iPhone

[Ana Muela Sopeña]

Muy interesante y original, Ignacio:

La soledad en su crudeza, como la vida misma. Una escena sórdida, como de película.

Un poema profundo y moderno.Me ha encantado.

Felicitaciones
Un beso
Ana

[Ignacio Mincholed]

Muy interesante y original, Ignacio:

La soledad en su crudeza, como la vida misma. Una escena sórdida, como de película.

Un poema profundo y moderno.Me ha encantado.

Felicitaciones
Un beso
Ana

Gracias Ana. Aprecio tu nota. Un abrazo.
Ignacio

[Rafel Calle]

Los mejores poemas de Ignacio Mincholed en Alaire.

[Hallie Hernández Alfaro]

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Sube para deleite de todos.

[Hallie Hernández Alfaro]

Buenos días, Ignacio.

Recuerdo este poema como si lo hubiese leído ayer. Lo he leído en voz baja, lo he llevado a mis caminatas diarias. es uno de esos trabajos en los que me quedado colgada (de manera inspiradora y muy feliz).

Hay inteligencia en estos versos tan bien plasmados (eso no es opinable); pero además, hay un dejo de vulnerabilidad asomada que encumbra ciertamente al humano, empatía de raza, de género, de forma. El iPhone guardado en los ojos, orientado hacia el músculo cordial, hacia una entraña desplazada, conmovida. Solo con el dispositivo (tan imantando de símbolos, tan pleno de asociaciones) parece conseguir una suerte de interacción ventricular, de quién la voz, de quién el vacío, de quiénes la distancia...

Me rindo ante su encanto, lo confieso.

Sé que volveré a sus coordenadas, Ignacio.
Gracias por estar.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Con un retraso más que evidente, te felicito, Ignacio. Tu poema merece estar ahí, en las alturas.

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Buenos días, Ignacio.

Recuerdo este poema como si lo hubiese leído ayer. Lo he leído en voz baja, lo he llevado a mis caminatas diarias. es uno de esos trabajos en los que me quedado colgada (de manera inspiradora y muy feliz).

Hay inteligencia en estos versos tan bien plasmados (eso no es opinable); pero además, hay un dejo de vulnerabilidad asomada que encumbra ciertamente al humano, empatía de raza, de género, de forma. El iPhone guardado en los ojos, orientado hacia el músculo cordial, hacia una entraña desplazada, conmovida. Solo con el dispositivo (tan imantando de símbolos, tan pleno de asociaciones) parece conseguir una suerte de interacción ventricular, de quién la voz, de quién el vacío, de quiénes la distancia...

Me rindo ante su encanto, lo confieso.

Sé que volveré a sus coordenadas, Ignacio.
Gracias por estar.

Un abrazo.