desmembrar mi tormento
y dejarlo sin una sola luz.
Para alguien como yo,
que sabe la teoría de memoria,
cualquier pequeño error resulta imperdonable.
Conozco por lo tanto lo que no debo hacer
para que el mundo tiemble.
Viven en mi mirada las respuestas,
nunca tuve preguntas,
solo puse mi empeño en idearlas.
Nada hay de introspectivo en mis poemas,
cualquiera puede verlo,
no incitan a pensar, y si lo hacen,
el vértigo social es el que habla.
Mi intención de cambiar el universo
ha renacido.
Solamente con ella duermo del todo en paz.