Gracias a ti, Hallie, por subir este precioso poema de Ramón.Hallie Hernández Alfaro escribió: ↑Mié, 27 Abr 2022 9:54 .
Sube para deleite de todos.
Gracias por vuestra invalorable presencia en esta casa, queridos amigos.
Abrazos.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias a ti, Hallie, por subir este precioso poema de Ramón.Hallie Hernández Alfaro escribió: ↑Mié, 27 Abr 2022 9:54 .
Sube para deleite de todos.
Gracias por vuestra invalorable presencia en esta casa, queridos amigos.
Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 24 Mar 2022 1:24 Para Marisa Peral
Al norte de tus ojos esa otra mitad del cielo,
donde el silencio es un idioma gastado
y un cuerpo entregado a la danza,
donde tu nombre está hecho de sangre y tinta,
donde tus huesos se enredan entre raíces
que arden al sol del mediodía como una noche exhausta.
Hay en tus ojos un mar de lágrimas adentro
entre nieblas que ahúman la tristeza desde siempre.
Llegas a mí desde la dimensión exacta de los sueños,
con el lento sollozo de ciprés y la esquina
rota de un naufragio, donde el océano se derrama
sobre un horizonte de bóvedas amables.
Con ánimo suicida abrí mi corazón a tu cansancio,
pero el dolor aún yacía en el fondo de mi copa.
Tengo el recuerdo de pájaros muriendo
para que nada exista y continúe la agonía.
En tus labios mi beso se vuelve ceniza
y deja su grito vacío en el aire.
Sobre esa ceniza estoy creciendo.
Hoy he visto tu sombra de agua en los espejos
como un recuerdo ido, como el eco de todo
lo que añoro y está muerto, de todo lo que vive
y es sacrificado. Tú ya no eres tú, y yo no existo.
Mi delirio es la medida de tu ausencia.
Precioso poema, con ritmo trepidante e imágenes que hacen perder el sentido, llevan a la entrega incondicional. Gracias por compartir Ramón esta joya. Mi enhorabuena. También a Marisa por inspirar tanta poesia.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 24 Mar 2022 1:24 Para Marisa Peral
Al norte de tus ojos esa otra mitad del cielo,
donde el silencio es un idioma gastado
y un cuerpo entregado a la danza,
donde tu nombre está hecho de sangre y tinta,
donde tus huesos se enredan entre raíces
que arden al sol del mediodía como una noche exhausta.
Hay en tus ojos un mar de lágrimas adentro
entre nieblas que ahúman la tristeza desde siempre.
Llegas a mí desde la dimensión exacta de los sueños,
con el lento sollozo de ciprés y la esquina
rota de un naufragio, donde el océano se derrama
sobre un horizonte de bóvedas amables.
Con ánimo suicida abrí mi corazón a tu cansancio,
pero el dolor aún yacía en el fondo de mi copa.
Tengo el recuerdo de pájaros muriendo
para que nada exista y continúe la agonía.
En tus labios mi beso se vuelve ceniza
y deja su grito vacío en el aire.
Sobre esa ceniza estoy creciendo.
Hoy he visto tu sombra de agua en los espejos
como un recuerdo ido, como el eco de todo
lo que añoro y está muerto, de todo lo que vive
y es sacrificado. Tú ya no eres tú, y yo no existo.
Mi delirio es la medida de tu ausencia.
Raul Muñoz escribió: ↑Vie, 27 Ene 2023 5:11Precioso poema, con ritmo trepidante e imágenes que hacen perder el sentido, llevan a la entrega incondicional. Gracias por compartir Ramón esta joya. Mi enhorabuena. También a Marisa por inspirar tanta poesia.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 24 Mar 2022 1:24 Para Marisa Peral
Al norte de tus ojos esa otra mitad del cielo,
donde el silencio es un idioma gastado
y un cuerpo entregado a la danza,
donde tu nombre está hecho de sangre y tinta,
donde tus huesos se enredan entre raíces
que arden al sol del mediodía como una noche exhausta.
Hay en tus ojos un mar de lágrimas adentro
entre nieblas que ahúman la tristeza desde siempre.
