Versos como martillos...

[Jorge Salvador]

Versos como martillos necesito,
versos como martillos…
¿cómo si no aplastarte la conciencia?
¿cómo si no al hablarte que me entiendas?
versos como martillos… ¡es la guerra!

Versos ensangrentados, verticales,
tormentosos y amargos como un ruego;
para que los escuchen los sinceros
y los equivocados y los otros;
versos como puñales… ¡es la guerra!

Para que todo quede en entredicho,
para que duela el alma al desalmado…
versos como cuchillos
que memoricen siervos y lacayos
para entender que el tiempo a todo puede;
versos como cuchillos… ¡es la guerra!

Desnudos como fuimos alumbrados
nos va a abrazar la tierra pronto o tarde;
versos que nos liberen
de los temores viejos necesito;
versos con los que abrirles la entrañas
a los que desconocen que no saben.

Versos como aguijones necesito,
versos como aguijones…
¿quién nos va a defender de los corruptos
si ellos son los que dictan nuestras leyes
y nos dan libertad bajo fianza;
versos como aguijones… ¡es la guerra!

Cuando nos dan martirio renegamos,
pero en verdad nos gusta ser esclavos
de nuestra propia ausencia de intenciones;
versos como exorcismos necesito
para desenterrar a nuestros héroes
y convertir las dudas en leyenda;
versos como exorcismos… ¡es la guerra!

Pero lo que en verdad más necesito
es el amanecer, la explosión del día
y el saludo de Dios;
versos como azucenas necesito
para que todo vuelva hacia el origen;
versos con sed de fuego,
versos trascendentales…
¡toca comprometerse ante sí mismos!

[Pilar Morte]

Me ha gustado mucho el poema, y me quedo con la última estrofa donde brilla la luz. Felicidades.
Abrazos

[Jorge Salvador]

Me ha gustado mucho el poema, y me quedo con la última estrofa donde brilla la luz. Felicidades.
Abrazos

Muchas gracias, Pilar. Y que la luz no deje de brillar ni siquiera con el apagón que nos preparan los dueños del Cortijo.
Abrazos, compañera

[xaime oroza carballo]

Versos como martillos necesito,
versos como martillos…
¿cómo si no aplastarte la conciencia?
¿cómo si no al hablarte que me entiendas?
versos como martillos… ¡es la guerra!

Versos ensangrentados, verticales,
tormentosos y amargos como un ruego;
para que los escuchen los sinceros
y los equivocados y los otros;
versos como puñales… ¡es la guerra!

Para que todo quede en entredicho,
para que duela el alma al desalmado…
versos como cuchillos
que memoricen siervos y lacayos
para entender que el tiempo a todo puede;
versos como cuchillos… ¡es la guerra!

Desnudos como fuimos alumbrados
nos va a abrazar la tierra pronto o tarde;
versos que nos liberen
de los temores viejos necesito;
versos con los que abrirles la entrañas
a los que desconocen que no saben.

Versos como aguijones necesito,
versos como aguijones…
¿quién nos va a defender de los corruptos
si ellos son los que dictan nuestras leyes
y nos dan libertad bajo fianza;
versos como aguijones… ¡es la guerra!

Cuando nos dan martirio renegamos,
pero en verdad nos gusta ser esclavos
de nuestra propia ausencia de intenciones;
versos como exorcismos necesito
para desenterrar a nuestros héroes
y convertir las dudas en leyenda;
versos como exorcismos… ¡es la guerra!

Pero lo que en verdad más necesito
es el amanecer, la explosión del día
y el saludo de Dios;
versos como azucenas necesito
para que todo vuelva hacia el origen;
versos con sed de fuego,
versos trascendentales…
¡toca comprometerse ante sí mismos!

Difícil, muy difícil, el afán en el que estamos, compañero. Enorme y sincero tu poema, que he leído y releído hasta paladear el amargo sabor final de su belleza.
Gracias por este tu aliento.
Un abrazo.

[Jorge Salvador]

Versos como martillos necesito,
versos como martillos…
¿cómo si no aplastarte la conciencia?
¿cómo si no al hablarte que me entiendas?
versos como martillos… ¡es la guerra!

Versos ensangrentados, verticales,
tormentosos y amargos como un ruego;
para que los escuchen los sinceros
y los equivocados y los otros;
versos como puñales… ¡es la guerra!

Para que todo quede en entredicho,
para que duela el alma al desalmado…
versos como cuchillos
que memoricen siervos y lacayos
para entender que el tiempo a todo puede;
versos como cuchillos… ¡es la guerra!

Desnudos como fuimos alumbrados
nos va a abrazar la tierra pronto o tarde;
versos que nos liberen
de los temores viejos necesito;
versos con los que abrirles la entrañas
a los que desconocen que no saben.

Versos como aguijones necesito,
versos como aguijones…
¿quién nos va a defender de los corruptos
si ellos son los que dictan nuestras leyes
y nos dan libertad bajo fianza;
versos como aguijones… ¡es la guerra!

Cuando nos dan martirio renegamos,
pero en verdad nos gusta ser esclavos
de nuestra propia ausencia de intenciones;
versos como exorcismos necesito
para desenterrar a nuestros héroes
y convertir las dudas en leyenda;
versos como exorcismos… ¡es la guerra!

Pero lo que en verdad más necesito
es el amanecer, la explosión del día
y el saludo de Dios;
versos como azucenas necesito
para que todo vuelva hacia el origen;
versos con sed de fuego,
versos trascendentales…
¡toca comprometerse ante sí mismos!

