La caza

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

Moderador: Hallie Hernández Alfaro

Sergio D'Baires
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Registrado: Vie, 10 Mar 2023 21:00

La caza

Mensaje sin leer por Sergio D'Baires »

Las bajas temperaturas han congelado el sonido del arroyo, que discurre parco, venoso, bajo el cristal estrellado de la superficie.
El hombre: que hace horas acecha, golpea con sus pies el suelo en un vano intento de entrar en calor.
Su vestimenta lo esfuma, es una lenga más, retorcida, deformada por el clima hostil.
Su respiración: nube imperceptible, es para el ojo avezado un semáforo que lo delata.
El soplo gélido lo aisla del olfato de la presa y dibuja carámbanos en su barba obscura.
Repentinamente se yergue; en el calvero, como una aparición, un cérvido de cornamenta impresionante desfila.
Sus ojos se clavan en la pieza... La leyenda de los cazadores de hielo le arrebata el corazón nuevo. El "Gran viaje blanco". La saga de la muerte de los Onas se le antoja real: el cazador viajando al más allá por la albina inmensidad austral en compañia de su mejor presa... Cuando llegue lo juzgarán los "loncos" cazadores; y el trofeo será su ofrenda .
El vértigo de la acechanza lo confunde, la reunión del hostal, los otros cazadores, la fama, la pulsión del depredador, la fiebre de Altamira ...
-¡Wuinca..a! ¡gualichu! ..pangi pangi es chulli.. ¡Huevuqù!..¡Huevuqù!- La voz de la "machi" en "Ruca Manque" se le antoja cercana, como si viniera enancada en la ventisca que le talla la barba. -Cuídese hombre blanco del puma que se hace ciervo... Es el demonio, es.. ¡El diablo!-.Traduce el canturreo en su media lengua Mapuche.
Por un instante se estremece... La leyenda de los sueños que el demonio hace realidad, en la voz del "lonco" de "Quilaleu". Pero el cazador se impone.
Levanta su arma, un viejo fusil Mauser 1909 reformado, una antigualla cargada con una sola bala. Se sabe culpable de.. de algo: con esta elección pretende darle oportunidad a la presa. Puntería, experiencia y una moderna mira niegan el aserto.
-¡Maricones de mierda!-. El mudo improperio va dirigido a su yerno y a aquel tenientito que llegó de Buenos Aires. Salen a cazar con fusil ametralladora.
Enfila la mira al brazuelo del animal que se aquieta, hierático, ajeno al peligro.
Seguro, "charquea" en su imaginación la carne, el gatillo se ablanda bajo la presión.
Repentinamente se envara, el animal de un salto se ha introducido entre los árboles; lo pierde de vista, cuando aparece es una fugaz mancha entre las lengas.
El aliento ahora es nube, deja la protección de los troncos torcidos y haciendo visera con la mano busca su presa.
-La pucha ¡Qué frío!-. Casi musita mientras trata de acordarse que le dijo de la temperatura el cardiólogo de Buenos Aires. - ¡Bahhh!- desprecia; después de los "baipases" se siente un hombre de nuevo.
Hasta su mujer se ve más joven con su dureza: de un cuerpo que responde, quedo, pero responde, a sus deseos, lo mira de una manera diferente, si... claro: igual a cuando eran novios, cuarenta años casi...
-¡La pucha, qué frío! . Como pasa el tiempo-.
El manchón fugitivo se detiene. A pesar de las dos o tres cuadras y los pinos, lo distingue claramente. Percibe; o así lo cree; la respiración condensada del macho que vuelca la cabeza y lo mira desafiante, alucina, a los ojos.
-Hijo e'puta -. Tirita; y el sonido suena como un papel fino que se crispa, cruza el fusil sobre la espalda se calza los guantes y comienza a flanquear a su presa.
La inspiración se hace forzada, su aliento engorda el aire helado; y el ritmo de un morse frenético por un instante le rebela el pecho.
-Haga todo despacio Don Albo- La voz del médico recomendándole cuidado.
Su padre, abuelo, hijo, todos heredaron e impusieron el nombre.-Albiiito-.. su nietito de seis años. Mientras camina su boca se distiende en una sonrisa. Cuando salió del sanatorio... La primer noche con su mujer. -¿Después de cuanto? ¡ufffff! -.
Su ojo de cazador "engancha" la pieza a cien metros, al borde de un claro, se apura para rodearlo antes que se vaya.
La nieve suelta lo obliga a un esfuerzo suplementario. Se siente tan bien, le parece caminar sobre nubes. Ya casi está en posición.
-¿Pero..? ! este dolor en el pecho-. Le falta el aire, por un momento ve en el centro del calvero a su viejo y al nono. -¿Que hacen acá?- .
Una sospecha eriza el vello de su nuca mientras el frío lo arrodilla sobre la nieve, que lo atrae, lo hunde..
-¡Que frío!-.
Ganas de dormir la siestita que se hizo costumbre cuando el "bobo" empezó a "carburar fulero", siente a Dora(le suena raro el nombre de su compañera de toda la vida) a su lado como en las siestitas de Santiago, recién casados y el amor voraz que los consumía en la geografía tórrida, todavía salvaje.. Se deja ir..
-Cuarenta años- repite para si mismo...
