La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Alonso Vicent escribió:Un día me senté en el portal,
en el portal de casa,
y no sé muy bien lo que ocurrió
pero me dio por pensar,
¡maldita sea!
Vi que la calle no creció conmigo,
que era la misma
con dos farolas más,
esas que me tuvieron a oscuras
tantas noches;
pero los adoquines lucían nuevos.
Levantaron el asfalto, años atrás,
y le aplicaron una capa
de treinta y cinco centímetros
para recubrir todas sus imperfecciones.
Ahora está perfecta y mi casa se ha hundido
treinta y cinco centímetros.
Me costó levantarme del portal casi inexistente
y para volver a entrar a casa,
a mi vida seguramente,
tuve que inventarme un par de escalones.
Todo perfecto...
…solo que en los días de lluvia
se me inunda la vida.
Sube para deleite de todos.
Xé, ¿dónde estás? que te echamos mucho de menos por aquí.
Abrazo enorme.
"En el haz áureo de tu faro están mis pasos
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
Alonso Vicent escribió:Un día me senté en el portal,
en el portal de casa,
y no sé muy bien lo que ocurrió
pero me dio por pensar,
¡maldita sea!
Vi que la calle no creció conmigo,
que era la misma
con dos farolas más,
esas que me tuvieron a oscuras
tantas noches;
pero los adoquines lucían nuevos.
Levantaron el asfalto, años atrás,
y le aplicaron una capa
de treinta y cinco centímetros
para recubrir todas sus imperfecciones.
Ahora está perfecta y mi casa se ha hundido
treinta y cinco centímetros.
Me costó levantarme del portal casi inexistente
y para volver a entrar a casa,
a mi vida seguramente,
tuve que inventarme un par de escalones.
Todo perfecto...
…solo que en los días de lluvia
se me inunda la vida.
Un poema a la necesidad del cambio y la nueva necesidad de ajustarse al cambio. A simple vista es un poema nostálgico, pero otra mirada revela lo que nos cuestan los cambios, y todo está cambiando constantemente como eso que hace la lluvia afuera y adentro de nuestro interior. Maravilloso poema, Alonso! Abrazos, ERA
Alonso Vicent escribió:Un día me senté en el portal,
en el portal de casa,
y no sé muy bien lo que ocurrió
pero me dio por pensar,
¡maldita sea!
Vi que la calle no creció conmigo,
que era la misma
con dos farolas más,
esas que me tuvieron a oscuras
tantas noches;
pero los adoquines lucían nuevos.
Levantaron el asfalto, años atrás,
y le aplicaron una capa
de treinta y cinco centímetros
para recubrir todas sus imperfecciones.
Ahora está perfecta y mi casa se ha hundido
treinta y cinco centímetros.
Me costó levantarme del portal casi inexistente
y para volver a entrar a casa,
a mi vida seguramente,
tuve que inventarme un par de escalones.
Todo perfecto...
…solo que en los días de lluvia
se me inunda la vida.
Sube para deleite de todos.
Xé, ¿dónde estás? que te echamos mucho de menos por aquí.
Abrazo enorme.
Che, ya volví; estaba en el portal de casa viendo amaneceres de pájaros y puestas de sol y horizontes.
Dejó de llover y aprovecho para venir con todo.
Un gran abrazo Hallie y mil gracias.
Ricardo López Castro escribió: ↑Dom, 09 May 2021 17:53
Wow!
Qué buen poema.
Todo un alarde de imaginería e ingenio.
Genialidad pura y dura.
Gracias por compartir.
Abrazos y felicidad.
Es esta una vieja casa de una vieja aldea y uno, que ya va haciéndose viejo, se las tiene que ingeniar para levantarse del portal casi inexistente cada mañana.
Todo cambia, pero aquí seguimos aunque llueva.
Muchas gracias y un abrazo Ricardo.
Alonso Vicent escribió:Un día me senté en el portal,
en el portal de casa,
y no sé muy bien lo que ocurrió
pero me dio por pensar,
¡maldita sea!
Vi que la calle no creció conmigo,
que era la misma
con dos farolas más,
esas que me tuvieron a oscuras
tantas noches;
pero los adoquines lucían nuevos.
Levantaron el asfalto, años atrás,
y le aplicaron una capa
de treinta y cinco centímetros
para recubrir todas sus imperfecciones.
Ahora está perfecta y mi casa se ha hundido
treinta y cinco centímetros.
