Verso libre

Foro en el que se muestra la filosofía de Alaire con respecto al mundo del poema. Aquí, los foristas pueden consultar y resolver dudas sobre asuntos relacionados con cualquier estrato de la poesía.

Moderador: Rafel Calle

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Rafel Calle
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re: Verso libre

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Queridos amigos, trataré de dar mi opinión en lo asuntos que planteáis.

El artículo de Fernando Gómez Redondo, a mi juicio, no tiene en cuenta algunos detalles, los mismos que no tuvo en cuenta Juan Ramón Jiménez y que luego quiso clarificar. Uno de los detalles se debe a que, en muchas ocasiones, se mezclan el verso multimétrico, ese que llaman libre, y el versículo, o sea, a veces, lo que llaman verso libre -versolibrismo- no es tal, sino que es versículo - poema versicular-, es decir, un poema a base de renglones, que no son versos, y que se llaman versículos. En estos casos, no se trata de versificación libre, ni isosilábica, ni irregular…, por la sencilla razón de que no son versos. Y sí se trata de una forma de prosa que no atiende a los preceptos irrenunciables del verso, ya que de atenderlos, obviamente, se trataría de versos. Pero no son versos y sí son versículos.

Creo que es muy de admirar la gran preocupación innovadora del maestro Juan Ramón. Está claro que sus intenciones eran investigar sobre aspectos de un verso que, por aquel entonces, empezaba a liberarse, a buscar nuevas formas, nuevos caminos…, siempre intentando prescindir de la rima y la métrica, todo lo cual desembocó en un galimatías que, con el aditamento del nombre que le pusieron, “verso libre”, acabó y aún permanece en un mar de extraordinarias confusiones.

Está clarísimo que el gran Juan Ramón Jiménez pretendía llegar a conclusiones válidas sobre el verso de aquellos días. Juan Ramón, no veía nada claro que en el “verso libre” valiera todo. Era difícil solventar el problema, porque la propia denominación, “verso libre”, propiciaba que los autores hiciesen lo que les viniera en gana. Fue grande la profusión de autores mediocres que se las daban de autores innovadoramente importantes, aprovechando la confusión de unos tiempos en que, bajo la denominación “verso libre”, parecía que todo era válido.

No me extraña que Juan Ramón no encontrara la solución, porque es muy fácil, quizá demasiado para caer en la cuenta. La solución está en que no se puede llamar libre a ningún verso, porque no hay ningún verso que sea libre, puesto que todos los versos tienen un número de sílabas, un nombre y un apellido, un ritmo determinado, etc. Es decir, todos lo versos están clasificados o se pueden clasificar, y, si se pretende desclasificarlos, se convierten en prosa, en una forma de prosa versicular; en versículos. Los versículos no son versos, se parecen, pero no son versos porque les faltan las señas de identidad del verso: alteración del cómputo silábico y pausa versal.

Aunque el comentario que, en este mismo posteo, dejé de Vicente Alexandre, valdría para hablar de Juan Ramón, volveré a tratar de explicar en qué consiste el verso libre de Jiménez.

Veamos, emplearemos el aforismo de Juan Ramón que ha dejado Ángel, está escrito en verso largo o en versículo, según se respete o no, la pausa versal:
Cada día, ciego, señor de la lectura, voy separando menos el verso de la prosa, quiero decir, lo que llamamos verso y prosa. En realidad no hay verso, eso que solemos llamar verso, digo, línea aislada, los poetas. Todo es prosa, lo que llamamos prosa, digo, escritura seguida, sea el ritmo que fuere.

Ahora coloquémoslo de otra manera, por ejemplo, así:
Cada día, ciego,
señor de la lectura,
voy separando menos
el verso de la prosa,
quiero decir,
lo que llamamos verso y prosa.
En realidad no hay verso,
eso que solemos llamar verso,
digo, línea aislada, los poetas.
Todo es prosa, lo que llamamos prosa,
digo, escritura seguida,
sea el ritmo que fuere.

Como se puede observar, el aforismo de Juan Ramón está escrito a base de periodos sintácticos, de detención a detención, que a su vez corresponden a medidas propias de los versos convencionales en una combinación imparisílaba. Lo que pasa es que Juan Ramón utiliza las licencias métricas pero al revés, o sea, las utiliza para tratar de presentar una versificación alejada de la métrica convencional. Y, claro, la forma está en consonancia con el mensaje, puesto que el texto de Juan Ramón se puede convertir en verso polimétrico, multimétrico y, también, en versículo.

Juan Ramón dice que todo es prosa, y casi acierta porque la realidad es que todo se puede convertir en prosa. Así pues, Jiménez se equivocó, pero solo en un pequeño detalle: Sí que hay verso. No todo es prosa, porque el verso no es prosa, pero sí que todo, incluso el verso, se puede convertir en una prosa.

