De armirlos, mirlos y mirlotos (Serie Mirlos) (Para Al-Malik el Brotón)

[Ramón Castro Méndez]

Para Ar-Mirlo Ibn Abd Al-Malik el Brotón


I.

¡Ah, mi querido Al-Malik, el tiempo no pasa por ti!
Antes pasa un pangolín por el ojo de una pcr.
Aunque acá, ya tú sabes, le llamamos armadillo,
por el stomp.

II.

Hermano, sigo tus gestas, nobles todas ellas,
y te he escuchado recitar tus trovas delante de las cabilas.
¡Qué místico ardor de cuaderna vía! ¡Levitabas!
Quizás fueran las brumas del arac o del rosoli.
Ya tú sabes que el "hada verde" me produce
una acusada y prolongada... melancolía.
Mi asesor espiritual me ha comentado
que el dátil me ayudará a mover las entrañas.

III.

¡Qué maravilla tu voz a los sones del kanún y del saz!
¡Qué el profeta te colme! Me regresaste a mi Derinkuyu
antillano natal, a su aroma a sal y a cáctus, y a mi squaw piute.
Añoro sus dos voluptuosas églogas y su cantarina glotis.

IV.

La piel de mi darbuka se rasga sin remisión.
Todos envejecemos, hermano, menos tú y las azafatas de PanAm.
¿Has tenido trato con algún djinn? Si así fuera necesitarías
una luna comodín o una escalera de color al as de picas
que te exonerara de la lapidación.

V.

Me he quitado del ayuntamiento carnal,
me resulta cada vez más tedioso hacer vida marital
con mis cuatro esposas.
Ya no se encuentran concubinas bien dispuestas.
No tengo ya swing de alcoba.
Mi sexo se parece cada vez más a un tumor benigno,
así que me veo, ya tú sabes, empujado a los milagros.

[Ramón Castro Méndez]

Jajajajajajaj, ¡Dios bendiga tu sentido del humor! Estaba comentando a otro amigo y me encuentro con estas perlas que aplaudiría, en el nombre de Alá el más Grande, el más Misericordioso, el mismo Abū l-Qāsim Muḥammad ibn ‘Abd Allāh ibn ‘Abd al-Muṭṭalib ibn Hāšim al-Qurayšī, entre nosotros, los legos, Mahoma; para engarzar El collar de la Paloma (luego hablaré de ella), del inefable Abu Muḥammad ʿAli ibn Aḥmad ibn Saʿīd ibn Ḥazm, entre nosotros Ibn Hazm, a secas.

El sonido, la palabra, el stomp de la flauta, ney, en el sufismo es muy importante pues despierta los órganos especiales de percepción, Lataif-e-sitta. La poesía que colma tus versos es así, despierta el ardor y las ganas de seguir componiendo, aunque haya que traer a las musas por sus pelos.

Recuerdo a mi abuelo Saadi de Shiraz, en su Jardín de las rosas, decir:
"¿Qué pueden hacer los enemigos,
cuando el Amigo es tu amigo?"

Así me siento yo hoy, imbatible.

Nombras al arac. En el Levante los moriscos lo llamamos "Paloma", ufff qué recuerdos, por el color blanco, como el manto de la pureza, que toma al mezclarse con el agua. Es una bebida, de aguardiente y anís, refescante, y necesaria, para los momentos de ardentía; con cuatro de ellos levitas y trasciendes como si de un zikr se tratara: "La háwla wa la qúwata ílla billáh, húa wal alíl ‘adhím". También al arresoli de los mozárabes conquenses y su fiesta de los borrachos, sublime; aconsejo no perdérsela en algun momento de la vida.

No me nombres a las azafatas de PanAm que "me se esflinfla el rebustelo". En el último viaje, seguro que para ganar adeptos la compañía, al tiempo que nos servían el refrigerio preceptivo iban alzando los 7 velos; ya quisiera la bella Sherezade haber aprendido de esas celestiales ninfas, para que al Sultán no se le bajara un milímetro en las Mil y una noche que pasaron juntos, ¡qué bestias!