Me costó levantarme del portal casi inexistente
y para volver a entrar a casa,
a mi vida seguramente,
tuve que inventarme un par de escalones.
Todo perfecto...
…solo que en los días de lluvia
se me inunda la vida.
Un poema a la necesidad del cambio y la nueva necesidad de ajustarse al cambio. A simple vista es un poema nostálgico, pero otra mirada revela lo que nos cuestan los cambios, y todo está cambiando constantemente como eso que hace la lluvia afuera y adentro de nuestro interior. Maravilloso poema, Alonso! Abrazos, ERA
Todo un acierto de comentario… me leíste el pensamiento. Quedamos mi vieja casa y yo… y la calle asfaltadita para que pasen los autos.
Muchas gracias, Era, y aquí seguimos entre patios y nostalgias.
Ana Muela Sopeña escribió: ↑Vie, 14 May 2021 12:06
Gran poema que discurre en dos realidades o planos al mismo tiempo, Era. La real y cotidiana y la alegórica.
Al inconsciente no se le puede engañar con asfalto. De ahí que a veces recuperarnos de un desastre vital sea tan arduo.
Felicidades
Un besito
Ana
Muchas gracias Ana. El nuevo formato que acabo de descubrir confunde un poco cuando lo visitas desde el móvil.
Soy yo, el Alonso, desde esta aldea que nos asfaltaron y dejó mi casa (y todas las del margen derecho) un palmo más hundidas de lo normal.
Un abrazo de miércoles después de una jornada de cítricos y labores.
Es curioso como las cosas que formaron parte de nuestra infancia se van desligando de nosotros con el paso del tiempo. Solo se mantienen intactas en nuestra memoria.
Precioso poema, que me ha encantado de principio a fin.
Felicidades, Alonso.
Un abrazo.
Rosa Marzal escribió: ↑Mié, 19 May 2021 19:22
Es curioso como las cosas que formaron parte de nuestra infancia se van desligando de nosotros con el paso del tiempo. Solo se mantienen intactas en nuestra memoria.
Precioso poema, que me ha encantado de principio a fin.
Felicidades, Alonso.
Un abrazo.
Muchas gracias, Rosa, por llegar hasta este portal que hoy sigue siendo mi casa. Mientras no nos falle la memoria, ni se nos caiga el refugio, seguiremos sentándonos y levantándonos todos los días como niños ya entraditos en años.
Un abrazo a la hora del café.
Alonso Vicent escribió: ↑Sab, 12 Sep 2020 16:16
Un día me senté en el portal,
en el portal de casa,
y no sé muy bien lo que ocurrió
pero me dio por pensar,
¡maldita sea!
Vi que la calle no creció conmigo,
que era la misma
con dos farolas más,
esas que me tuvieron a oscuras
tantas noches;
pero los adoquines lucían nuevos.
Levantaron el asfalto, años atrás,
y le aplicaron una capa
de treinta y cinco centímetros
para recubrir todas sus imperfecciones.
Ahora está perfecta y mi casa se ha hundido
treinta y cinco centímetros.
Me costó levantarme del portal casi inexistente
y para volver a entrar a casa,
a mi vida seguramente,
tuve que inventarme un par de escalones.
Todo perfecto...
…solo que en los días de lluvia
se me inunda la vida.
Enorme todo el canto, grande, muy grande el cierre. Un placer leerte.
Abrazos.
Alonso Vicent escribió: ↑Sab, 12 Sep 2020 16:16
Un día me senté en el portal,
en el portal de casa,
y no sé muy bien lo que ocurrió
pero me dio por pensar,
¡maldita sea!
Vi que la calle no creció conmigo,
que era la misma
con dos farolas más,
esas que me tuvieron a oscuras
tantas noches;
pero los adoquines lucían nuevos.
Levantaron el asfalto, años atrás,
y le aplicaron una capa
de treinta y cinco centímetros
para recubrir todas sus imperfecciones.
Ahora está perfecta y mi casa se ha hundido
treinta y cinco centímetros.
Me costó levantarme del portal casi inexistente
y para volver a entrar a casa,
a mi vida seguramente,
tuve que inventarme un par de escalones.
Todo perfecto...
…solo que en los días de lluvia
se me inunda la vida.
Enorme todo el canto, grande, muy grande el cierre. Un placer leerte.
Abrazos.
"Moltes gracies", Xaime, desde esta casa que va acumulando siglos.
Un abrazo.