Roneo en el Monte del Olvido

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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E. R. Aristy
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Re: Roneo en el Monte del Olvido

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Ana García escribió: Sab, 08 Oct 2022 19:20 No, abuela, no. No se cumplió tu sueño de que yo fuera creyente. Aquí te dejo diez cuentas para tu rosario, para tu voz saetera, la mejor.


I

No importan los jardines
ni las mujeres encintas
ni mi útero vacío
ni los caballos ardiendo
pateando colinas.
Nadie puede ver las sombras
que gimen en lo alto
del Monte del Olvido.
II
Tú que esculpiste
un nombre
sobre el mármol y el hierro
ya el mar escala
en largas noches
el Monte de los Judíos
junto a una fuente
escondo
el pañuelo de lágrimas
rompo el ojo
de tu espejo
visto mi propio negro
en tu campo de rosas
escondo ayer
mis senos
en la gruta de ortigas.
III
La húmeda arena
entre mis dedos
y una flor y una rosaleda
pasan rápidamente
cual la vida
veo avanzar
el fúnebre cortejo
disimulado en velos
y crespones
en cánticos y guitarras
llevan una vez más
mi cuerpo entre fanales.
IV
Pescadores recortan
los olivos
para hacerlos fantasmas
esa noche.
V
Nadie pudo llegar
del otro lado
y miles de jilgueros recuerdan
el fracaso de los viejos conjuros
de las danzas nocturnas
como el castillo
—solo torres—
así los pasos vuelven
hace gemir el aire
por el Monte teñido
de rosarios
caravanas de almas
ascienden por la montaña
sacrificios incruentos
y lágrimas sin hazañas.

VI
Formas de hierro forjado
Negro cal, orín y pus
destacan mi sombra
ya hueco mi cuerpo
nada
cubre mi piel
y un ciervo herido resbala
Y muge por la montaña
incomprensibles idiomas
se oyen a lo lejos.

VII
Busco entre normas afines
significados
ceros y ceros = Tiempo.
El ciprés y el caballo
tremenda herida de elefante
por donde discurren
lentos buques de sangre
no, no, no importa
que arrebates la tierra húmeda
que levantes las piedras
que me penetren tus brazos.
VIII
Fue ayer día de la tragedia
cuando el ruiseñor muere
y las hojas, otoño,
de eucaliptos
se detiene el aire
mirador de la mar
muerte mía mañana
oigo el monte cubierto
de babeles y saetas.
Te quiero
busca tú la rosa roja
del amante
negarás tres veces
el amor.

IX
Mas la lluvia
resbala por los nombres
hasta los cuerpos
inmóviles
indiferentes, ya tierra,
el Monte del Olvido
llega hasta el mar
y la pena desolada
amarga
agrieta hasta la luz.

X
Atardecer en la ciudad
se encienden los reclamos
y el hombre reposa
con dedos húmedos
sobre mi pezón
lleno de ojeras
las furias destrenzadas
gritan tu nombre
—sin fin—
hasta la madrugada

desde lo alto del Monte de los Judíos.


Entrañable homenaje a tu abuela, Ana. Me conmueve su belleza, su candor algo triste. Pero, más que todo, la pureza expresada en el mutuo amor. Abrazos, ERA
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E.R.A.
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Raul Muñoz
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Re: Roneo en el Monte del Olvido

Mensaje sin leer por Raul Muñoz »

Ana García escribió: Sab, 08 Oct 2022 19:20 No, abuela, no. No se cumplió tu sueño de que yo fuera creyente. Aquí te dejo diez cuentas para tu rosario, para tu voz saetera, la mejor.


I

No importan los jardines
ni las mujeres encintas
ni mi útero vacío
ni los caballos ardiendo
pateando colinas.
Nadie puede ver las sombras
que gimen en lo alto
del Monte del Olvido.
II
Tú que esculpiste
un nombre
sobre el mármol y el hierro
ya el mar escala
en largas noches
el Monte de los Judíos
junto a una fuente
escondo
el pañuelo de lágrimas
rompo el ojo
de tu espejo
visto mi propio negro
en tu campo de rosas
escondo ayer
mis senos
en la gruta de ortigas.
III
La húmeda arena
entre mis dedos
y una flor y una rosaleda
pasan rápidamente
cual la vida
veo avanzar
el fúnebre cortejo
disimulado en velos
y crespones
en cánticos y guitarras
llevan una vez más
mi cuerpo entre fanales.
IV
Pescadores recortan
los olivos
para hacerlos fantasmas
esa noche.
V
Nadie pudo llegar
del otro lado
y miles de jilgueros recuerdan
el fracaso de los viejos conjuros
de las danzas nocturnas
como el castillo
—solo torres—
así los pasos vuelven
hace gemir el aire
por el Monte teñido
de rosarios
caravanas de almas
ascienden por la montaña
sacrificios incruentos
y lágrimas sin hazañas.

VI
Formas de hierro forjado
Negro cal, orín y pus
destacan mi sombra
ya hueco mi cuerpo
nada
cubre mi piel
y un ciervo herido resbala
Y muge por la montaña
incomprensibles idiomas
se oyen a lo lejos.

VII
Busco entre normas afines
significados
ceros y ceros = Tiempo.
El ciprés y el caballo
tremenda herida de elefante
por donde discurren
lentos buques de sangre
no, no, no importa
que arrebates la tierra húmeda
que levantes las piedras
que me penetren tus brazos.
VIII
Fue ayer día de la tragedia
cuando el ruiseñor muere
y las hojas, otoño,
de eucaliptos
se detiene el aire
mirador de la mar
muerte mía mañana
oigo el monte cubierto
de babeles y saetas.
Te quiero
busca tú la rosa roja
del amante
negarás tres veces
el amor.

IX
Mas la lluvia
resbala por los nombres
hasta los cuerpos
inmóviles
indiferentes, ya tierra,
el Monte del Olvido
llega hasta el mar
y la pena desolada
amarga
agrieta hasta la luz.

X
Atardecer en la ciudad
se encienden los reclamos
y el hombre reposa
con dedos húmedos
sobre mi pezón
lleno de ojeras
las furias destrenzadas
gritan tu nombre
—sin fin—
hasta la madrugada

desde lo alto del Monte de los Judíos.


¡Preciosa saeta que se rompe! Me gustó mucho.

Un abrazo.
Tu profecía, poeta.
-Mañana hablarán los mudos:
el corazón y la piedra.

-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.

Antonio Machado ( Proverbios y cantares ).

https://transitando-la-palabra.webnode.es/
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