
Viejo álamo de honda raíz,vestido
de sueño y fantasía en tu ancha rama,
grito fecundo en tu postrera llama,
dulce violín de acordes encendido.
Fuíste tú José Hierro,el elegido
por tu infinito amor que tanto clama,
para ser la palabra que se inflama
cuando escandes tu verso dolorido.
De tu vivir nació canto divino,
nítido,puro,nemoroso,ardiente,
"lumen"entre las sombras de la vida.
Desde hoy,tu adios es un espino
de dolor en el mármol reluciente
de mi alma,al llorar tu despedida.
Andros.