Te escondes como el sol en mi almohada
te busco con pudor y enamorada
dejando mi furor enardecido.
Tus besos, tus abrazos son mi nido,
de leños es mi hoguera más ansiada,
me enredo en tus deseos, abrazada
quedándome en el campo transgredido.
Llegando en la mañana un nuevo día,
la lluvia que no espera se desata
cubriendo con sus aguas mi abadía.
Todo me acerca a ti, me desbarata,
amante cruel, de sed, mi cobardía,
y el beso que me quema y que me mata.