Historia de un trastorno (V) (Nunca elegí esto)

[Ricardo López Castro]

Esto no es la historia de un trastorno.
¿Por qué debería serlo?
¿Hasta qué punto he reconocido que padezco una enfermedad mental?
Esto no es una cuestión de gustos, ni mucho menos de elecciones.
¿Cuántas veces he dejado sin palabras a los que creen que me conocen?
¿En serio creen que podrían hacer lo mismo conmigo?
Millones de poemas me secundan.
Algunos no saben o no quieren leer entre líneas.
En la locura todo vale, amigos, amigas.
No actúo por instinto.
Las opiniones en verdad no las comparto, sean cuales fueren.
No aspiro a ser Dios, ni siquiera lo he mencionado.
Tengo el control total sobre mis "síntomas".
¿Qué lugar ocupa aquí, pues, su diagnóstico?

Una idea suicida, no es una idea.
¿Si me quitase de en medio, eso me haría más valiente, o más cobarde?
¿Más Dios o más humano?

Tengo respuestas para todo, pocas preguntas me hago.
No creo en los sabios, dada mi trayectoria:
"Desde que me observan y examinan, solamente creo en los incrédulos."
"¿Cómo iba a confiar en quien intenta sacarme a Dios de dentro?"
"¿Cómo iba a confiar en un tratamiento farmacológico, si nunca os he mirado de igual a igual?"
"Y con ese tratamiento seguimos, a vueltas, contra mis delirios, contra mi salud."
"No pienso en nada relacionado con ustedes. Y esto no es fanfarronería. Si quisieran etiquetar a Dios, ¿cóḿo lo harían? ¿Con humanidad?"

[Hallie Hernández Alfaro]

Esto no es la historia de un trastorno.
¿Por qué debería serlo?
¿Hasta qué punto he reconocido que padezco una enfermedad mental?
Esto no es una cuestión de gustos, ni mucho menos de elecciones.
¿Cuántas veces he dejado sin palabras a los que creen que me conocen?
¿En serio creen que podrían hacer lo mismo conmigo?
Millones de poemas me secundan.
Algunos no saben o no quieren leer entre líneas.
En la locura todo vale, amigos, amigas.
No actúo por instinto.
Las opiniones en verdad no las comparto, sean cuales fueren.
No aspiro a ser Dios, ni siquiera lo he mencionado.
Tengo el control total sobre mis "síntomas".
¿Qué lugar ocupa aquí, pues, su diagnóstico?

Una idea suicida, no es una idea.
¿Si me quitase de en medio, eso me haría más valiente, o más cobarde?
¿Más Dios o más humano?

Tengo respuestas para todo, pocas preguntas me hago.
No creo en los sabios, dada mi trayectoria:
"Desde que me observan y examinan, solamente creo en los incrédulos."
"¿Cómo iba a confiar en quien intenta sacarme a Dios de dentro?"
"¿Cómo iba a confiar en un tratamiento farmacológico, si nunca os he mirado de igual a igual?"
"Y con ese tratamiento seguimos, a vueltas, contra mis delirios, contra mi salud."
"No pienso en nada relacionado con ustedes. Y esto no es fanfarronería. Si quisieran etiquetar a Dios, ¿cóḿo lo harían? ¿Con humanidad?"

La brillantez de este texto vuela por toda mi casa. Mis pájaros me han oído leer en voz alta y han cambiado de melodía (son ninfas empáticas y disfrutan los buenos hilos literarios).
Esta serie de escritos sobre la historia de un trastorno es apasionante.

Gracias por estar y ser, querido amigo.

[Ricardo López Castro]

Gracias miles querida amiga.
Estos son pequeños flashes que suelto, como una válvula de escape.
Me halaga mucho tu comentario.
No esperaba que pudiera gustar a alguien este texto.
Abrazos y felicidad a montones.

[Ana Estepa]

No es una elección, es una condición que no debería de adaptarse a nada, sino ser respetada dentro de la diversidad humana, sin dramas.

Te sigo.

[Ana Muela Sopeña]

Eres brillante en tus escritos, Ricardo:

Lo que cuentas y cómo lo cuentas es de gran profundidad y belleza.

Te sigo

Un abrazo grande
Ana

[Ricardo López Castro]

Gracias Ana, por tu apoyo, así debería ser, tienes toda la razón.
Gracias por todo.
Abrazos y felicidad, amiga mía.

[Ricardo López Castro]

Hola Ana! Pues desde aquí se agradecen los elogios, y mucho.
Me halaga y mucho lo que me dices.
Abrazos y felicidad a montones, amiga mía.

[Ana García]

Nos regalas mucho de ti en tus escritos. Viajamos a través de tu o del trastorno del poeta. Es como adentrarse en la cueva del minotauro, hay que dejar miguitas para poder salir ilesos.
Tienes una enorme fuerza en tu escritura y nos arrastras.

La eterna pregunta:
¿Si me quitase de en medio, eso me haría más valiente, o más cobarde?
Es una simple etiqueta de algo mucho más importante que es quitarse la vida. Posiblemente la muerte nos haga más humanos, entre otras cosas pq un objeto no se suicida.
Sigo tu ruta.
Un abrazo.