Su nietito lo saluda .-¡Chau a..bo!-.
Su padre ¡Qué raro! Está igualito, que le dice: -Hola Albito-. Y él: llamando sin palabras a su abuelo. Casi se siente un "purrete" encogido contra el corazón que se rinde; pariéndose al revés de la vida.-Hola ¡a..bo!-..
Una sombra se abalanza adimensional mientras se va aclarando. El enorme macho a su lado lo mira de una manera que se le antoja divertida.
-¡Amalaya! Será lo último que haga... Todavía sos la presa-.
Reacciona su corazón, por un momento se aquieta, se serena, tira de su cuerpo de nuevo.
Tantea bajo su mano derecha el viejo fusil, lo encuentra; se enreda en sus dedos.
Por un instante lucha con el cuerpo, lentamente usando el arma de bastón se arrodilla.
Planifica hablando consigo mismo; o así lo cree -... apunto y disparo, eso alertará a los guardas de caza que vendrán a ver.. es sólo cuestión de tiempo-.
-La pucha- Se saca el guante de la mano derecha; el frío muerde sus dedos parcos consumidos, se diría que su cuerpo entendió antes que él.
El acero grávido, helado quema su palma, se afirma... El caño del fusil queda contra el cuello y se incorpora.. el temblor del esfuerzo lo vence levanta el arma que devora sus latidos y apunta al ciervo que lo mira casi encima .
-Que liviano que está el "mauser"..¿y este otro?-... se afirma en el bastón que ahora sostiene su barbilla.
-Te tengo- Su dedo congelado sobre el gatillo se lleva el peso de cuerpo.
EL sonido del disparo lo aturde y cae hacia atrás..siente un ardor en la cara mientras el dolor del corazón se multiplica en la parte del rostro que le falta...
-Hola Papá que suerte que viniste... tengo sueño...
El rugido del "mauser" rebotando en el monte atrae a otros cazadores... el ciervo por un instante con su cornamenta topa el cuerpo tendido, el guante rojo y verde se enreda en sus astas. El Rebramido del macho resuena en la catedral de frío.
Durante un infinitésimo siente en el pecho una opresión distinta, cree ver la pata aplastándolo, hundiéndolo en la nieve, delira un puma gigante que lo observa.
El ciervo apoya una de sus pezuñas delanteras en el pecho mientras mira las manchas negras que se acercan velozmente.
Al momento es una sombra fatigándose en la nieve, haciéndose bosque..
Los dos guardas llegaron simultaneamente, la figura tendida hundida en el colchón blanco era el apex de sus repiraciones sólidas, estertorosas por el frío.
Las huellas del animal en torno al caído los volvió cautelosos, uno tomo un puñado de nieve rosada y lo deshizo en su mano, pensativo.
-¿Cómo está?-.
-Mal-. Responde el que llegó primero -Se voló parte de la mandíbula con el disparo, un accidente de caza; seguro que tropezó y al usar el fusil para apoyarse se le resbaló la mano en el caño mojado...
-Acercá la cuatro por cuatro lo llevaremos al hospital, creo que está malherido, casi no se mueve...
-Estos cazadores boludos...tres accidentes la última semana; todos parecidos, y esas huellas del macho bordeando los cuerpos. Un quejido lo distrae de sus pensamientos.
-Apurate Juan-. El eco del calvero los acerca. -Si sí ya va . ¿Qué querés, qué vuele?..
-Raro.. ¡Qué raro!-. La imagen de la "kalku" mapuche agradeciendo el trago de grappa se le aparece nítida.
- Cuidado "Wingka", ande con cuidado m'ijo, hay un fantasma un "pangi" cazando "alwes" en la piel del "chulli"... allí señalando la noche que abrazaba la "ruca" que se viste de pulpería en la reserva.
Todavía resuena escalofriante en sus oidos la risa ¿Endiablada? y el grito que le congela la sangre - ¡Allküen!¡ huevuqú! ...jiiiiiiiiiii ¡huevuqú!... ¡gualichu juiiiii. ¡Wuinka muerto!.
Un cazador atraído por el movimiento los ayuda a trasladar el cuerpo, nadie habla, las respiraciones se congelan en los labios...
El cuerpo se les antoja extrañamente liviano lo acomodan en la "caja" cerrada de la camioneta y parte con las luces girando, acentuando el aspecto fantasmal del entorno.
El calor de la cabina lo reanima, su compañero inclinado sobre el volante se afana en la huella, el limpiaparabrisas como un hipnótico repite el eco ¡Huevuqú! y la risa endiablada de la bruja.
Está nevando nuevamente. Como a quinientos metros distingue a un cazador que levanta el rifle apuntando a un macho enorme que de repente se introduce entre las lengas... Lo adivina comenzando la persecusión. -¡Con este frío!.
Un estremecimiento le trae la imagen de la vieja bruja y busca la grappa en el bolsillo, el trago del aguardiente copia en su garganta el chillido de la "kalku"..¡Wuinka muerto! pangi pangi...Gualichu ¡juiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii..!
No sabe por qué; presiente que habrá otro accidente de caza...
-¿Viste las huellas?
- ¿...?..El chofer se afana contra el parabrisas... le contesta, preciso, seco.¿Miedo?
-No hay pumas de ese tamaño-.
Se amodorra mientras en el frío continúa la caza... Como en el cielo.


