Nítidos contrastes

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco tus palabras, Pilar:

Un beso grande
Ana

[Alonso Vicent]

Luces y sombras que sanan aunque la ausencia surque los cielos de vez en cuando y sin avisar.
Me encantó el poema; este que leí hace unos días entre trayectos y hoy desde mi guarida.
Un abrazo de parte de este lobito bueno que no quiere ser devorado por los corderos.

[Ara López]

Mi queridísima Ana, hermosos versos los que has plasmado en este poema, que no descansa en imágenes y en sentencias y en posturas que llevan a la reflexión.

¡Me ha encantado!

Un abrazo grande.

[Óscar Distéfano]

Este delicado poema tiende a lo onírico. Realidades que son atrapadas por el talento. Es tan mágico el ambiente que parece envolvernos en una ebriedad de ensueño. Enhorabuena por estos versos que alimentan el entusiasmo.

Un saludo de empatía.
Óscar

[E. R. Aristy]

La noche se parece a la neblina
que se adentra despacio en el silencio.

Una nube de ti
me recuerda los nítidos contrastes
del amor y de la muerte.

El mutismo desfila por las calles,
mientras el frío encuentra su presagio.

La belleza de un reino iluminado
me lleva por los vórtices del humo.

A veces me pregunto si la sombra
me contempla en lo oscuro con sus ojos
o me seduce siempre
con su magnetismo de la nada.

La lluvia sigue siendo aquel secreto
de la ciudad dormida en laberintos.

La música del agua
sumerge sus enigmas
en el tiempo sin tiempo de la infancia.

Contemplo en la quietud
el sonambulismo de lo ínfimo.

Todo resuena en sílabas amadas
por el universo de la herida.

La luz es territorio de la rosa,
esa que no se guarda en los portales.

Admiro del instinto las guaridas
donde el lobo se esconde
del depredador de la conciencia.

Hay una estirpe suave entre los bosques
que delata el ensueño de los libres.

El ángel de las horas
escucha en el exilio
el llanto solitario de la ausencia.


Ana Muela Sopeña

Que inmensidad y profundidad de observaciones, Ana! El lobo se esconde de los depradadore sde la conciencia, un acierto poetico, real, impactante! Un abrazo, ERA