me mostraron un enorme cajón,
rebosante de envíos,
todos sin dirección ni franqueo,
tenían un titular: “sin domicilio”
¡Ay¡ dulces caricias perdidas.
¿Quién se las apropiará?
¡Ay¡ suaves besos robados
¿Quién los saboreará?.
ahora se ha perdido.
(Fabrizio de André)
Muy hermoso, Carmen, interminablemente triste, en la tradición de una endecha; te felicito. Te dejo una canción de amor cansado que, para mí, marcó toda una época.
Un abrazo.