Difícil, muy difícil, el afán en el que estamos, compañero. Enorme y sincero tu poema, que he leído y releído hasta paladear el amargo sabor final de su belleza.
Gracias por este tu aliento.
Un abrazo.

Sí, amigo. En verdad son tiempos duros, son tiempos de involucrarse y luchar por tantas cosas que nos están robando miserablemente. Jamás pensé que llegaríamos a vivir los tiempos del fin, pero creo que estaba equivocado.
Tu aliento me llegó, gracias por ello
Un abrazo hasta allá donde te encuentres

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Jorge.
Felicidades.
Abrazos.

[Jorge Salvador]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Jorge.
Felicidades.
Abrazos.

Gracias, amigo. Abrazos de vuelta para ti también

[José Manuel F. Febles]

Versos como martillos necesito,
versos como martillos…
¿cómo si no aplastarte la conciencia?
¿cómo si no al hablarte que me entiendas?
versos como martillos… ¡es la guerra!

Versos ensangrentados, verticales,
tormentosos y amargos como un ruego;
para que los escuchen los sinceros
y los equivocados y los otros;
versos como puñales… ¡es la guerra!

Para que todo quede en entredicho,
para que duela el alma al desalmado…
































versos como cuchillos
que memoricen siervos y lacayos
para entender que el tiempo a todo puede;
versos como cuchillos… ¡es la guerra!

Desnudos como fuimos alumbrados
nos va a abrazar la tierra pronto o tarde;
versos que nos liberen
de los temores viejos necesito;
versos con los que abrirles la entrañas
a los que desconocen que no saben.

Versos como aguijones necesito,
versos como aguijones…
¿quién nos va a defender de los corruptos
si ellos son los que dictan nuestras leyes
y nos dan libertad bajo fianza;
versos como aguijones… ¡es la guerra!

Cuando nos dan martirio renegamos,
pero en verdad nos gusta ser esclavos
de nuestra propia ausencia de intenciones;
versos como exorcismos necesito
para desenterrar a nuestros héroes
y convertir las dudas en leyenda;
versos como exorcismos… ¡es la guerra!

Pero lo que en verdad más necesito
es el amanecer, la explosión del día
y el saludo de Dios;
versos como azucenas necesito
para que todo vuelva hacia el origen;
versos con sed de fuego,
versos trascendentales…
¡toca comprometerse ante sí mismos!
[

Queriro compañero, ha sido uin gran plocer leer tu excelente poeama. Magnífio fondo, magnífico decir.

Desde la soledad de mi isla, un abrazo.

José Manuel F. Febles

[Jorge Salvador]

Versos como martillos necesito,
versos como martillos…
¿cómo si no aplastarte la conciencia?
¿cómo si no al hablarte que me entiendas?
versos como martillos… ¡es la guerra!

Versos ensangrentados, verticales,
tormentosos y amargos como un ruego;
para que los escuchen los sinceros
y los equivocados y los otros;
versos como puñales… ¡es la guerra!

Para que todo quede en entredicho,
para que duela el alma al desalmado…
































versos como cuchillos
que memoricen siervos y lacayos
para entender que el tiempo a todo puede;
versos como cuchillos… ¡es la guerra!

Desnudos como fuimos alumbrados
nos va a abrazar la tierra pronto o tarde;
versos que nos liberen
de los temores viejos necesito;
versos con los que abrirles la entrañas
a los que desconocen que no saben.

Versos como aguijones necesito,
versos como aguijones…
¿quién nos va a defender de los corruptos
si ellos son los que dictan nuestras leyes
y nos dan libertad bajo fianza;
versos como aguijones… ¡es la guerra!

Cuando nos dan martirio renegamos,
pero en verdad nos gusta ser esclavos
de nuestra propia ausencia de intenciones;
versos como exorcismos necesito
para desenterrar a nuestros héroes
y convertir las dudas en leyenda;
versos como exorcismos… ¡es la guerra!

Pero lo que en verdad más necesito
es el amanecer, la explosión del día
y el saludo de Dios;
versos como azucenas necesito
para que todo vuelva hacia el origen;
versos con sed de fuego,
versos trascendentales…
¡toca comprometerse ante sí mismos!
[

Queriro compañero, ha sido uin gran plocer leer tu excelente poeama. Magnífio fondo, magnífico decir.

Desde la soledad de mi isla, un abrazo.

José Manuel F. Febles

Muchas gracias, estimado compañero. Deseo de corazón, pues he leído por ahí que andas con problemas de salud, tu pronto y total restablecimiento. Te mando un abrazo cargado de energía positiva

[Óscar Distéfano]

Has escrito un poema de protesta clamorosa, consecuencia de un desbordado sentimiento de hartazgo existencial, y lo has hecho con ritmo trepidante, marcado "a golpe de martillo". No se siente la extensión.

Un abrazo real.
Óscar

[Jorge Salvador]

Has escrito un poema de protesta clamorosa, consecuencia de un desbordado sentimiento de hartazgo existencial, y lo has hecho con ritmo trepidante, marcado "a golpe de martillo". No se siente la extensión.

Un abrazo real.
Óscar

Un desbordado sentimiento de hartazgo existencial... no se puede definir mejor el motivo que me impulsó a escribir este poema. Te felicito una vez más, Óscar, y te aseguro que a veces captas mis sentimientos más profundos, aquellos que a mí mismo, a veces, me pasan desapercibidos.
Lo hice a golpe de martillo desde la más profunda impotencia. Cuando la víctima confía su vida a su propio verdugo, cómo esperar la salvación?
Como siempre, mi total admiración y respeto, querido amigo