CRÚ
CONXUNCIÓN
(a garza da outonía)
I
Tépeda,
polo medio da néboa fría,
unha raiola aloumiñou
o camiño da choiva
por onde eu ía;
ú eu vin
á garza na canle
pescando anguías;
polas cores das osmundas do outono
as ás feridas;
as ás feridas de beleza, meu,
pola outonía.
II
Saíu da sombra a garza
e no ar, coas ás
colleu a raiola,
de cores e verbas
enchidas as mans,
foise a garza
coa raiola nas ás
e quedei só na sombra
de verbas e cores,
murchas,
as mans enchidas, meu.
III
Baixei cos cans ao río
por ve-la garza
e o vento a levaba
riscando
unha cantiga de luz
na néboa espesa,
no ar se ía
voando coas súas ás azuis
cincentas.
IV
Voou a garza
levando nas ás
das cores do outono
o feitizo,
deixando, do inverno,
as árbores espidas.
V
Voan,
tolas no vento,
as cores
das follas
murchas
e repenican
no chan
da estrada,
azul,
da choiva.
Mentres eu ía
ve-la garza
de decembro
voar no ar.
VI
e a garza,
furtiva,
dálle voltas
ao sol
lucindo
as ás
azulinas.
VII
Polas cores
das follas murchas
do outono
os ollos feridos.
Feridos os ollos
pola beleza
da cor da outonía.
Cos ollos, das cores feridos,
coas cores do outono feridos os ollos,
os ollos feridos coas cores
das follas murchas da outonía.
VIII
Feridos os ollos
coas cores do outono,
coas cores da outonía
os ollos feridos.
IX
Coas ás azuis
vai riscando
ata o alén
a néboa a garza,
chamando
aos cabalos de lume
na noite dos montes
purpúreos.
X
Coma un aceno fuxidío
vai a raiola fría
dos alicerces dos soños no ar
coa música silandeira da cor,
ao caer,
das follas murchas,
lene. tenue, evanescente
na soidade transparente
do remuíño
que leva da vixilia aos soños,
dos soños á vixilia,
tanxencialmente
na diverxencia,
voa unha garza
por riba
do son da fervenza,
esvaéndose no fume,
bicando,
coa cantiga da cor nas ás,
a néboa. (fría)
XI
Traio eu
cantigas do alén,
de néboa e fume,
da fumeira
dos alicerces dos soños,
para os teus ollos de mel.
XII
Do remuíño ominoso,
que leva da vixilia aos soños,
dos soños á vixilia
no feitizo das cores,
pero cando cheguei,
ti xa te foras
coa garza na néboa.
XIII
Irei xunto a ti
levarche o agasallo
nas mans
das cores do outono,
das cores belidas
das follas murchas
da outonía,
coma un berro,
coma un laio no ar,
coma unha cantiga;
coma a música silandeira
das follas murchas
no ar da raiola fría,
onde se vai esvaendo a garza
por riba da fervenza
ao alén dos alicerces dos soños.
Nos alicerces dos soños
voou unha garza
do outro lado ominoso
do remuíño,
no alén do tempo.
XIV
Do silencio
para ti naceu
a cantiga, enxel,
que beben
os pombos bravos
na lagoa dos salgueiros do inverno,
rompendo, de sede, o reflexo.
XV
... pasou, señorial,
no vento o trasno
a cabalo dunha garza real,
as ás de azul cincento,
riscando, no ar, unha cantiga.
CRUDO
CONJUNCIÓN
(la garza de otoño)
I
Templado,
entre la niebla fría
un amanecer acarició
el camino de la lluvia
por donde yo iba
cuando vi
la garza en el canal
pescando anguilas;
por los colores de las osmundas de otoño
las alas heridas;
las alas heridas de belleza, amigo,
por el otoño.
II
Salió de la sombra la garza
y en el aire, con las alas
cogió el amanecer,
de colores y palabras
llenas las manos,
se fue la garza
con el amanecer en las alas
y quedé solo en la sombra
de palabras y colores,
marchitos,
las manos llenas.
III
Bajé con los perros al río
por ver la garza,
y el viento la llevaba,
dibujando
una cantiga de luz
en la niebla espesa,
en el aire se iba
volando con sus alas, azules,
de ceniza.
IV
Voló la garza
llevando en las alas,
de los colores del otoño
el hechizo,
dejando, del invierno,
los árboles desnudos.
V
Vuelan,
locos en el viento
los colores
de las hojas
secas
y tamborilean
en el suelo
de la carretera
azul
de la lluvia.
Mientras yo iba
a ver la garza
de diciembre
volar en el aire.
VI
y la garza,
furtiva,
le da vueltas
al sol
luciendo
sus alas
azulinas.
VII
Por los colores
de las hojas secas
del otoño
los ojos heridos.
Heridos los ojos
por la belleza
de las hojas marchitas.
Con los ojos, de los colores, heridos,
con los colores del otoño heridos los ojos,
los ojos heridos con los colores
de las hojas secas del otoño.
VIII
Heridos los ojos
con los colores del otoño,
con los colores del otoño
los ojos heridos.
IX
Con las alas azules
va tejiendo,
hasta el más allá,
la niebla la garza,
llamando
a los caballos de fuego
en la noche de los montes
de púrpura.
X
Como una señal huidiza
va el amanecer frío
de los pilares de los sueños en el aire
con la música silenciosa del color
al caer
de las hojas secas,
leve. tenue, evanescente,
en la soledad transparente
en el remolino
que lleva de la vigilia a los sueños,
de los sueños a la vigilia,
tangencialmente
en la divergencia
vuela una garza
por encima
del rumor de la cascada,
desapareciendo en el humo,
besando,
con la cantiga de color en las alas,
la niebla. fría.
XI
Traigo yo,
cantigas del otro lado,
de niebla y humo,
de la chiminea
de los pilares de los sueños,
para tus ojos de miel.
XII
Del remolino ominoso,
que lleva de la vigilia a los sueños,
de los sueños a la vigilia
en el hechizo de los colores,
pero cuando llegué
ya te habías ido
con la garza en la niebla.
XIII
Iré junto a ti,
a llevarte el regalo
en las manos
de los colores del otoño,
de los hemosos colores
de las hojas secas
del otoño,
como un grito,
como un lamento en el aire,
como una cantiga;
como la música silenciosa
de las hojas secas
en el aire del amanecer frío,
donde se va desapareciendo la garza
por encima del fragor de la cascada,
al otro lado de los pilares de los sueños.
En la base de los sueños
voló una garza
del otro lado ominoso
del remolino,
más allá del tiempo.
XIV
Del silencio para ti nació
la cantiga sencilla,
que beben las palomas torcaces
en la laguna de los sauces del invierno
rompiendo, de sed, el reflejo...
XV
... pasa, señorial,
en el viento el duende
a caballo de una garza real
las alas de azul ceniciento,
soslayando en el aire una cantiga.
Muíños, 211220
Trad: Shaim et Alza
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