Estoy para acostarme...

[Jorge Salvador]

Me duele hasta el rosario de mi madre,
¡qué ganas de acostarme!

Hay días que me daba de narices
contra la vida eterna,
con tal de no tener que andar de un lado para otro
sin saber ni a qué voy ni quién me espera.

Estoy para acostarme,
no me cabe la artrosis ya en los huesos;
a ver si en veinte años me jubilan
y saco tiempo al menos para morirme un rato.

Qué malo estoy, ¡qué malo!
galopa la vejez por mi esqueleto
como Curro Jiménez por la sierra de Ronda;
me pesan como yunques las pestañas,
los pies parecen bloques de cemento,
me canso descansando...
te juro que ahora mismo no te echaba
ni un mal buen carrigüelo.

Qué ganas de embutirme en el pijama,
perder de vista el mundo,
y no mover el culo hasta la próxima existencia.

Si espero desespero, y si lo pienso...
¿qué coño es lo que espero?

La vida está de cañas
con cuatro ricachones ignorantes ilustrados
que se han hecho los dueños del corral por sus cojones.

Doctor, deme la baja,
¿qué le cuesta firmar? ¿no ve que se me salen los pulmones?
firme aquí si no quiere que dispare...

Por San Judas, chiquillo,
cuando pille la cama no dejo un muelle sano...

[Hallie Hernández Alfaro]

Qué bueno y que duro este poema, querido amigo.

La desesperación y el cansancio se hacen palpables y duelen en carne propia.
Tu palabra tiene la virtud de llegar y de hacerlo muy profundamente.

Abrazo enorme.

[Alonso Vicent]

Aguanta, ¡coño!, aguanta, que la artrosis son cosquillas y el devenir otro paseo. Ya vendrá la jubilación, por edad o por huevos... que las gallinas y unas pocas hanegadas dan para jubilarse aunque estemos buenos.
Las esperas solo son buenas si hay ronda de cañas y de tapas; que ni ricachones ni médicos, todos están comprados, je je.
Muy bueno, Jorge, pero mañana a las 5,30 suena el despertador... y a "ajornalar" la mañana.
Un abrazote a la hora del café  entre naranjos... no hay tiempo para más.

[Pilar Morte]

Creo que este poema ha salido de un mal día. Sea como fuere, está escrito con desenvoltura y gracia aunque sea duro. Me gustó leerte.
Abrazos

[Jorge Salvador]

Qué bueno y que duro este poema, querido amigo.

La desesperación y el cansancio se hacen palpables y duelen en carne propia.
Tu palabra tiene la virtud de llegar y de hacerlo muy profundamente.

Abrazo enorme.

Hola, Hallie. Efectivamente, se está alargando mucho esta agonía. Muchos días uno se levanta con los cables cruzados y, ya ves, sólo tiene ganas de acostarse.
Gracias por tu maravillosa huella. Un abrazo muy intenso

[Jorge Salvador]

Aguanta, ¡coño!, aguanta, que la artrosis son cosquillas y el devenir otro paseo. Ya vendrá la jubilación, por edad o por huevos... que las gallinas y unas pocas hanegadas dan para jubilarse aunque estemos buenos.
Las esperas solo son buenas si hay ronda de cañas y de tapas; que ni ricachones ni médicos, todos están comprados, je je.
Muy bueno, Jorge, pero mañana a las 5,30 suena el despertador... y a "ajornalar" la mañana.
Un abrazote a la hora del café  entre naranjos... no hay tiempo para más.

Gracias, querido Alonso. Hay que ver cómo cuesta ganarse la vida. Y yo que me quejaba porque me levanto todos los días a las 6:30... siempre hay quien gana. Pues si yo tengo ganas de acostarme, no me quiero imaginar cuántas más ganas tendrás tú.
Ay, señor, qué sinvivir...

[Jorge Salvador]

Creo que este poema ha salido de un mal día. Sea como fuere, está escrito con desenvoltura y gracia aunque sea duro. Me gustó leerte.
Abrazos

Más de uno, Pilar. Pero a fin de cuentas hay que seguir adelante. Todo puede cambiar a mejor si uno se empeña en que así sea.
Gracias, compañera. Un abrazo

[Alonso Vicent]

Aguanta, ¡coño!, aguanta, que la artrosis son cosquillas y el devenir otro paseo. Ya vendrá la jubilación, por edad o por huevos... que las gallinas y unas pocas hanegadas dan para jubilarse aunque estemos buenos.
Las esperas solo son buenas si hay ronda de cañas y de tapas; que ni ricachones ni médicos, todos están comprados, je je.
Muy bueno, Jorge, pero mañana a las 5,30 suena el despertador... y a "ajornalar" la mañana.
Un abrazote a la hora del café  entre naranjos... no hay tiempo para más.

Gracias, querido Alonso. Hay que ver cómo cuesta ganarse la vida. Y yo que me quejaba porque me levanto todos los días a las 6:30... siempre hay quien gana. Pues si yo tengo ganas de acostarme, no me quiero imaginar cuántas más ganas tendrás tú.
Ay, señor, qué sinvivir...

Je, je je. Aquí vivimos como las gallinas (pero con algo de tecnología). A las diez de la noche se apagan las luces solares, y te tienen que pillar en la cama para no darte con los muebles o tropezar entre escalones.
Yo creo que tenemos la vida ganada, y hasta el descanso... pero igual perdemos en la contienda.
Un abrazote, a las nueve y cinco y a la espera por aguas, nieblas y otros mojantes. La hora de levantarse fue la misma.

[Rafel Calle]

Un poema interesante y como siempre escrito con mucha pulcritud, amigo Jorge.
Felicidades.
Abrazos.

[Jorge Salvador]

Un poema interesante y como siempre escrito con mucha pulcritud, amigo Jorge.
Felicidades.
Abrazos.

Gracias, Rafel. Son tiempos de acostarse, no crees?
Aunque sólo sea para soñar con un mundo mejor...
Un abrazo, amigo