El corazón del mundo

[Hallie Hernández Alfaro]

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Gracias por traer este poema y este sentir que nos llega a todos, querida Ana.

Abrazo enorme. Cuídate mucho.

[Juan Cruz Bordoy]

Nos llevas a ver la tragedia desde lo más profundo de su dolor. En tu obra no falta el sentimiento humano, Ana. Me gusta como transmites lo irreversible de la muerte condenando decisiones que se mueven y cambian de dirección tal como el viento, según la ambición de quien las impulse. Ha sido un grato gusto leerte.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz

[Ramón Carballal]

Ojala se escuche el mensaje que transmite el poema, que vuelvan el diálogo y la paz. Es terrible la situación que vive Ucrania, tu versos la dibujan con versos lúcidos y elocuentes. Me alegra leerte de nuevo. Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Pilar, por tus palabras.

Un beso grande

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Ramón, todo esto es terrible.

Un beso enorme
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Hallie:

Ojalá que el alto el fuego llegue muy pronto.

Un abrazo grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco mucho tu comentario, Juan Cruz:

Un abrazo grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Me uno a tus palabras de denuncia.

Un beso grande

[Marisa Peral]

Querida Ana, me sumo a la denuncia de toda violencia e injusticia, es una crueldad impensable, e inadmisible la falta de capacidad para el diálogo de quines gobiernan y dirigen los destinos del planeta.

Aunque sea por este triste motivo me alegro de tu vuelta y deseo que estas personas a las que dedicas el poema puedan salir de esta guerra pronto y sin daño.

Un abrazo muy fuerte.

P.D. Tengo pendiente una respuesta

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco mucho tu comentario, Juan:

Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Gracias por tus palabras, Ramón:

Un beso grande
Ana

[José Manuel F. Febles]

A S. y N. que residen en Kiev

El cielo se ha vestido de un gris plomo
por humo y proyectiles.
La inquietud ha inundado la ciudad.
Todo parece un plano surreal.
La pesadilla es miedo, angustia y pánico.
El sonido del fuego es lo que impera.

Por las calles no hay nadie.
La gente está en sus casas o en refugios.

El corazón del mundo está en Ucrania.
El alma del planeta está con Kiev.
Todo parece un cuento tenebroso.

En las plazas de todos los países
se escucha un "No a la Guerra".

La palabra podría traer paz.
Las armas siempre son una antesala
del fracaso anunciado.

Las plegarias envuelven el planeta.
Las luces son ahora una esperanza.

Los muertos ya no pueden opinar.

Ojalá que el silencio vuelva a ser
la melodía interna de la urbe
y llegue el "alto el fuego";
porque después de siglos y milenios
parece que los seres de la Tierra
aún no conocemos la lección.

Somos los ignorantes
de esta galaxia bella y luminosa.

Se hace necesario aprender
que el diálogo podría ser de paz,
pero los tanques solo traen la muerte,
la destrucción terrible, el gran vacío.
La pregunta esencial, lo denigrante.
La gran devastación del territorio
y la noche sin fin, oscura y sórdida.


Ana Muela Sopeña



Se hace necesario aprender
que el diálogo podría ser de paz,
pero los tanques solo traen la muerte,
la destrucción terrible, el gran vacío.
La pregunta esencial, lo denigrante.
La gran devastación del territorio
y la noche sin fin, oscura y sórdida.


Un poema muy doloroso, Ana. Me quedo entre todo lo bello de lo injusto que destacas con esta estrofa final.
Me alegra enormemente volver a leerte.
Un cordial y fuerte abrazo hasta el Norte.

Desde la soledad de mi isla,
José Manuel F. Feblesw

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco tus palabras, Marisa:

En este momento no sabemos cómo están. Les han cortado las líneas de teléfono e Internet. No tenemos noticias...

Un abrazo
Ana