reina la luna llena
en un cuadro de noche en tinieblas
dibujando la marea.
Emerge de las profundidades del océano
la sirena con toda su belleza.
Con su sola presencia
ciega a aquel que anda entre las olas
desterrado de la tierra.
Traza la luz con colores de esperanza
en el corazón del hombre, sombra sin nombre
despojos de lo que fu
al encuentro de la muerte.
Borrado de la mente todo recuerdo tras el sueño,
danza, ahora, bajo la cúpula del día;
tocará el cielo con sus manos
tras haber muerto