Precioso poema, Julio. La espléndida catedral de León en todo su incomparable esplendor.Julio Gonzalez Alonso escribió: ↑Lun, 19 May 2008 20:51
Catedral
Lenta ojiva hacia atrás en el tiempo
de tu punta hincada
en un cielo
sin dioses;
mentira silenciosa piedra a piedra
hermosa
y geométrica
pincelada de luz estirada en los colores
de los delgados muros,
te miro en la sonrisa helada de tus inviernos largos,
con las sombras heridas
multiplicándose interminables en tus alrededores
calles
sin transeúntes,
sin oraciones.
Te conservas allí, testigo ajeno de los años
y los dueños
de la palabra y las vidas hermanadas en los miedos
de la miseria.
Te conservas
con tu piel fría curtida por los vientos
y las aguas del norte.
Te conservas
con los dedos de tus agujas y la memoria
de lo inflexible.
Te condenamos
a tu estar siempre allí con tu verdad de roca
trabajada
con manos cerradas sobre el martillo.
Te condeno
a ser punto admirable, lugar a donde nunca
volverá nuestra historia.
Y así lo celebramos cuando el pueblo construye,
la mano en la herramienta,
para el pueblo su historia sin dioses sobre ojivas
y tú allí,
te decimos,
nos recuerdas la fuerza
de nuestra humana arcilla
y la decisión
inequívoca
de alcanzar la libertad que apuntan hacia el cielo
tus piedras afiladas.
Me ha traído recuerdos de mi primera juventud cuando yo vivía en esa limpia y hermosa ciudad. Alli, por Papalaguinda, recuerdo aún ver pasear a Victoriano Crémer (del grupo, como sabes, de la "poesía desarraigada de la posguerra"), que, aunque yo entonces era ajeno a su Espadaña, sí leía de él sus "Nuevos cantos de vida y esperanza" en la biblioteca pública.
Mi aplauso y felicitación por tu magnífico poema.
Recibe un abrazo, amigo.
Felipe.