Alejandro Costa escribió: ↑Jue, 04 Ene 2024 18:36
Ayer, no era más que el calor ardiente del pasado.
He dibujado el alma en distintos tonos,
sin entender el motivo,
sin saber cual era el real, el auténtico.
Pero, los árboles siguen estornudando,
las ramas se agitan ante mis suspiros,
y el envés de mi camisa ya no guarda sudor.
Y yo,
habitado por dolores que no conocieron el término incólume,
participo continuamente en un debate sin respuesta,
en una lucha personal que no tiene sentido,
un abanico sin posibilidades que muestren algo de cordura,
y un pañuelo,
hundido en el fondo de un bolsillo,
que tan solo sirve para secar el sudor
y evaporar las infinitas lágrimas que arrastro.
El ayer poco importa.
El cofre de los recuerdos está astillado,
la cerradura sin llave
y las bisagras oxidadas.
Tan poco queda ya,
que se me agrieta el sentido,
se me arruga la voz
y me hierve una vena clavada en el corazón.
No hay nada más.
Se oyen tambores en el infinito,
sinfonías para apaciguarlos,
canciones sin palabras,
versos de poetas para acaudillar el silencio.
El triste velatorio de aquel pasado
que se quedó colgado en las repisas,
en los carámbanos
e hizo resfriar a los árboles.
Aún hoy,
siguen estornudando.