y un manojo de flores llevas en la mano
para esperar a la Muerte
(Leopoldo María Panero - A mi madre)
"Aquí te mando el primer poema de amor que haya hecho nunca [...] Te lo mando sin saber si todo ha muerto ahora en ti, sin saber siquiera si alguna vez tuvo realidad en ti ese deseo que deseo [...] Más que decir, pedir que tú digas, sólo tú ahora puedes hablar cómo fue, por ejemplo, tu regreso a París; y si queda allí algo aún de mí [...] o bien qué piensas de esa síntesis que quería Kierkegaard de lo "trágico y lo cómico": el sufrimiento que ríe, la risa que duda. De esa síntesis habla ese libro suyo dirigido a una sola persona que se llama Temor y Temblor* [...]. Fue el fracaso quien me enseñó a escribir, y lo poco que sé de la victoria.
(Leopoldo María Panero - Carta a Mercedes Blanco (Fragmento)
Ignoro si fue Leopoldo María quien me enseñó a rebuscar entre las ruinas que va quedando de mí mismo, pero las cito con cierta asiduidad y me rebelo contra el paso del tiempo. No volverá la memoria de mi juventud ni la victoria que nunca tuve cerca, he ignorado la que tuve durante años, y ahora no sé como arreglarlo, cómo hacer que no sea la derrota más incondicional y espantosa. Nuestro poeta no necesitaba que nadie se lo dijera para saber cuando había escrito un gran poema, quizás sea la clarividencia que ni siquiera borran la drogadicción y la locura. No creo que el fracaso enseñe a escribir; Fíjate en mí.
Muy oportuno tu poema, quizás no fue el mejor poeta de nuestro tiempo, pero cada vez me quedan menos dudas de que fue el que escribió los mejores poemas.
Un abrazo.