Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 26 Mar 2024 8:46
Muchas gracias, Ana, por acercarte hasta mis letras, y por tu generosidad, eres muy amable.
El Corumelo es una aventura fantástica, que solo puede nacer de la imaginación más desbordante de nuestro insigne Sr. Brotón, en la que me he visto envuelto ante el arrollador empuje del antes citado. Lo cierto es que tratamos de divertirnos y, de paso, si alguien más se divierte, pues estupendo. No hay otras pretensiones. Eso sí, aunque está en estudio, somos gente muy estudiosa en esta labor ecuménica, no se puede blasfemar contra elPrior. Es el vicario del Sumo Hacedor en este planeta, con otros universos no nos metemos... de momento la confabulación de mundos la dejamos para más adelante. Ya tenemos bastante con elegir el menú diario, como para interesarnos por temas más elevados. Eso sí, guardamos la regla de la orden, nunca hay que perder la tradición, y estamos enfrentados a la curia vaticana, ni caso hacemos de sus repetidas excomuniones. Somos una especie de Palmar de Troya, pero con más pedigrí. Si en algo estoy errado, lo corregirá su eminencia a su debido tiempo.
Un afectuoso abrazo.
Apunta maneras hermano Frodimir, apunta maneras; como San Verendín del Monte de Venus, bajo sotana, que nos recordaba nuestra ínclita y beatísima doña: Marisa de las Mersedes. Usted ya sabe, por regla, cuando postuló al Monasterio, que el territorio Corumelo es incorruptible a no ser que nos paguen bien y entonces, nos convertimos en monjes guerreros, Mersenarios para entender el honor, a imagen de nuestro patrono San Campeador Rodrigo que precisamente debe su apelativo a que iba siempre de cara, vencía a cielo abierto; no desde la cobardía del despacho, valiéndose de influencias políticas.
Vivir el Corumelo es una aventura fantástica porque nunca sabes dónde empieza y dónde termina; mezcla de Full contact, mística y versos de Bécquer, avanzamos y nos estamos convirtiendo en un referente del cambio. Ya Putinín va a parar la guerra próximamente, ya Benyamín, así mismo, nos lo prometió cuando se asegure que el tribunal de genocidios no le meta mano al escroto; quería el cabrón meterse aquí refugiado, pero le dijimos que nanai, que ya tenemos bastante con el oronde de Oviedo.
Estamos pensando, por evolución, cambiar algunas reglas de la Orden y queremos invitar a Paquito el del Vaticano para que comparta un par de orujos y afloje nalgas.
Bueno hermano, sé piadoso que estamos en Viernes Santo, realiza, como nosotros, las tres caídas y tráete el julajó al refectorio.
Un fraternis abrazo