Ocasiones de lentitud

[Jerónimo Muñoz]

OCASIONES DE LENTITUD


Parece que hay resina debajo de la incertidumbre.

Las serpientes se amontonan en crisoles teñidos de ciencia, no puedo esquivar los metales que amenazan con destruir los cauces de la mentira. El silencio se suelda a los tallos nocturnos.

Este vino que incendia los caseríos no sucede en el miedo, sino en los cactus carentes de cristales. No soy lluvia.

Las amapolas, en su arrogancia, oprimen sus gemidos con hambre; todo es nuevo, no me acerco a la impericia de los monjes que gobiernan las lumbres, no tienen importancia las alas si pregonan dioses con vestidos incompletos, no tiene importancia la mirada del rayo si se confirma su eventualidad.

Me amo suficientemente.

Me levantaré del lecho donde la máquina duerme e iré a coser planetas en la piel de los espejos.

Las nubes consumidas por las águilas no ocupan sus esferas uniformadas. ¿Dónde está el olvido?

Amanece sobre el pudor de las pestañas sin que la luz taladre los vértices espumosos. Amanece sobre las tortugas del redil, sobre los manantiales, sobre el azufre atesorado por el amor más puro. Me siento sobrecogido ante el resplandor de los huesos.

Convoco a los jilgueros que lloran por sus ensenadas, a los nenúfares insomnes, a los retablos de ojos verdes. Convoco al aire con sus reconciliaciones, al que habita sobre las espinas, al cuerno que se adentra en la sustancia marginal, a la sangre en ráfagas.

Los bueyes se han consolado y me dejan pasar.

[Ramón Castro Méndez]

Cada verso es una filigrana digna del mejor orfebre, luminosa alfarería de letras, pájaros de imposibles colores. Pues nada, amigo Jerónimo, que me ha encantado esta propuesta surrealista, adobada de un atinado y exquisito simbolismo.

Enhorabuena por tan inspiradas letras.

Un fuerte abrazo.

[Ana García]

Perfecto y delicado poema, vamos que es una virguería total. Siempre voy lenta en tus poemas. Necesito exprimir todo el jugo o la resina de ellos para que no me quede nada por morder.
Una maravilla.
Besos, besos, besos...

[Pilar Morte]

Hay que volver y releer, es tan rico de matices y simbolismo que la lectura pausada ya atenta no es suficiente. Me encantó cada verso, cada expresión inteligente y honda. Felicidades.
Abrazos

[Jerónimo Muñoz]

Cada verso es una filigrana digna del mejor orfebre, luminosa alfarería de letras, pájaros de imposibles colores. Pues nada, amigo Jerónimo, que me ha encantado esta propuesta surrealista, adobada de un atinado y exquisito simbolismo.

Enhorabuena por tan inspiradas letras.

Un fuerte abrazo.

Gracias, Ramón. Aunque me parecen exagerados, tus elogios me llenan de satisfacción.
Abrazos.

Jerónimo

[Ramón Carballal]

Poesía en estado puro, ejercicio poético de alta calidad. Un lujo para el lector. Abrazos.

[Francisco Lobo]

Convoco a los jilgueros que lloran por sus ensenadas, a los nenúfares insomnes, a los retablos de ojos verdes. Convoco al aire con sus reconciliaciones, al que habita sobre las espinas, al cuerno que se adentra en la sustancia marginal, a la sangre en ráfagas.

Me da la impresión de que escribes ahora más que antes. Parece que los años no pasan por ti, sigues fresco y en tu trayectoria última. No cambies, un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

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Brillante y hermoso a más no poder.

No exagero ni un ápice cuando afirmo que tu poética es oro puro.
Agradezco tener esta lectura en mi vida.

Un abrazo de los grandes, querido Jerónimo.

[Jerónimo Muñoz]

Perfecto y delicado poema, vamos que es una virguería total. Siempre voy lenta en tus poemas. Necesito exprimir todo el jugo o la resina de ellos para que no me quede nada por morder.
Una maravilla.
Besos, besos, besos...

Qué satisfactorio es para mí contar con tu entrañable compañía, Ana. Muchas gracias, querida. No te merezco.
Besos en catarata.

Jerónimo

[E. R. Aristy]

OCASIONES DE LENTITUD


Parece que hay resina debajo de la incertidumbre.

Las serpientes se amontonan en crisoles teñidos de ciencia, no puedo esquivar los metales que amenazan con destruir los cauces de la mentira. El silencio se suelda a los tallos nocturnos.

Este vino que incendia los caseríos no sucede en el miedo, sino en los cactus carentes de cristales. No soy lluvia.

Las amapolas, en su arrogancia, oprimen sus gemidos con hambre; todo es nuevo, no me acerco a la impericia de los monjes que gobiernan las lumbres, no tienen importancia las alas si pregonan dioses con vestidos incompletos, no tiene importancia la mirada del rayo si se confirma su eventualidad.

Me amo suficientemente.

Me levantaré del lecho donde la máquina duerme e iré a coser planetas en la piel de los espejos.

Las nubes consumidas por las águilas no ocupan sus esferas uniformadas. ¿Dónde está el olvido?

Amanece sobre el pudor de las pestañas sin que la luz taladre los vértices espumosos. Amanece sobre las tortugas del redil, sobre los manantiales, sobre el azufre atesorado por el amor más puro. Me siento sobrecogido ante el resplandor de los huesos.

Convoco a los jilgueros que lloran por sus ensenadas, a los nenúfares insomnes, a los retablos de ojos verdes. Convoco al aire con sus reconciliaciones, al que habita sobre las espinas, al cuerno que se adentra en la sustancia marginal, a la sangre en ráfagas.

Los bueyes se han consolado y me dejan pasar.

Un bello poema a la autosuficiencia y las maravillas exoticas del entorno cosmico: "Me amo suficientemente." Te felicito por tu bien cultivado arte poetico, Jerónimo. Un abrazo fuerte, ERA

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un portento de imaginación que me recuerda al mejor Antonio Gamoneda.

Todo el poema es sugerente e impactante. Yo destaco estos momentos:


"Parece que hay resina debajo de la incertidumbre.
............................
El silencio se suelda a los tallos nocturnos.

.......................................................

Las nubes consumidas por las águilas no ocupan sus esferas uniformadas. ¿Dónde está el olvido?

.......................
Amanece sobre las tortugas del redil, sobre los manantiales, sobre el azufre atesorado por el amor más puro. Me siento sobrecogido ante el resplandor de los huesos.

Convoco al aire con sus reconciliaciones, al que habita sobre las espinas, al cuerno que se adentra en la sustancia marginal, a la sangre en ráfagas.
.................................
Los bueyes se han consolado y me dejan pasar."

Todo un placer de lectura, joven viejo amigo.

[Rafel Calle]

Tan bella como interesante retrospección, amigo Jerónimo, donde das rienda suelta a tu imaginería más evocadora. En realidad, hay una reconciliación con el mundo, con uno mismo.
Felicidades.
Abrazos.

[F. Enrique]

Prosa poética de altura. Enhorabuena, Jerónimo.

Un abrazo.