Muchas gracias, Enrique, por pasar por estas cosas que yo escribo. Y sí, el invierno ha tenido sus cosechas, sean bienvenidas.enrique sanmol escribió:Desatado lirismo en este vértigo, Carmen. Bienvenido invierno que hace crecer cosechas, alas y palabras y funde armaduras. Me caló ese número impar que se pregunta por la posibilidad de sumar uno... Gran poema, Carmen. Un abrazo fuerte.Carmen López escribió:Me da un poco de vértigo,
me da vértigo la noche tan extraña,
de extrañas dimensiones y sustancias.
Dónde me han crecido alas,
cuándo palabras que no tenía dentro,
quién toda respuesta.
Escucho las notas de tu piano cadencioso,
y plumas que no pesan desafían la tierra,
sus límites, sus márgenes estrechos
de barro, de limo y de ceniza.
Todo el metal de mi armadura
fundiéndose con los metales de la noche,
entre esas nubes de horas que devienen
en el aire y bailan joviales bajo tu lluvia
y siento en mí ingravidez de enredadera.
De cuando en vez inundas el espacio
de mi hiedra con tu sangre palpitante
y crezco entre tu fronda nemorosa,
allí, me vuelvo más ligera y más liviana,
cultivo esa esperanza con que el musgo
se origina en condiciones apropiadas,
apresando el agua y su humedal,
boca roja, fluvial y anegada,
fragancia de una tierra prometida.
Me da un poco de vértigo
tanta cosecha imprevista del invierno,
esa remota posibilidad del dos: hecha materia
temblando agradecida entre los cuerpos.
Después, pienso en tus manos,
tus manos; agua para las grutas de mi sed,
tus manos raíz de mis rocíos,
tus manos corazón insutil del agua,
indecibilidad de una corriente subterránea
que surca laboriosa y obstinada
en el empeño y arrulllo de la noche,
donde son labio y comisura,
donde son vértigo en mis acantilados.
Gracias por tus muestras de apoyo y tu tiempo de lectura, siempre eres generoso con mis cosas.
Un abrazo grande, Enrique