Por qué poetas (Para los que se sienten identificados)

[Ricardo López Castro]

Nuevas amapolas,
serrín de las pasiones de otoño,
almanaques sin números enteros,
fraccionados por la memoria,
por la millonésima parte de los años,
mustios y alegres semblantes,
estaciones de nada.

Efectos de luz,
rescoldos,
hundimientos de agua bajo el infinito,
amantes del aire por costumbre,
relaciones, los remordimientos,
ah, poco menos que encerrados,
los párpados observan,
la vida es una pizarra donde escribir y borrar.

Mis ojos y mi alma son de repuesto,
igual que la primavera,
con fragancias frágiles que hasta los huesos pueden expresar,
y el silencio es el lugar de la palabra.

Recuérdame cuando estés perdida,
sacaré del cajón de mi mesilla un libro,
libro para soñar con las innumerables formas de vida.

No creas que estás tirando tu juventud por la borda,
ah, dulce suspiro de mareas,
lo que quiero decirte, resulta,
insignificante,
mi amor, nadie conoce al tiempo,
¿te irías con un desconocido?

Antes todo era más fácil.
y el pensamiento tuvo que aparecer.
Luego cualquiera sabe que nos sentimos solos, y se ofrece a acompañarnos...

¡Poetas, levantemos nuestra tierra,
para dividir los elementos del sigilo,
de lo desaprendido!

[Rafel Calle]

Bello e interesante trabajo, amigo Ricardo, que se viste de metapoesía para aleccionar a los escribidores de poemas. No está de más que se reflexione sobre los porqués de nuestra actividad.
Felicidades.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Excelente trabajo, amigo Ricardo, con un lenguaje poético bello y expresivo en esta reflexión sobre los cinceladores de palabras.

Todo un placer de lectura, amigo Ricardo.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Muy buena reflexión sobre esas sensaciones tan placenteras que produce introducirse en el mundo de la poesía. Muy logradas imágenes para dar fuste a un muy buen poema.
Te felicito, amigo Ricardo.

Un fuerte abrazo.

[E. R. Aristy]

Nuevas amapolas,
serrín de las pasiones de otoño,
almanaques sin números enteros,
fraccionados por la memoria,
por la millonésima parte de los años,
mustios y alegres semblantes,
estaciones de nada.

Efectos de luz,
rescoldos,
hundimientos de agua bajo el infinito,
amantes del aire por costumbre,
relaciones, los remordimientos,
ah, poco menos que encerrados,
los párpados observan,
la vida es una pizarra donde escribir y borrar.

Mis ojos y mi alma son de repuesto,
igual que la primavera,
con fragancias frágiles que hasta los huesos pueden expresar,
y el silencio es el lugar de la palabra.

Recuérdame cuando estés perdida,
sacaré del cajón de mi mesilla un libro,
libro para soñar con las innumerables formas de vida.

No creas que estás tirando tu juventud por la borda,
ah, dulce suspiro de mareas,
lo que quiero decirte, resulta,
insignificante,
mi amor, nadie conoce al tiempo,
¿te irías con un desconocido?

Antes todo era más fácil.
y el pensamiento tuvo que aparecer.
Luego cualquiera sabe que nos sentimos solos, y se ofrece a acompañarnos...

¡Poetas, levantemos nuestra tierra,
para dividir los elementos del sigilo,
de lo desaprendido!

Ricardo,
Un poema al poema infinito que se forja en la deserción y la disertación poética tanto de lo que es silente e inexpresable como aquello que en la naturaleza irreplicable se da sin inhibición alguna.
Un abrazo grande,
ERA

[Marisa Peral]

Poetas ¿por qué y para quien?
Quizás sea un misterio para cada uno descubrirlo, o una inexplicable atracción por algo que unas veces nos hiere y otras nos cura el alma.

Muy buena reflexión, Ricardo, te felicito y te envío un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

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Es emocionante pasear de la mano de tus versos por escarpados donde crecen las flores interrogantes.
Me has hecho vivir minutos de intensidad lectora. Gracias por ello.

Abrazo y felicidad, querido poeta.