Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias, gracias, gracias Óscar. me alegro que te haya gustado lo del traspiés de mis párpados, fue muy gracioso que me saliera eso.Óscar Bartolomé Poy escribió:Tristany Joan Gaspar,
Encantador poema. La introducción que haces con ese breve diálogo con el Sol es magnífica, como también lo es ese final tan sugerente. Hay una expresión que me ha gustado por encima de las demás: "en el traspiés de mis párpados".
Un fuerte abrazo, mi amigo Joan.
Muchas gracias Jose manuel.José Manuel Sáiz escribió:Todo el poema me parece una delicia y de una agradable lectura. Poemas así son los que me agradan. El final, las ultimas estofas, me parecen excelentes, así como el título y el contenido originales e imaginativos.
Mi sincera enhorabuena.
Un abrazo.
J. manuel
Tristany Joan Gaspar escribió:Un día hablé con el sol.
Le dije:
“Muchas gracias por su visita.”
Cerramos el cielo
y corrimos las cortinas...
...de lluvia.
Tras la vertebrada lluvia de tantos años.
De tantos cascabeles mudos,
de columpios detenidos
el sol,
de repente,
nos está inyectando rayos.
Despierto ahora
en el traspiés de mis párpados
mojados,
cruzados,
confusos en la entretenida tarea
de evitar
que mis ojos quieran comerse al sol.
Diametralmente configurado
en el eje de mi suelo
miro al cielo
y en mi osado desafío,
sorprendido,
encuentro tus manos
revolviendo entre mis siete sentidos.
Tus manos,
la lluvia
y
el sol
cocinan pacientes,
en secreto,
improvisados arco iris
que recojo con cariño,
como aquel que recoge amuletos
contra las imaginarias tormentas
de tantos años,
de tantos
silencios.
Muchas gracias Joan, me alegro que te haya gustado.Joan Port escribió:Tristany Joan Gaspar escribió:Un día hablé con el sol.
Le dije:
“Muchas gracias por su visita.”
Cerramos el cielo
y corrimos las cortinas...
...de lluvia.
Tras la vertebrada lluvia de tantos años.
De tantos cascabeles mudos,
de columpios detenidos
el sol,
de repente,
nos está inyectando rayos.
Despierto ahora
en el traspiés de mis párpados
mojados,
cruzados,
confusos en la entretenida tarea
de evitar
que mis ojos quieran comerse al sol.
Diametralmente configurado
en el eje de mi suelo
miro al cielo
y en mi osado desafío,
sorprendido,
encuentro tus manos
revolviendo entre mis siete sentidos.
Tus manos,
la lluvia
y
el sol
cocinan pacientes,
en secreto,
improvisados arco iris
que recojo con cariño,
como aquel que recoge amuletos
contra las imaginarias tormentas
de tantos años,
de tantos
silencios.
Me encanto leerte en melancolia arañando la lluvia en el paso de los años, gran poema, me
encanto ese final.
Una abraçada amic ara i sempre.