Hermano en la cofradía del Corumelo, haces bien en abandonar la cuyunda, te nombramos de forma oficial pater Ramón El-Casto I; porque una de nuestras reglas es la castidad voluntaria, así que vas bien encaminado, no tengas temor, el tiempo pasa y se hace camino al andar. Las cuatro concubinas a las que tocamos por cabeza solo saborean la molondra del percebe, no van a más; nosotros, de los bivalvos das terras galegas, el jugo para no indigestarnos. El dátil, con su indudable dulzura, sí está permitido utilizarlo con profusión, porque el placer es ajeno; un alarde de caridad hacia la complaciente y una muestra de la virtud del oferente.

Tengo dos Djinn, ángeles de la guarda, que, siempre desde su estrato energético actual, van protegiendo mi camino hasta mi reunión final con ellos. Son mi padre y mi hermano, dicen los medium que están siempre sobre mi cabeza, yo no los veo pero los siento. Quizá por ello me dicen que tengo una rosa en el culo.

Gracias queridísimo hermano; es fantástico el regalo que nos has dejado, ¡vaya despliege de arte, carajo! Tú sí nos has dejado perplejos.
Tendremos que ponernos doble cilicio hoy.

Un abrazototeee.

Ar-Mirlo Ibn Abd Al-Malik el Brotón

Querido amigo, tu comentario ya es en sí poesía. Me deja anonadado tu conocimiento, así que voy a cambiarme los pañales. Creo que me he pasado con los dátiles, debo hablar encarecidamente con mi mentor espiritual sobre esta cuestión. Me haces un gran honor proponiendo mi entrada en el proceloso mundo del Corumelo, dudo de estar a la altura. Yo que solo he remedado al padre Prior, eso sí dándole mi puntito escabroso, y, además, no llevo bien lo de los cilicios. Ten en cuenta, por otra parte, que "tripito" primer curso, cercano estoy de la expulsión, de Iluminati de Baviera. No sé yo, conozco tu bondad, pero deberías elegir mejor a los acólitos de tan insigne hermandad. No obstante, ¿qué decirte?, como a aquel, "me llena de orgullo y satisfacción". Seguiremos, o al menos lo intentaremos, "armileando" que, pardiez, libera el espíruto. Atentamente suyo en la eclesial orden este que suscribe.

Un abrazoteeeee.

[Pilar Morte]

Jaja, que gracioso, culto, sincero y explosivo eres. He disfrutado este poema tan de tu corte. Me gustó.
Abrazos

[Ana García]

Me he reído un montón con el cuarto mirloto y eso que el resto son muy ingeniosos.
Vaya despliegue el de ambos, poema y respuesta para ser enmarcado.
Un fuerte abrazo para ambos.

[Ramón Castro Méndez]

Jaja, que gracioso, culto, sincero y explosivo eres. He disfrutado este poema tan de tu corte. Me gustó.
Abrazos

Muchas gracias, querida amiga Pilar, por estar siempre.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Me he reído un montón con el cuarto mirloto y eso que el resto son muy ingeniosos.
Vaya despliegue el de ambos, poema y respuesta para ser enmarcado.
Un fuerte abrazo para ambos.

Muchas gracias, Ana, celebro tu risa.

Un afectuoso abrazo.

[Alejandro Costa]

Inteligentes, sarcásticos y frescos.

Unos mirlos exageradamente lógicos para otro ser con tintes de locura.

En fin que me han gustado y me han sacado una sonrisa.

Y respecto a Armilo, compañero, es lo que hay.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Muchas gracias, Alejandro, me alegra haberte sacado una sonrisa. Estos "armirlos" no tenían más pretensiones.

Un fuerte abrazo.

[E. R. Aristy]

Para Ar-Mirlo Ibn Abd Al-Malik el Brotón


I.

¡Ah, mi querido Al-Malik, el tiempo no pasa por ti!
Antes pasa un pangolín por el ojo de una pcr.
Aunque acá, ya tú sabes, le llamamos armadillo,
por el stomp.

II.

