. Y cómo nos embarga el vago efluvio del rosal
pero no la vista que se pliega al sentir su frágil aroma,
ni mi índice que no se atreve a alcanzar la flor ni el pétalo,
ni la muda presencia de la espina en su tallo enhiesto,
ni siquiera todo mi ser que recibe agradecido cada
sensación que me posee en los días y en las noches,
en la realidad y en el sueño profundo del vivir.

[Ana García]

A través de los sentidos nos llega la materia sin tocarla. Nos puede llegar a tocar el alma un aroma, nos puede tocar el recuerdo en un momento dado. Se quedan fotografiadas en nuestra memoria situaciones que contienen un color, un olor o una palabra especial.
Muy bello este poema.
Un abrazo sensorial.

[Marisa Peral]

El milagro de los sentidos nos recuerda lo que queda en nuestra memoria e identificamos, sin necesidad de nombrarlo.
Precioso, Ramón, un placer leerte.

Felicidades y bicos.

[Armilo Brotón]

Como tú ya conoces, estimado amigo, yo soy muy afín a la esticomitia en la poesía como herramienta diferenciadora y eficaz para conseguir el ritmo oportuno, el que el poeta quiera dotar al verso según el mensaje, y en los largos, pienso, es más fácil lograrlo. Pero he de comentarte que me fascina la elegancia del encabalgamiento, una figura que hay saber manejarla y sólo los maestros, domadores del verso, nos dan ejemplo de ello. Aquí, leyéndote, aprendo a ello; me encanta llegar al foro y ver una publicación nueva tuya.
Aparte está la sutil, aromática y sinestésica metafísica que rezuma la obra en conjunto; bien estructurada y dirigida a un cierre canónico.
Bien es cierto que nos hubiera gustado, en el Corumelo, que fuera canónigo, te mando un abrazote Ramón

[Ana Muela Sopeña]

Un poema delicioso, Ramón, para disfrutar con todos los sentidos.

Felicitaciones
Un abrazo
Ana

[Alejandro Costa]

Los sentidos analizados por tu pluma.

Excelente compañero. Un placer de lectura.

Sabes que eres uno de mis grandes preferidos.

Y es que, tu escritura, me encanta.

Un abrazo, Ramón.

Salud, paz y felicidad.

[Pilar Morte]

Este poema debe retomar la primera página. Es un placer conocer la materia a través de los sentidos que tan bellamente expresas. Felicidades.
Un abrazo grande

[Raul Muñoz]

De manera muy hermosa y poética, con la forma que va adaptándose a las sensaciones, describes ese profundo misterio, desde el umbral , donde confluyen materia y espíritu. Mi enhorabuena, Ramón, por tu excelente poema tan sentido en espíritu. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

"......
pero no la vista que se pliega al sentir su frágil aroma,
ni mi índice que no se atreve a alcanzar la flor ni el pétalo,
ni la muda presencia de la espina en su tallo enhiesto,
ni siquiera todo mi ser que recibe agradecido cada
sensación que me posee en los días y en las noches,
en la realidad y en el sueño profundo del vivir"

Un magnífico poema a los sentidos que nos definen como entes sensibles. Todo parte de ellos, de sus mentiras y sus verdades, pero qué más da que sean mentiras o verdades, porque ellos, incompletos pero sublimes, son los que nos hace sentir y son la base sobre la que se edifica toda obra artística, y para ejemplo esta que aquí nos ocupa.

Todo un placer de lectura, amigo Ramón.

Unha forte aperta.

[E. R. Aristy]

Toco su textura, no escucho, no oigo, no veo, no me llega
su olor ni he probado su carne dura y firme. Hay palabras
que la nombran, pero los nombres por el aire no se ven,
ni tintinean sus sílabas, ni saben las vocales a dulce ni
huele el silencio de sus letras. En mis ojos las formas
y el color, pero están ausentes el sonido de un golpe
en sus entrañas, la lengua sintiendo la aspereza de la piel
de las cosas, el fluido a nada o a barniz o a cal. ¿Quién
memoriza los olores vacíos del mimbre, del algodón,
de la caoba y el acero si nunca son los mismos? Y el
gusto que roe su alma primigenia con ansia de amante,
sin la voz que la nombra bajo el clamor sonoro del viento
entre los pinos, ni el perfume oculto en su invisible raíz
ni la rotunda piel expuesta a la caducidad del tiempo
inexorable. Y cómo nos embarga el vago efluvio del rosal
pero no la vista que se pliega al sentir su frágil aroma,
ni mi índice que no se atreve a alcanzar la flor ni el pétalo,
ni la muda presencia de la espina en su tallo enhiesto,
ni siquiera todo mi ser que recibe agradecido cada
sensación que me posee en los días y en las noches,
en la realidad y en el sueño profundo del vivir.

Qué belleza, Ramón Carballal! Tu poema es la alabanza a los sentidos de la sensualidad. Es nuestro maravilloso vestido y su gala es sin duda el amor y la poesía. "El sueño profundo de la vida", sí, vives intensamente haciendo realidad a la poesía. Abrazos.

[Carmen Moro Frías]

Hola Ramón
Los sentidos son lo más importante no saben de lógica ni razonamiento ... ni falta hacen.
La materia es otra cosa.
Muy buen poema y gracias por compartir

[Ramón Castro Méndez]

Este poema tuyo, tocayo, ha embriago nuestros sentidos de belleza. Los sentidos es la forma más natural de acercarse a lo que nos rodea, nos da una primera impresión. Excelentes versos.

Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.