Llegas a mí desde la dimensión exacta de los sueños,
con el lento sollozo de ciprés y la esquina
rota de un naufragio, donde el océano se derrama
sobre un horizonte de bóvedas amables.
Con ánimo suicida abrí mi corazón a tu cansancio,
pero el dolor aún yacía en el fondo de mi copa.
Tengo el recuerdo de pájaros muriendo
para que nada exista y continúe la agonía.
En tus labios mi beso se vuelve ceniza
y deja su grito vacío en el aire.
Sobre esa ceniza estoy creciendo.
Hoy he visto tu sombra de agua en los espejos
como un recuerdo ido, como el eco de todo
lo que añoro y está muerto, de todo lo que vive
y es sacrificado. Tú ya no eres tú, y yo no existo.
Mi delirio es la medida de tu ausencia.
Un abrazo a los dos.
F. Enrique escribió: ↑Vie, 27 Ene 2023 9:30Hay en tus ojos un mar de lágrimas adentro
entre nieblas que ahúman la tristeza desde siempre.
Llegas a mí desde la dimensión exacta de los sueños,
con el lento sollozo de ciprés y la esquina
rota de un naufragio, donde el océano se derrama
sobre un horizonte de bóvedas amables.
Soberbio poema cuya dedicatoria le habrá hecho mucho bien a nuestra compañera Marisa. Es tan bueno el poema que resulta difícil destacar algo. Me he decidido hacerlo con los versos que cito.
Un abrazo.
Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 24 Mar 2022 1:24 Para Marisa Peral
Al norte de tus ojos esa otra mitad del cielo,
donde el silencio es un idioma gastado
y un cuerpo entregado a la danza,
donde tu nombre está hecho de sangre y tinta,
donde tus huesos se enredan entre raíces
que arden al sol del mediodía como una noche exhausta.
Hay en tus ojos un mar de lágrimas adentro
entre nieblas que ahúman la tristeza desde siempre.
Llegas a mí desde la dimensión exacta de los sueños,
con el lento sollozo de ciprés y la esquina
rota de un naufragio, donde el océano se derrama
sobre un horizonte de bóvedas amables.
Con ánimo suicida abrí mi corazón a tu cansancio,
pero el dolor aún yacía en el fondo de mi copa.
Tengo el recuerdo de pájaros muriendo
para que nada exista y continúe la agonía.
En tus labios mi beso se vuelve ceniza
y deja su grito vacío en el aire.
Sobre esa ceniza estoy creciendo.
Hoy he visto tu sombra de agua en los espejos
como un recuerdo ido, como el eco de todo
lo que añoro y está muerto, de todo lo que vive
y es sacrificado. Tú ya no eres tú, y yo no existo.
Mi delirio es la medida de tu ausencia.
Ramón Castro Méndez escribió: ↑Jue, 24 Mar 2022 1:24 Para Marisa Peral
Al norte de tus ojos esa otra mitad del cielo,
donde el silencio es un idioma gastado
y un cuerpo entregado a la danza,
donde tu nombre está hecho de sangre y tinta,
donde tus huesos se enredan entre raíces
que arden al sol del mediodía como una noche exhausta.
Hay en tus ojos un mar de lágrimas adentro
entre nieblas que ahúman la tristeza desde siempre.
Llegas a mí desde la dimensión exacta de los sueños,
con el lento sollozo de ciprés y la esquina
rota de un naufragio, donde el océano se derrama
sobre un horizonte de bóvedas amables.
Con ánimo suicida abrí mi corazón a tu cansancio,
pero el dolor aún yacía en el fondo de mi copa.
Tengo el recuerdo de pájaros muriendo
para que nada exista y continúe la agonía.
En tus labios mi beso se vuelve ceniza
y deja su grito vacío en el aire.
Sobre esa ceniza estoy creciendo.
Hoy he visto tu sombra de agua en los espejos
como un recuerdo ido, como el eco de todo
lo que añoro y está muerto, de todo lo que vive
y es sacrificado. Tú ya no eres tú, y yo no existo.
Mi delirio es la medida de tu ausencia.