¡ Fei meu afi Nütram ! (¡Por fin se acabó el cuento!)




kalku: bruja
wingkas: blancos
pangi: puma
alwe: el alma de un difunto
Huevuqú: demonio, diablo,
Chulli: Ciervo de las pampas
Manque: Cóndor
Ruca: casa.
Lonco: cacique, jefe, cabeza.
Machi: curandera, curandero.
Quilaleu: Tres ríos.
Lenga: árbol típico .
"Carburar": funcionar
Fulero : mal
¡Allküen!: ¡Escúcheme!
Hallie Hernández Alfaro
Mensajes: 19402
Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20

Re: La caza

Mensaje sin leer por Hallie Hernández Alfaro »

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Bienvenido a Prosa Alaire, Sergio.

Me ha gustado mucho la riqueza del lenguaje, la poesía asomada al paisaje, el interior superlativo que se adivina en la mente del cazador. Son voces atronadoras, consciencias magistrales, humanidad sin titubeos...

Se agradece mucho el glosario que has incluido al pie del relato.
Mil gracias por estar.

Un abrazo.
"Algo, en este tan vasto como innecesario universo,
ha de tener sentido: ninguna ecuación diferencial
siente. Pero, se sabe, en el principio
fue dicho: hágase la luz; y abrimos los ojos."


Sub-jectum, Julio Bonal
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