Veamos el segundo aforismo que nos deja Ángel:
Señor de la lectura, ciego: ¡me equivoqué, me equivoqué en la forma de publicar mi verso libre! No, verso es sólo lo que termina en consonante o asonante. El verso libre que no es blanco es mejor imprimirlo como prosa, porque prosa ¿no es verso, siempre verso, y verso libre que no es blanco?

Ahora, como en el anterior aforismo, lo pasamos a verso polimétrico:
Señor de la lectura, ciego:
¡me equivoqué, me equivoqué en la forma
de publicar mi verso libre!
No, verso es sólo lo que termina
en consonante o asonante.
El verso libre
que no es blanco
es mejor imprimirlo como prosa,
porque prosa
¿no es verso, siempre verso,
y verso libre que no es blanco?

Bien, vayamos al fondo del aforismo. Jiménez dice que se equivocó en la forma de presentar su verso libre; luego, dice que todo lo que no sea verso blanco (verso medido pero sin rima), es mejor imprimirlo como prosa, lo cual no puede ser cierto, ya que existe una combinación versal que no se premedita o que no tiene que ser necesariamente premeditada, y que se llama verso multimétrico.

A mi juicio, Juan Ramón también se equivoca al ponerle ciertos nombres a los versos, nombres que, en todo caso, corresponden, no a una clase de verso, sino a una combinación de versos. Que si verso libre, que si verso blanco. Pues no, verso, solo verso, simple o compuesto, sin más. Después, podemos ponerle nombre a las posibles combinaciones versales.

En cuanto a lo que dice de que la prosa es todo menos el verso blanco, tampoco estoy de acuerdo; la prosa puede ser todo, incluso el verso blanco y el verso rimado; eso, a día de hoy, está archidemostrado, sin ir más lejos, en Alaire hay muchos trabajos que lo demuestran.

Finalmente, decir que estoy de acuerdo con Jiménez en la cuestión del ritmo. El ritmo prácticamente no cambia si el poema está bien escrito; Por ejemplo, un poema monométrico puede pasarse a polimétrico, multimétrico y versicular, y no cambiará el ritmo, salvo en el asunto de la pausa versal. La cuestión es que los periodos sintácticos estén rítmicamente bien definidos. No se trata de analizar el ritmo de un verso, sino de analizar los periodos rítmicos dentro del propio verso. De ahí que el verso libre no exista; lo que existe es el verso multimétrico, y, desde luego, de libre tiene poquísimo.

Por cierto, en cuanto a lo que dijo Juan Ramón, respecto a que un ciego no podría discernir si un poema era prosa o verso, tampoco estoy de acuerdo. Si un poema está bien leído o recitado, su estructura será perfectamente reconocible para cualquier oyente que sepa lo que es un verso. Así pues, no se trata de ver lo que se ha escrito, se trata de saber mínimamente lo que es un verso. El verso, solo el verso, únicamente el verso está afectado de la pausa versal, siempre y en todo caso, por lo que cuando se produce, cualquier oyente sea ciego o no, puede saber que se trata de versos y no de prosa.

En fin, el hecho de que Juan Ramón Jiménez, no llegara a afinar sus conclusiones, no significa que no existan conceptos que se pueden concretar en aras de que los autores aclaren sus dudas respecto a los intríngulis del mundo del poema.
Verso monométrico, polimétrico, multimétrico, y versículo; esas son las 4 combinaciones posibles para escribir un poema. Tres de ellas son a base de versos, la cuarta es a base de versículos que son una forma de prosa. No hay más.

Conclusión: El verso libre que trabajaron Juan Ramón Jiménez y otros grandes autores, por ejemplo, Vicente Alexandre, está impregnado de los conocimientos de métrica y técnica que esos autores poseían. Ellos parten de unos esquemas semánticos de altura, periodos sintácticos perfectamente acotados, para producir un verso detrás de otro, sin parar -hasta la pausa versal- o no parar sintácticamente, aunque siempre temporalmente, por medio del encabalgamiento. ¿Qué tenemos? Una sucesión de versos, nada más.
Cuando se sabe trabajar el verso, pero bien trabajado, se puede trabajar el verso multimétrico, ese que llaman libre, y se pueden hacer las combinaciones que se quieran, se pueden hacer piruetas rítmicas, semánticas, sintácticas, estilísticas…, como hacían los grandes maestros aquí comentados. No tenían claros algunos conceptos, pero no hay duda de que sin los Juan Ramón, Alexandre..., nosotros, los poetas actuales, estaríamos mucho más atrasados.