Hermano, sigo tus gestas, nobles todas ellas,
y te he escuchado recitar tus trovas delante de las cabilas.
¡Qué místico ardor de cuaderna vía! ¡Levitabas!
Quizás fueran las brumas del arac o del rosoli.
Ya tú sabes que el "hada verde" me produce
una acusada y prolongada... melancolía.
Mi asesor espiritual me ha comentado
que el dátil me ayudará a mover las entrañas.

III.

¡Qué maravilla tu voz a los sones del kanún y del saz!
¡Qué el profeta te colme! Me regresaste a mi Derinkuyu
antillano natal, a su aroma a sal y a cáctus, y a mi squaw piute.
Añoro sus dos voluptuosas églogas y su cantarina glotis.

IV.

La piel de mi darbuka se rasga sin remisión.
Todos envejecemos, hermano, menos tú y las azafatas de PanAm.
¿Has tenido trato con algún djinn? Si así fuera necesitarías
una luna comodín o una escalera de color al as de picas
que te exonerara de la lapidación.

V.

Me he quitado del ayuntamiento carnal,
me resulta cada vez más tedioso hacer vida marital
con mis cuatro esposas.
Ya no se encuentran concubinas bien dispuestas.
No tengo ya swing de alcoba.
Mi sexo se parece cada vez más a un tumor benigno,
así que me veo, ya tú sabes, empujado a los milagros.

Humor, amistad e ingenio, el misterio de la trinidad, jajajajja. Felicidades a ambos.

[Ramón Castro Méndez]

Para Ar-Mirlo Ibn Abd Al-Malik el Brotón


I.

¡Ah, mi querido Al-Malik, el tiempo no pasa por ti!
Antes pasa un pangolín por el ojo de una pcr.
Aunque acá, ya tú sabes, le llamamos armadillo,
por el stomp.

II.

Hermano, sigo tus gestas, nobles todas ellas,
y te he escuchado recitar tus trovas delante de las cabilas.
¡Qué místico ardor de cuaderna vía! ¡Levitabas!
Quizás fueran las brumas del arac o del rosoli.
Ya tú sabes que el "hada verde" me produce
una acusada y prolongada... melancolía.
Mi asesor espiritual me ha comentado
que el dátil me ayudará a mover las entrañas.

III.

¡Qué maravilla tu voz a los sones del kanún y del saz!
¡Qué el profeta te colme! Me regresaste a mi Derinkuyu
antillano natal, a su aroma a sal y a cáctus, y a mi squaw piute.
Añoro sus dos voluptuosas églogas y su cantarina glotis.

IV.

La piel de mi darbuka se rasga sin remisión.
Todos envejecemos, hermano, menos tú y las azafatas de PanAm.
¿Has tenido trato con algún djinn? Si así fuera necesitarías
una luna comodín o una escalera de color al as de picas
que te exonerara de la lapidación.

V.

Me he quitado del ayuntamiento carnal,
me resulta cada vez más tedioso hacer vida marital
con mis cuatro esposas.
Ya no se encuentran concubinas bien dispuestas.
No tengo ya swing de alcoba.
Mi sexo se parece cada vez más a un tumor benigno,
así que me veo, ya tú sabes, empujado a los milagros.

Humor, amistad e ingenio, el misterio de la trinidad, jajajajja. Felicidades a ambos.

Muchas gracias, amiga E.R.A., por tus palabras y por tu sentido del humor.

Un afectuoso abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Genial. Y nada que añadir a los sabrosos intercambios epistolares que acompañan a estos mirlos tan especiales. Un abrazo.
Salud.

[Ramón Castro Méndez]

Genial. Y nada que añadir a los sabrosos intercambios epistolares que acompañan a estos mirlos tan especiales. Un abrazo.
Salud.

Muy agradecido, Julio, por tu paso y atento comentario.

Un fuerte abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Unos cantos exquisitos que agradezco haber leído.
Cultura, pasión y buena poesía a raudales.

Dos abrazos y felicidad.

[Ramón Castro Méndez]

.

Unos cantos exquisitos que agradezco haber leído.
Cultura, pasión y buena poesía a raudales.

Dos abrazos y felicidad.

Muchas gracias, querida Hallie, siempre estás y te multiplicas, eso merece todos mis elogios. Gracias.

Un abrazo grandón.