Abrazos, compañeros.
Alan Domingo
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Mensaje sin leer por Alan Domingo »

Tu teoría me convence, el concepto es tan fácil de comprender como difícil de hallar. Deberías recogerla en un libro. Yo por aquí leyendo, enterándome...
Sin duda un interesantísimo aporte, querido Rafa. Fuerte abrazo.
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Rafel Calle
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Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Muchas gracias, querido amigo, te agradezco el comentario, más sabiéndote escéptico en cuanto a los asuntos de versificación. Sé que no te gusta detenerte en los recovecos del poema, prefieres la libertad, así que, me satisface el hecho de que apruebes mis trabajos.

¿Sabes? no creo que exista la libertad en el arte; se pueden romper esquemas, se puede innovar, se pueden poner patas arriba todos los parámetros conocidos, pero eso no creo que sea libertad, sino creación; el cerebro es el que manda, todo en el ser humano está al servicio de su cerebro. Cerebro&evolución constante, eso es todo. Por ejemplo, quieres trabajar una versificación nueva, bien, entonces tendrás que partir de una versificación antigua; sí, el producto de la creación está sujeto a los condicionantes que provienen de lo que sabes y, por lo tanto, también de lo que ignoras. O eso creo. Libertad, sí, pero bien entendida. Por ejemplo, si trabajas con versos, tienes que ceñirte a los parámetros del verso y, ahí, tratar de crear una innovación. Pero si quieres más libertad, toda la libertad que te otorga la propia escritura, habrás de trabajar con la prosa y, una vez ahí, imponer tus innovaciones si eres capaz de crearlas.

Sabido lo reacios que sois los catedráticos a darle importancia a los asuntos de la métrica, en beneficio de la técnica literaria, te diré que, a veces, en mis reflexiones, no estoy muy lejos de vosotros; no estoy seguro de que tantas comidas de coco conceptuales, al final, sirvan para alguna cosa. Por mi parte, a veces me da por preguntarme, por qué me he metido en esos berenjenales, en vez de haberme dedicado solamente a escribir poesía (invierto mucho tiempo estudiando los entresijos del poema). A ver si al final me pasará como a Gil de Biedma, Pedro Salinas y algunos otros de quienes recuerdo más sus conocimientos que su poesía.

En fin, te agradezco la opinión que te merece nuestra página. En todo caso, me doy por satisfecho con el foro Alaire, me doy por bien pagado porque aquí y ahora se está produciendo un estilo, una escuela, un modo de hacer en el poema. Prosa y verso, verso o prosa, pues sí, son distintos pero ambos pueden ser un poema. Y eso me interesa recalcarlo, verso y prosa, ambos dos, de la mano. Por eso insisto tanto en reafirmar el verso; para diferenciarlos. No creo que sea conveniente trabajar solo con prosa.

Y, bueno, se buscan las bases sobre las que edificar el poema moderno, de ahora, vanguardista. Para ello, el hecho conceptual me parece enormemente necesario.

Fíjate que los grandes, tipo, Alexandre, Juan Ramón…, en esencia, buscaban deshacerse de los corsés métricos y de la rima clásica, lo cual, obviamente, significó un paso gigantesco para la evolución del poema. Pero ahora sabemos que para el acto creativo es tan pernicioso preocuparse de rimar siempre, como preocuparse de no rimar en absoluto. Ni una cosa ni otra; sencillamente, libertad dentro de unos parámetros conceptuales. Y lo dicho también sirve si lo que pretendemos es escapar a toda costa de la métrica convencional, porque nos meteremos en berenjenales que no ayudarán a nuestra creación, sino que nos la complicarán, y total para nada, porque finalmente no podremos escapar de la multimetría, no es posible hacerlo, no para el verso.

Libertad en la estructura, libertad en la combinación, libertad en el lenguaje, libertad en el ritmo. Libertad en la rima. Pero, cuidado, no valen las libertades para enmascarar las deficiencias, sobre todo, de tipo técnico. Esencialmente, la libertad está acotada en los parámetros que marca la transmisión ideal, todo dentro de una forma de escritura que obedece a la habilidad de trabajar con el lenguaje literario.

En fin, seguiremos intentando cosas…, aunque el verano se presta a otros asuntos, digamos, menos plastas. Menudo rollo te he soltado, compañero.
Abrazos.
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Ana Estepa
Mensajes: 399
Registrado: Lun, 04 Abr 2022 11:46

Re: Verso libre

Mensaje sin leer por Ana Estepa »

Es tremendamente complicado escribir en verso libre, cuando siempre se ha versado midiendo.
Es inevitable caer en el ritmo y acentuación de la métrica.
Para empezar, el peso del versolibrismo recae exclusivamente en el talento del autor: en su capacidad para crear imágenes bellas y por supuesto, en las anáforas, la cadencia...etc.

Un poema en verso libre, no es una prosa en vertical. En absoluto. Ha de ser rírmico y armónico.
Ana Estepa


"Solo el amor con su ciencia, nos vuelve tan inocentes"
Violeta Parra
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